Metaestabilidad: Lo que hace que los hábitos desaparezcan

Metaestabilidad

 

Llevas 70 días desayunando una manzana. Es lo que te habías propuesto a principios de año. Ya han pasado los 20 días que dicen algunos que se necesitan para formar un hábito. Y hasta los 66 días que dicen otros. Sientes que ya está, que el hábito se ha formado totalmente.

¿Es realmente así?

Scott Young es experto en aprendizaje y en creación de hábitos. Young opina que los hábitos no llegan nunca a una estabilidad plena. No hay ningún momento en el que puedas decir: ya está, ya tengo ese hábito.

Para Young los hábitos son metaestables.

Es una palabra un poco rara, admitida no hace mucho en el diccionario.

¿Qué significa?

Metaestabilidad

Un sistema es metaestable cuando permanece durante un tiempo prolongado en un estado diferente al estado estable de menor energía. Está en un cierto equilibrio, pero ese equilibrio puede romperse por la influencia de fuerzas exteriores.

¿Complicado? Mejor lo explico con un ejemplo. Mira el dibujo

Metaestabilidad
El estado 1 es metaestable, el 3 es estable.

La bola roja con el número uno está en un estado metaestable. No se va a caer por la pendiente por si misma. Sin embargo, si alguna fuerza externa la mueve un poco, puede caer hasta el estado de la bola 3. De ese estado (que sí es estable) será mucho más difícil mover la bola. Ese es el estado de menor energía.

Podríamos por tanto decir que un sistema es metaestable cuando tiene varios estados de equilibrio y permanece en un estado débilmente estable ( el de la bola número 1 en el ejemplo) durante un considerable período de tiempo. Sin embargo, bajo la acción de perturbaciones externas (a veces no fácilmente detectables) dichos sistemas exhiben una evolución temporal hacia un estado de equilibrio fuertemente estable ( el de la bola número tres).

Un ejemplo de metaestabilidad es el de los diamantes. A temperatura ambiente los diamantes son metaestables porque la transformación a su forma estable, el grafito, es extremadamente lenta. A mayores temperaturas, la tasa de transformación se incrementa y el diamante se convierte en grafito.

 

La metaestabilidad en los hábitos

 

Cuando ejecutamos un hábito de manera constante, pensamos que está consolidado. Que todo el trabajo está hecho y que podemos funcionar de manera automática.

Una vez te has acostumbrado a correr, a comer verduras, a hacer meditación, no necesitas hacer tanto esfuerzo para seguir con el hábito. Sale de una manera casi natural. Y crees que es estable.

¿Cuál es el error?

El error es creer que estás en el lugar de la bola número 3 (estable) cuando en realidad estás en el de la bola número 1 (metaestable).

Mientras todo el entorno siga igual, el hábito seguirá funcionando. Pero ¿y si cambia alguna cosa? ¿y si tu horario te impide salir a correr a la hora que tenías programada? ¿y si te vas de vacaciones quince días? ¿y si tienes que centrarte en un examen complicado?

Esas circunstancias son la fuerza que nos hacen dejar el estado número 1 y caer al número 3. El número 3 es el lugar donde la gravedad deja de funcionar, es el estado más cómodo, el que no requiere ningún esfuerzo. Es dejar de correr, de meditar, de comer verduras. Es más sencillo no hacer esas cosas.

Vigilancia

La consecuencia de que los hábitos sean metaestables es que hemos de vigilar atentamente cada vez que van a cambiar las circunstancias. Cualquier novedad puede alterar el equilibrio metaestable.

Intenta que tus hábitos se mantengan cuando las circunstancias cambien. Intenta comer sano también cuando estás de viaje, o hacer ejercicio en las semanas en que tengas que estar concentrado en otra cosa.

Por desgracia no siempre es posible eso. Quizá te has propuesto ir al gimnasio dos días a la semana y ahora estás en una remota isla de Indonesia donde ( por suerte para ellos) nunca han oído hablar de un gimnasio. ¿Cómo haces entonces?

Scott Young recomienda mantener un hábito semejante al original durante el tiempo en que no cumplas con el primitivo. Como hacer unas cuantas flexiones al día si no puedes ir al gimnasio, o escribir diez minutos si no puedes escribir una hora cómo pretendías.

Metaestabilidad de los vicios

Me planteo si los vicios son también metaestables. Quizá no todos. Algunos son directamente el estado de menor energía. Pasarse el día tumbado en el sofá no parece que sea metaestable sino estable. Pero hay vicios que requieren un cierto esfuerzo. Como conducir hasta un casino o bajar al supermercado de al lado de tu casa cada semana para comprarte donuts de chocolate. Quizá solo necesitamos aprovechar un cambio de circunstancias para romper con la costumbre.

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2 comentarios en «Metaestabilidad: Lo que hace que los hábitos desaparezcan»

  1. Fabuloso.
    Ahora habría que investigar qué pasa con la ‘excepción a la regla’, es decir: cuando un hábito (estable o metaestable) nos lo saltamos voluntaria y controladamente.
    Ejemplos: estoy a dieta y me doy un festín en una boda o evento; hago ejercicio, pero descanso un par de semanas en vacaciones etc… retomando el hábito sin problemas, después de esa ‘excepción programada’.
    Hay gente que lo practica (me incluyo),

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    • En ese caso es que el hábito no se ha movido tanto como dejar de estar en el estado metaestable. La bola no sale del todo de la primera posición por lo que no llega a haber ningún problema.
      Un saludo y gracias por el comentario.

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