Personas que suman, personas que restan.

Trabajadores que crean problemas, trabajadores que solucionan problemas.

 

En el trabajo, siempre he hecho una distinción de los trabajadores en dos tipos.

Los trabajadores que crean problemas, y los trabajadores que solucionan problemas.

Todo el mundo hace cosas en el trabajo. Todo el mundo, por perezoso que sea, dedica horas y en esas horas produce algo. Pero no es eso de lo que hablo. En cualquier trabajo hay dos tipos de situaciones: las situaciones ordinarias, lo que es simplemente trabajo. Y las situaciones extraordinarias, lo que se llamaría en español castizo “los marrones”, los problemas que salen de lo habitual y requieren un cierto poder de decisión para solventarse.

En ese tipo de problemas es donde se ven los dos tipos de trabajadores. Unos son capaces de coger el toro por los cuernos y anular algunas situaciones problemáticas, otros no solamente no son capaces de eso, sino que además generan problemas de la nada.

Si en algún momento la empresa tiene que prescindir de algún trabajador, puedes estar seguro de qué tipo de empleado caerá primero.

 

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Personas que suman, personas que restan.

 

Pero la verdad es que esa distinción entre los trabajadores, es predicable también de las personas en general. De los amigos, de los amantes, de los familiares.

Recuerdo haber tenido relaciones con personas que no creaban ningún problema. Que estaban ahí sí necesitaba algo, pero que nunca se quejaban de nada, ni me reprochaban nada. Aún después de haberme separado por el paso del tiempo, recuerdo a esas personas con cariño.

Pero también recuerdo personas que convertían una tranquila tarde de otoño en los restos de un campo de batalla. Personas que me obligaban a caminar con la espada en la mano y la inquietud en la mirada. Duré poco con esas personas, y cuando me fui, lo hice sin mirar atrás y sin extrañarlas en absoluto.

Quizás tampoco hay dos tipos de personas, sino dos tipos de actitudes. Y quizá hay personas con las que he sido de una forma y personas con las que he sido de otra.

Solo quiero que tengas en cuenta una cosa.  Todos tendemos a quitarnos de en medio a las personas que restan, y a querer estar con las personas que suman. Piensa en cómo eres con cada persona que te rodea. Y piensa en sí realmente quieres ser para alguien, una persona que resta.

Si lo eres, te estarás exponiendo a quedar en el olvido.

¿De verdad no te importa?

 

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