Aprende a gestionar tus expectativas

En la vida hay una continua lucha entre pesimistas y optimistas. ¿Es mejor esperar que las cosas vayan bien, o es mejor esperar que vayan mal para no llevarse después un chasco?.  He ahí la cuestión: Aprende a gestionar tus expectativas.

No penséis mal, no quiero los dos, me basta con uno de ellos.
No penséis mal, no quiero los dos, me basta con uno de ellos.

¿Disminuir las expectativas para ser feliz ?

El otro día leí un interesante artículo de mi amigo @homominimus acerca de rebajar las expectativas. En ese artículo Homominimus hacía referencia a la famosa Ecuación de la felicidad atribuida a William James: Resultados – Expectativas = Felicidad. Por lo que deducía que hay dos maneras de aumentar la felicidad:

Mejorando los resultados por encima de las expectativas
O bien reduciendo las expectativas tanto, que los resultados superen esas expectativas.

Y desde que leí el artículo he estado dándole vueltas a la idea de la disminución de las expectativas. Hoy mismo he vuelto a entrar en el artículo y he visto una interesante respuesta de Anca Balaj (@aminuscula) en la que propugnaba siguiendo al zen la falta total de expectativas.

Así pues que es mejor:

Esperar mucho de las situaciones.

Esperar muy poco.

O no esperar absolutamente nada.

 

Mi elección: Expect the best, prepare for the worst.

Según estaba pensando en esas diversas maneras de contemplar las expectativas me ha venido a la cabeza una frase bastante famosa en inglés:  “Expect the best, prepare for the worst”. Espera lo mejor, prepárate para lo peor.

Al reflexionar sobre esa frase, he llegado a la conclusión de que es como si hubiera en realidad dos elementos.
1) La expectativa de lo que crees que va a ocurrir o expectativa de creencia.
2) El resultado que estás dispuesto a aceptar, o tolerancia.

Expect the best, prepare for the worst
Expect the best, prepare for the worst

Expectativas de creencia

La expectativa de creencia es lo que yo creo que va a pasar con algo. Cada vez que realizo una acción espero un resultado. Entiendo que centrarse en el proceso es fundamental, pero considero inevitable que uses el resultado como una especie de brújula para guiar tu acción.
Yo por ejemplo puedo escribir un libro, y sería muy zen pensar que lo escribo sin pensar en el resultado, pero en realidad siempre tendré en la cabeza una idea de lo que puede ocurrir.
En las personas pesimistas la expectativa de creencia será bastante baja. En las personas optimistas será bastante alta.
Si pensamos que la expectativa de creencia es la que determina la felicidad, podríamos pensar que las personas pesimistas que tienen expectativas más bajas son las más felices con los mismos resultados que las personas positivas. Obviamente no necesito referirme a ningún estudio para que sepamos que no es así.

¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué teniendo unas expectativas más altas las personas más optimistas con un resultado igual son más felices que las personas pesimistas? La explicación está en la tolerancia.

Tolerancia

A diferencia de las expectativas de creencia la tolerancia depende de lo que pensamos que somos capaces de soportar. La tolerancia es en realidad una proyección de las consecuencias positivas o negativas de los resultados. Si piensas que las consecuencias de un resultado negativo son subsanables entonces es mucho más fácil que lo toleres.

Así que si en el ejemplo anterior si yo he escrito un libro y soy pesimista y he pensado que se descargarían 1000 ejemplares, y en realidad se han descargado 500 haré una proyección negativa de ese resultado, pensando que en realidad escribo muy mal, que a la gente no le interesa lo que hago, y que jamás voy a conseguir que mi libro sea más descargado.

Sin embargo si soy optimista y pienso que se descargarán 50000 ejemplares y en realidad solo se descargan 500 haré una proyección positiva y pensaré que en realidad el hecho de que no se haya descargado como yo pensaba obedece a otras cuestiones como que no he hecho la publicidad conveniente, que el diseño no era el adecuado, o cualquier otra circunstancia que sea modificable y que por tanto no elimine la posibilidad de un resultado positivo.

Optimistas vs pesimistas
Los optimistas esperan mejores resultados pero aceptan resultados peores.

LA TOLERANCIA SE PUEDE ENTRENAR.

“Prepare for the worst” “Prepárate para lo peor” decía la frase. ¿Es posible prepararse para lo peor?. Yo creo que sí, y que eso es precisamente la expectativa de tolerancia: La expectativa de lo que creemos que estamos dispuestos a soportar.
Y creo que se puede entrenar porque es mucho más fácil aceptar algo que puede ocurrir, que el aceptar algo que efectivamente nos ha ocurrido, porque esto último tiene una carga emocional mucho mayor. Entrenar la tolerancia, es imaginar lo negativo que podría ocurrir e imaginar una reacción positiva para ello, pensando que el resultado negativo no sería tan grave y que se podría resolver.

A mí por ejemplo una de las cosas que peor me sientan en el mundo es que hacer un plan con una persona y que luego esa persona se lo repiense. Si por ejemplo quedo con un amigo en irme un fin de semana y luego “se raja” me molesta profundamente salvo que sea por un motivo justificado.

Así entonces, si convengo con un amigo en irme un fin de semana, debería tener por un lado una expectativa de creencia de que vendrá ( ¿si no creyera que va a venir, para que hacer planes?) y por otro lado una expectativa de tolerancia de que si decide no venir, eso no conseguirá que me sienta mal.

Y lo mismo puede ser aplicado para cualquier cosa. ¿Tienes una entrevista de trabajo? Piensa que todo va a ir fenomenal, pero deja en un rincón de tu mente, una expectativa de tolerancia. Si no te dan el trabajo no pasa nada. Y piensa de antemano todos los motivos por los cuales eso no sería el fin del mundo.

Eso mismo se puede aplicar al amor. Muchas veces leo en las redes sociales a gente que dice ya no esperar nada del amor porque alguien les lastimó. Creo que podrían perfectamente aplicar el principio que recomiendo aquí, y pensar que todo saldrá bien con la nueva persona ( si piensan que va a salir mal acabará saliendo mal eso seguro) pero preparándose para poder tolerar el que no salga bien.

 

Y tú , ¿cómo gestionas tus expectativas?

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9 comentarios en «Aprende a gestionar tus expectativas»

  1. Pues yo tengo comprobado que mis resultados están estrechamente a mis expectativas, casi siempre. A mayor expectativa, mayor esfuerzo y mayor probabilidad de éxito. Ahora, hay veces que los resultados no dependen sólo de mí y es ahí donde se tiene que aplicar esto de la tolerancia. Si la expectativa era muy alta (y por tanto el fracaso resulta estrepitoso) hago uso de mis peores defectos (cabezonería y orgullo) para sacar adelante las cosas yo sola. Y todos en paz.

    En la amistad soy más del tipo zen. Sin expectativas el 99,9999% del tiempo.

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    • Entonces me da la sensación de que interprete mal tu comentario en el blog de homominimus, en lo relativo a las expectativas. Yo creo que los resultados en el corto plazo quizá dependen mucho de determinadas circunstancias ajenas. A más largo plazo es donde yo creo que si haces tu trabajo casi ( siempre casi) todo acaba funcionando.

      En la amistad, la tolerancia ha de ser muy grande, porque si no los chascos pueden ser de órdago. Un saludo Anca.

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  2. el que piensa que es mejor esperar que las cosas vayan mal para no llevarse un chasco,se encuentra con que su motivación es 0,su expectativa es 0,su esfuerzo es 0,su resultado es 0,y su felicidad es 0.Además aún en el caso poco probable de que con esa actitud al final el resultado no fuese realmente un chasco,no sería capaz de verlo.
    Yo pienso que nuestras expectativas muchas veces van encadenadas unas con otras,como si formasen una guirnalda de tiras de papel unidas con un trozo de celo,la tolerancia es ese trozo de celo que nos hace seguir uniendo la cadena en el momento en que algún trozo de papel se rompe.Las personas que no buscan ese trozo de celo no pueden seguir uniendo tiras de papel y ahí se acaba la guirnalda.

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    • Jajaj que metáfora tan navideña Isara. Sí, yo también pienso lo mismo, aunque supongo que todos pasamos por fases en que nos hartamos de fracasar, pero ahí es cuando hay que tener fe y seguir haciendo la guirnalda.

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  3. Importante distinción entre la de expectativa de resultado y grado de fracaso que puedes tolerar o soportar. .

    . Creo que hay que tener en cuenta las posibilidades buenas(por las que trabajas) y las malas (que pueden ocurrir), y tu lema o consejo recoge ambas partes.

    Tu artículo me ha dado que pensar y me está encaminando hacia la previsión de los fracasos o daños y la consideración de cuánto podemos tolerar.

    Creo que la expectativa de resultado debería ser lo más cercana a la realidad y dudo de que podamos controlarla: es la que es. Esa crítica ya la expuse en mi artículo dudando de que pudiéramos controlar cuáles son las expectativas. subjetivas. Tampoco creo que engañarnos sobre ellas mejore mucho las cosas.

    A diferencia de Anca, creo que uno puede intentar muchas cosas aunque su expectativa no sea alta. Si haces algo nuevo o medianamente ambicioso es difícil que las expectativas objetivas sean altas, a menos que te engañes. Pero a pesar de ello, puedes perseverar.

    Voy a tomar tu línea de “prepárate para lo peor” porque creo que es la más interesante. En mundo donde la incertidumbre es la norma, es bueno tener siempre en mente el “worst case scenario”, y luego considerar si lo podríamos tolerar o no.

    Todavía no lo tengo claro, pero creo que combinaría mi estrategia de expectativas mínimas y tu estrategia con algo así:

    “Trabaja para que ocurra lo mejor posible (aunque la probabilidad no sea alta) y evita acciones o planes que conduzcan a resultados que no puedes tolerar (aunque sus probabilidades sean bajas)” .

    Completaría lo anterior con una mejora de nuestro sistema de evaluación de daños: los daños que son físicos deberían tenerse mucho más en cuenta, y los daños “morales” o al ego, la imagen social, la autoestima o demás, deberían relativizarse. Intentaría desarrollar una piel de elefante más dura que nos inmunizara contra la buena opinión de los demás, nuestra propia buena o mala opinión y las comparaciones con otros.

    No creo que la técnica del autoengaño que infla las probabilidades del resultado bueno sea adecuada. Prefiero el realismo y la idea de entusiasmado de que en el corto plazo hay muchos factores que influyen en el resultado, pero en el largo plazo tenemos mucho más control y nuestras expectativas generalmente han de ser mejores.

    El tema sigue abierto de todos modos.

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  4. En mi opinión quizá es conveniente una expectativa de creencia favorable pero sin que llegue a ser excesiva. Una expectativa de creencia demasiado grande sería muy parecida a la locura. En todo caso creo que lo que determina que sea demasiado grande la expectativa de creencia no es tanto lo que esperes, sino como decía cuando lo esperes.
    Ayer fui a ver la película de el “Gran Gatbsy”. Dejo la crítica y los spoilers para otros, pero en la película el narrador define de Gatsby como “la persona más optimista que había conocido nunca”. Al escuchar eso, pensé en que el optimismo desbordado sin ningún contacto con la realidad, ese optimismo que muchas veces nos venden como el remedio para todo, lleva necesariamente a la desesperación y la locura.

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  5. hola, creo que las espectativas son inherentes al ser humano, tanto sean positivas como negativas. Lo que hbaría que hacer, pienso yo, es no aferrarse a ellas, como o lo consigo o me muero por ello, o no existo mas, o soy un fracaso, EL AFERRARSE A LAS ESPECTATIVAS ES LO QUE HACE MALOS A LOS RESULTADOS…espectativas si….sin respirar sólo por ellas. abrazo!!!

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