Cómo funciona la atención

Te sientas en la butaca del avión. Miras por la ventanilla. Nubes y más nubes. No se ve otra cosa. Es hermoso mirar cómo las nubes tapan todo lo que hay debajo. Posiblemente ahora estéis volando sobre las afueras de la ciudad, con sus calles sin atascos. !Qué molestos son los atascos! El martes casi tienes una pelea por culpa de un atasco. Solo por gritar “muévete” a un imbécil que tenía muchas más ganas de bronca que de llegar a algún lado…

 

¿Cuántas veces te ha pasado eso? ¿Cuántas veces has empezado a pensar en algo y tu mente ha empezado a vagar hasta que has descubierto que, como en una playa brava,  la corriente te había arrastrado tan lejos que no sabías dónde habías empezado? Es muy probable que te haya ocurrido muchas veces.

Nos quejamos de que nuestra atención no es lo suficientemente buena. No somos capaces de concentrarnos demasiado tiempo, nuestra atención se va de paseo a la menor oportunidad y nos lo reprochamos sin parar.

Pero ¿no es normal que sea así?

Para descubrirlo, deberíamos mirar cómo funciona la atención.

 

Por: flickr.com/photos/jolives/5561805660/

Los cuatro mecanismos de la atención en el cerebro.

 

En su libro “the organized mind”,  (la mente organizada) Daniel J Levitin nos cuenta cómo funciona la atención. Lo más sorprendente es que no hay un solo mecanismo que controle cómo funciona la atención, sino que existen cuatro.

 

 

El mecanismo por defecto. Es en el que funcionamos la mayor parte del tiempo. Es lo que pasa cuando miras las nubes, conduces por la autopista o estás escuchando una charla insoportable. Tus pensamientos van de un lugar a otro sin ningún control.

El mecanismo de central ejecutiva, que centra la atención en una circunstancia concreta. Este mecanismo puede funcionar a niveles diferentes. Por ejemplo ahora mismo estoy concentrado en este párrafo pero a la vez estoy pensando en el conjunto de la entrada.

El mecanismo de vigilancia. Este modo está alerta para descubrir algo en nuestro entorno que requiera nuestro interés. Especialmente se fija en las cosas que se mueven o que son importantes. Cuando estás pensando en el libro que vas a escribir y de pronto te sobresaltas porque una bicicleta casi te atropella, es el modo de vigilancia el que te ha salvado.

 El mecanismo del interruptor de la atención. Este cuarto sistema al que se refiere Levitin, tiene por finalidad que un modo no interfiera con el otro de manera no deseada. Cuando estás en el modo de central ejecutiva este mecanismo evita que el mecanismo por defecto empiece a funcionar.

 

Por:flickr.com/photos/neychurluvr/3865895773/

La atención y la conservación de la energía.

A veces, cuando tengo un rato libre y no tengo nada más a mano, leo un libro en mi teléfono móvil. Mi vista no es la que era, así que no resulta muy cómodo. Pero hay algo aún peor, cada poco tiempo mi teléfono se apaga y para seguir leyendo tengo que encenderlo otra vez.

Algo parecido pasa con nuestra atención. Si no hay nada que requiera que la atención se centre en alguna cosa, volverá al estado por defecto. El estado por defecto es el equivalente a la pantalla de bloqueo del móvil o la imagen que sale en los libros electrónicos cuando no estás leyendo nada. Puede que no sea el estado más productivo, pero sí es el que menos energía gasta.

Ese estado por defecto no es tu enemigo. No es que seas débil si tu mente empieza a vagar. Es tu naturaleza. Es como estás hecho.

 

Consecuencias.

Tras leer acerca de los cuatro mecanismos que regulan nuestra atención llego a varias conclusiones:

  • Centrar la atención en algo es como usar un músculo. Sí, sé que la metáfora del músculo está más manoseada que Paris Hilton, pero es la que mejor se adapta aquí. Cuando más centras tu atención en algo, más refuerzas el sistema de central ejecutiva. Estás entrenándote para poder concentrarte mejor en el futuro. Pero al mismo tiempo, estás gastando energía del presente. Conviene por tanto que planifiques estratégicamente cómo y cuándo prestar atención.

 

  • Como el mecanismo de vigilancia está al acecho es imprescindible ser estricto al eliminar posibles distracciones. Si algo puede llamar tu atención, la llamará porque nunca vamos a dejar de estar pendientes de si un tigre viene a comernos.

 

  • Es necesario que tu mente vague. En ese estado es como le vino el momento “Eureka” a Arquímedes, y como a Newton se le ocurrió la teoría de la gravedad. Si te sientes incómodo por dejarte llevar, llámalo “ tiempo creativo” y te sentirás mucho mejor.

 

  • Lo más importante es conseguir que el cuarto mecanismo funcione adecuadamente. Que el tiempo que dediques a estar concentrado en algo no te salte la atención de un lugar a otro, y que el tiempo que dediques a mirar las nubes no te vengan recuerdos de que tienes que pagar el recibo de la luz.

 

Sé que el ideal zen es pensar en acarrear el agua cuando acarreas el agua, y en cortar leña cuando estás cortando leña. Pero quizá para nosotros, seres ordinarios que vivimos en el mundo, no sea necesario tanto. Quizá para nosotros baste con saber cuándo estamos viviendo en las nubes y cuando miramos el mundo por el microscopio, mantener ambas cosas separadas, y no ser demasiado duros con nosotros mismos cuando no lo consigamos.

Si te gusta esta entrada no la copies, compártela en tus redes mencionando el origen. Muchas gracias

1 comentario en «Cómo funciona la atención»

  1. Al leer tu post, me he dado cuenta, que estoy perdiendo la atención disociada. Solo puedo hacer una cosa a la vez, (y eso que soy mujer ;))
    Estar solo en una red social (por ejemplo), dando clases de gym, al igual en las conversaciones; si hay varias personas hablando a mi lado y yo estoy hablando con otra, el resto se difumina hasta que termino la conversación… es como si todos los sentidos fuesen absorbidos en esa acción, y asi con todo…
    La atención que es necesaria para la protección en casos de peligro inesperado, parece que esta en automático, pero cuando es requerida, funciona de la misma forma, abstraída por completo del entorno y centrada en este preciso suceso, a parte de eso, como si estuviese en dos tiempos simultáneos, uno lento otro instantáneo…

    Un saludo Ivan.

    Responder

Responder a Alina Cancelar la respuesta