El catastrofismo ha muerto, viva el anastrofismo.

 

“Cinco minutos para las diez. La reunión tan cerca y yo con este dolor de cabeza que no me deja casi ni pensar. Y necesito pensar, porque de la reunión de hoy depende mi futuro en esta empresa. Me gustaría poder parar y decir “hoy no señores, hoy no estoy para nada”. Pero no puede ser. Voy a tener que exponer el proyecto con el dolor de cabeza, me liaré y va a ser un puto desastre. Al acabar me mirarán con cara de sapo. Se hará un silencio incómodo mientras se ponen caras raras entre ellos sin intentar apenas que no me de cuenta de su desprecio.  Y pondrán una cruz invisible en mi expediente. Una cruz que podría decir “acabado”, “muerto” “finito””. 

“Pensamiento catastrófico  con solo una nube de leche”. Libro imaginario.

 

“He pasado por cosas horribles en mi vida, algunas de las cuales realmente ocurrieron”.

Mark Twain.

 

Dirty South http://www.flickr.com/photos/kk/4710175629/

Foto: Dirty South. http://www.flickr.com/photos/kk/4710175629/

¿Cuantas veces ha pasado algo parecido en tu imaginación?

CATASTROFISMO

Seguro que no será para tanto como piensa el oficinista del relato. Pero la cuestión es que todos hemos tenido fases en las que parecía que el mundo se venía abajo por un problema de cualquier tipo. Y en lugar de intentar salir a flote, nos hemos dejado arrastrar por el huracán del catastrofismo.
El catastrofismo es un río tan negro que nunca se ve el fondo, y si no luchas, te lleva cada vez más lejos hasta el fondo de la tierra. Cuando te das cuenta estás perdido en la oscuridad, y la luz del sol es un brillo lejano que parece un recuerdo de la infancia.
En todos nosotros existe una tendencia al catastrofismo. A convertir un grano de arena en una piedra, una piedra en un muro y un muro en una montaña. Es normal. Como muchas de las cosas que nos ocurren se debe a que en su momento tuvo una finalidad evolutiva. Imaginar las cosas malas que podían pasar nos hacía estar más atentos a solucionar sus consecuencias. Fijarnos en lo negativo es necesario para sobrevivir. Pero hace mucho que pasamos la fase de necesitar sobrevivir. Hoy en día nuestros cerebros son como máquinas de guerra condenadas a vivir en tiempos de paz. Tienen un armamento absolutamente fuera de lugar para el mundo más cómodo en el que vivimos.
Tenemos facilidad para imaginar todas las cosas que pueden salir mal. Pensamos en que ocurriría si me quedo en blanco en mitad de la charla que he de dar. En que pasará si cuando quedes con la persona que te gusta actúas torpemente y la espantas. Si cuando te vayas de viaje de aventura a ese destino un poco extraño te robarán y contraerás una enfermedad extraña.
No sé si habéis visto una película de miedo que se llama Destino Final. En ella va a producirse un accidente, pero alguien puede preverlo y varias personas que iban a morir escapan a la muerte. Pero como a la muerte no le gusta perder presas, van muriendo después por diversos motivos. Así que saben que morirán, pero no saben como, y durante la película vas viendo todas las cosas que pueden producir la muerte. Un cable sobre un charco de agua, un tornillo de una escalera mal ajustado, una máquina a punto de incendiarse. El pensamiento catastrofista es un poco así, imagina todas las cosas que pueden ir mal en cualquier momento.

SE ACABÓ EL CATASTROFISMO, VIVA EL ANASTROFISMO.

No busques la palabra en el diccionario. Porque no existe. O al menos yo no la he encontrado. Se trata de una ingenioso término de Jack Canfield, basado en la etimología de catástrofe, que en griego esta compuesto por “kata”, movimiento de arriba hacia abajo y “strofe” que es hacia abajo. Así que la mezcla sería una especie de “voltear hacia abajo”. “Ana” es movimiento de abajo arriba, así que “anástrofe” sería lo contrario de una catástrofe, un acontecimiento maravilloso. Y anastrofismo sería la mentalidad contraria al catastrofismo.

Mentalidad anastrófica sería por tanto la mentalidad que implica imaginar todas las cosas que pueden ir bien en una situación. ¿Qué ocurriría si todo fuera “a pedir de boca”?
Vas a dar una charla. Imagina que durante la charla estás seguro y tranquilo. Expones el tema con brillatez. Respondes a las preguntas con una calma y una elocuencia que sorprenden a todos los que te escuchan. La gente sale motivada, llena de energía y se te acercan a felicitarte. Ha sido la mejor charla que han escuchado en mucho tiempo.
Vas a quedar con una persona que te atrae. Apareces radiante y tu cita se da cuenta de que es así, ves como sus ojos te miran con admiración y deseo. Pasáis un rato estupendo, riéndoos de todo y descubrís que tenéis muchísimas cosas en común. Te sientes extremadamente bien.
Vas a hacer un viaje  de aventura a un destino exótico. Cada nuevo día es más interesante que el anterior, descubres cosas que ni habías imaginado. Todo sale rodado. Conoces gente extremadamente interesante que hace que tu viaje sea aún mejor. 

Cambiando tu mentalidad al anastrofismo, el mundo empieza a parecer totalmente diferente. Y la verdad, es mucho mejor así, porque además ¿sabes qué? el catastrofismo está pasado de moda. !Viva el anastrofismo!.

 

Este post es el cuarto de la semana de la alegría. Los tres anteriores son los siguientes:

Día 1. El mejor camino a la felicidad: La compasión.

Día 2 Buscar lo positivo de las cosas. El juego de lo bueno es que…

Día 3. Cómo ser más feliz dedicando un solo minuto al día

 

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5 comentarios en «El catastrofismo ha muerto, viva el anastrofismo.»

  1. Tienes toda la razón,me viene un dicho a la cabeza:¿para qué vamos a llorar antes de que nos peguen? si al final no nos pegan,habremos perdido un tiempo precioso llorando que podríamos haber aprovechado en reírnos por ejemplo 🙂
    En el momento en que algo malo nos pase ya tendremos la pena,el dolor y buscaremos la forma de solucionarlo y superarlo.No podemos estar siempre pensando que lo que nos pase será siempre malo pq entonces sí estaremos destinados a que nos pase.¿cuántas veces hemos pensado en un acontecimiento que se nos presenta y nos parece una montaña,y una vez pasado hemos pensado: pues no era para tanto!.
    Estar más cerca de la muerte que de la vida, nos hace más que nunca,ver la luz del sol y no el fondo oscuro,nos hace valorar y disfrutar de hasta el vuelo de una mosca.
    Acabo con otro dicho(que me he apropiado de una mente prodigiosa) que me parece buenísimo:”la vida son dos dias y el que estén nublados o no depende de nosotros mismos”:) Gracias.

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    • No había captado lo de “estar más cerca de la muerte que de la vida” como algo referente a un suceso tuyo personal. Luego he visto que lo explicas en otro comentario pero ahora no encuentro donde está. A veces estar cerca de perder la vida te hace ( por lo que he leído y escuchado a algún amigo) cambiar la perspectiva de todo. Quizá eso sea una de las experiencias más enriquecedoras que se pueda tener, aunque sea a la vez una de las más terribles. En todo caso me alegro mucho de que sea sólo pasado.

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  2. Compartir las cosas que sabemos son buenas para que ocurran a los receptores es entusiasmo que acompañe al envío y equilibre al pesimismo catastrófico de los destinatarios. Eso sine qua non es ¡Amor Al Prójimo!. Resultaría percibir la iluminación Del Camino, por La Magistral Cátedra de La Enseñanza de Verdad como forma de Vida, Profetizada en Sus Obras por Budha, Lao Tze, Kong Fu Tze Al ellos hablar, haciendo pleno retrato del Sabio Maestro de la Naturaleza cual primordial interés en Sus propias Vidas, despejándolo como Consciente Divino, en el que Ellos habitaron desde entonces y, antes. Sirva “La Enseñanza Sin palabras, El trato por igual a los demás como a si mismo. Renuncia a tus frutos. Solo tienes el Presente para vivir; dicho sea,sobrados ejemplos de la Sabiduría en la que Ellos Habitan deambulan en Dios ¡cual Nirvana!; profetizándolo. entusiasmo en sus Enseñanzas y Obras revelando a Dios que habita permanentemente en ellos.

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