El pensamiento de primer y de segundo orden

Estás jugando al billar. Delante de ti la bola blanca. Piensas en qué ocurrirá si la golpeas un poco hacia la derecha. Posiblemente al golpearla, la bola blanca salga hacia delante y hacia la izquierda y choque contra la bola naranja.

Pero ¿y después? ¿qué pasará con la bola naranja? ¿Saldrá hacia delante o hacia un lado? ¿golpeará contra el borde? ¿empujará a la bola azul? ¿y que hará la bola azul?

Por: flickr.com/photos/conanil/2254569543/’

El pensamiento de primer y de segundo nivel

Pensar en las directas consecuencias de nuestros actos, en qué ocurrirá al golpear la bola blanca, es lo que hace el pensamiento de primer nivel.

El pensamiento de segundo nivel lo que hace es reflexionar sobre las consecuencias de las consecuencias de nuestros actos. Es lo que pasará con las bolas golpeadas por la primera bola  y hasta dónde se irán moviendo.

Es lo mismo que ocurre con los fuegos artificiales. El fuego explota, y de esa explosión sale otra posterior y otra más, sucesivamente.

El pensamiento de segundo nivel ( podemos llamarlo genéricamente así o hablar de tercer, cuarto, quinto nivel…) es lo que caracteriza a los grandes estrategas.

Los malos jugadores de ajedrez piensan solo en el siguiente movimiento. Los grandes maestros de ajedrez tienen su mente puesta en lo que ocurrirá dentro de varios movimientos.

Los hombres de estado piensan en las consecuencias de los actos a largo plazo. Los políticos oportunistas solo piensan en lo que ocurrirá a corto plazo. Quizá no estén allí cuando se produzcan las consecuencias ulteriores.

El origen de la distinción entre el pensamiento de primer nivel y el de nivel superior

Este modelo mental, en su formulación actual, debe su origen al autor Howard Marks que en su libro la cosa más importante (The most important thing) habla de lo importante que es el pensamiento de segundo nivel para las inversiones. dice lo siguiente:

“La diferencia de carga de trabajo entre el pensamiento de primer grado y el pensamiento de segundo grado es inmensa, y el número de personas capaces de este último es muy pequeño en comparación con el número de las que son capaces del primero.”

“Los pensadores de primer nivel buscan fórmulas y respuestas simples. Los pensadores de segundo nivel saben que el éxito en la inversión es justo lo contrario de lo simple.”

 

Ejemplos de problemas generados por pensamientos de solo primer nivel

En Australia se introdujo después un tipo de sapo venenoso (cane toad) para acabar con algunas plagas. La plaga acabó siendo ese propio sapo. [note] https://en.wikipedia.org/wiki/Cane_toad#Introductions [/note]

Cuando se establecieron restricciones de seguridad a los vuelos comerciales para prevenir atentados, volar se hizo mucho más incómodo y muchos americanos optaron por el coche en trayectos que antes hacían en avión. El resultado: Hubo más aumento de muertes en los meses posteriores por accidentes de conducción, que muertes en los atentados del 11 de septiembre.

Muchos políticos suben los impuestos para recaudar más. La llamada curva de Laffer  afirma que pasado un determinado nivel de impuestos, cuanto más suben, más disminuye la actividad y menos se recauda.

 

Cómo pensar en segundo nivel

Howard Mark nos indica en detalle cómo usar el pensamiento de segundo nivel (especialmente para la inversión)

El pensamiento de primer nivel es simplista y superficial, y todo el mundo puede hacerlo. El pensamiento de segundo nivel es profundo, complejo y convulso. El pensador de segundo nivel tiene muchas cosas en cuenta:

¿Cuál es el rango de posibles resultados futuros?

¿Qué resultado creo que ocurrirá?

¿Cuál es la probabilidad de acertar?

¿Qué piensa el consenso ( la mayoría de la gente)?

¿En qué se diferencia mi expectativa del consenso?

 

Pero simplificando más, el pensamiento de segundo nivel se podría resumir en preguntarse siempre ¿ y qué pasará después de esto?

La respuesta no debería ser con seguridad absoluta, sino simplemente en posibilidades, a ser posible en porcentaje. Hay un 60% de posibilidades de que pase A y un 40% de que pase B.

No quiero acabar sin darte un ejemplo muy claro de pensamiento de segundo nivel. Está en la famosa batalla de ingenio de la princesa prometida.

 

 

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