Es malo irse a dormir enojado

“No te vayas a dormir enfadado.” Dicho americano.

 

Por: flickr.com/photos/navaneethkn/7975953800/’ target=’_blank’>Navaneeth KN
Lo siento monito, pero así no deberías irte a dormir

 

Siempre me ha gustado solucionar los problemas en el mismo momento. Cuanto más graves sean, más necesario me ha parecido hacerles frente de manera inmediata.

Por eso nunca me ha gustado acostarme tras discutir con mi pareja, si no he conseguido que volviera a salir, al menos un poco, el sol.

¿Es una de mis manías absurdas? Puede ser. Pero después de investigar, parece que la ciencia (una vez más, por una vez) me da la razón.

 

Es malo irse a dormir enojado.

 

Según un experimento de la Universidad de Massachusets, cuando vives algo que te altera es mejor que no te duermas directamente. Si lo haces, el sueño conserva la memoria de tu respuesta emocional negativa. Y cuando vuelves a experimentar esa situación, es más estresante que si no te hubieras dormido después de vivirla.

¿Por qué es así?

Para los investigadores Rebecca Spencer, Bengi Baran y otros del estudio, es lógico evolutivamente . En épocas de grandes peligros como era la de los hombres primitivos era bueno conservar las emociones negativas sobre sucesos que podían poner en peligro la supervivencia.

Curiosamente, según afirman los investigadores, es frecuente que no podamos dormir después de un suceso emocionalmente intenso. Es casi como si nuestro cerebro buscara instintivamente evitar que el sueño consolidara esas memorias.

¿Cómo se hizo el experimento?

En el experimento se observaron las reacciones de 68 mujeres y 38 hombres de unas edades entre 18 y 30 años.  Se les enseñaron fotos en un ordenador y se les pidió que las valoraran como tristes o felices y que valoraran su prio estado de ánimo como calmado o excitado.

A un grupo se le enseñó las fotos a primera hora y a otro a última hora.

Doce horas más tarde de esa primera exposición, se les volvió a enseñar a los participantes algunas de las fotos ya usadas y otras nuevas. Y se midió de nuevo su reacción en ambas escalas. Además todos los participantes llevaron un diario de sueño y pasaron por un test de calidad del sueño.

Para los participantes que habían visto las fotos por la mañana la segunda sesión fue el mismo día, mientras que para los que habían visto las fotos por la noche la segunda sesión fue después de haber dormido.

El resultado fue que el reconocimiento de las fotos anteriores fue mayor cuando se había dormido. Y contrariamente a lo que muchas veces se ha pensado, el efecto emocional también fue mayor cuando se había dormido antes.

El sueño inmediatamente posterior a una emoción preserva el recuerdo y la intensidad de la emoción.

Consecuencias:

 

En otras entradas de este blog ya he hablado de la importancia que tiene el sueño para la memoria. Podemos imaginar el sueño como un paquete que envuelve lo que hemos vivido durante el día para mantenerlo protegido.

Esto tiene efectos positivos y negativos. Y sería inteligente por nuestra parte utilizar el sueño según nuestras intenciones.

Si has estudiado algo, te conviene dormir después. Así todo se mantendrá más fresco en la memoria.

Sin embargo si has vivido un suceso traumático, has tenido una discusión, o hay algo que te haya sentado muy mal, es mejor que intentes permanecer despierto un tiempo y hacer algo que te distraiga o mejor aún, que solucione el problema. Así cuando te vayas a dormir tu cerebro no guardará un estado mental tan negativo.

No es fácil encontrar herramientas que nos ayuden a recordar más o menos. Por eso  interesa usar el sueño estratégicamente.

 

Si te gusta esta entrada no la copies, compártela en tus redes mencionando el origen. Muchas gracias

Deja un comentario