Cómo gestionar la información con el método de los collares de perlas

En el ordenador tengo mil libros esperando ser leídos. En Youtube la lista de vídeos para ver supera ampliamente las dos decenas. Tengo artículos pendientes en el one note como para llenar un viaje en tren a San Petersburgo.

La información me satura. Me sobrepasa. No puedo con todo a la vez. Tampoco puedo con todo en varias veces. Necesito unas reglas de enfrentamiento claras y estudiadas. Necesito un plan. Y lo voy a hacer.

Así es como me veo ahora mismo, como un pobre hombre que huye de un monstruo enorme de información, una masa informe y gigante como el monstruo de los cazafantasmas (de la única versión que existe para mí de los cazafantasmas).

No quiero seguir huyendo. Quiero girarme y plantarle cara al monstruo. No va a ser fácil, pero si tengo unas reglas, por lo menos tendré alguna opción.

El resto de este artículo es el intento de encontrar unas reglas para enfrentarme al monstruo de la información.

Cómo procesar la información con el método del collar de perlas

Paso primero. Priorizar la información. No toda información es importante para mí.

Puede ser que la información sea poder, pero ni toda la información tiene el mismo poder, ni es poder para todo el mundo.

El mundo está lleno de información. Cuando uno es curioso, se siente como un mono en un bosque lleno de frutos deliciosos. Querría aprender miles de cosas a la vez, pero no es posible.

Podemos llegar a pensar en un alarde de generosidad que toda información es potencialmente interesante para alguien. Por ejemplo saber si George Clooney tiene una nueva pareja, para mí no tiene absolutamente ningún valor, pero puede ser interesante para un periodista de chismorreos o para la presidenta de su club de fans.

Lo mejor es dividir la información antes de abordarla en diversas categorías. Cuando vayas a ver un vídeo, leer un libro o un artículo de blog, deberías preguntarte primero qué tipo de información es. Es el filtrado previo.

Informacion irrelevante. Es la que no merece nuestro tiempo. Las redes sociales nos llevan muchas veces a hacer click en cosas que no merecen la pena. Teniendo las ideas claras acerca de lo que es irrelevante será más fácil resistir esa tentación.

Informacion potencialmente interesante. Esta categoría es la de aquellas cosas que podrían resultarnos interesantes en un universo paralelo en el que con pero que con la disponibilidad de tiempo que tenemos hemos de prescindir de ella.

informacion interesante. Es aquella de la que podemos extraer algo por lo que merece la pena prestarle atención.

informacion esencial es aquella que por nuestras circunstancias requiere examinarla de forma cuidadosa.

Puedes hacer tu propia distinción de información y organizar todos los materiales que te lleguen en función de esa distinción. Por ejemplo tener una lista de videos potencialmente interesantes, otra de interesantes otra de esenciales. O distinguir los libros en los que te podrían interesar y los que te interesan. Ser conscientes de manera inmediata de la importancia de la información nos hace graduar mejor nuestra atención.

Segundo paso. La búsqueda de perlas. La información la recibimos en bruto, con partes más interesantes y partes menos interesantes. Hay que distinguir el trigo de la paja, hay que encontrar en las perlas de información que querremos conservar.

 

Puedes escuchar una conferencia de dos horas con muchísimas ideas, pero si las pretendes conservar todas, al final se te irán todas. La avaricia en el conocimiento rompe el saco de la memoria. Es mejor buscar una o dos perlas y añadirlas a tus collares.

Nuestra labor es abrir las ostras, encontrar las perlas y limpiarlas para poder conservarlas.

La búsqueda de perlas no tiene que consistir necesariamente en esperar a que aparezcan. Cuando ya tenemos bastante información previa, podemos ser nosotros los que vayamos a buscarlas. Cuando nosotros nos dirigimos hacia la información en lugar de dejar que la información se dirija hacia nosotros, aprendemos mejor.

Podría por ejemplo ver un vídeo sobre las formaciones militares de la antigüedad, pero en lugar de esperar a ver qué me cuenta, ir conscientemente a descubrir cuál era la diferencia entre la falange macedónica y la legión romana.

El buscar perlas concretas es una táctica muy útil para leer un libro. Puedes plantearte una serie de preguntas al empezar el libro que quieres responder. También cuando viajas en lugar de ir a ver una ciudad sin ningún objetivo puedes tener una serie de destinos especiales buscados previamente que hagan el viaje más interesante.

Tercer paso. Hay que poner las perlas en un collar. La información aislada se pierde. Tienes la perla, pero no  tiene sentido intentar conservar muchas perlas en la mano. Se te caerían. La mejor manera de conservar las perlas es uniéndolas en un collar. Has de hacerles un agujero y pasar a través de ellas una cuerda que las una.

En el caso de las ideas, la cuerda es la lógica. Cuando encadenas varias ideas entre sí, el conocimiento se refuerza y las ideas sobreviven al paso del tiempo.

El que las perlas se hayan de poner en un collar implica dos cosas:

  • Que has de hacer un esfuerzo consciente por integrar todo nuevo conocimiento en el conocimiento anterior. Por insertar la perla en el collar. No basta con poner una idea al lado de las anteriores de manera pasiva. Las has de conectar, las has de fundir para que formen una red. Es una actividad que requiere esfuerzo pero que merece la pena.
  • Que si no encuentras ningún lugar adecuado para una perla, o creas un nuevo collar para ella o lo mejor es que la dejes ir. Sigue el principio : “perla que no va al collar, dejala volar”.

Los collares de perlas pueden ser de dos tipos: de utilidad especifica o de utilidad general. Hay algunos conocimientos que adquieres para usarlos. Puede ser médico y aprender sobre una enfermedad que afecta a mucha gente. Pero también puedes aprender algo sin ninguna intención fija, como si ese mismo médico estudia la dinastia Ming de China.

Por: flickr.com/photos/daniel-wehner/14273994170/

Cuarto paso. El registro. Los collares  se registran siempre y se memorizan cuando es necesario.

Cuando creas un collar, no deberías fiarte de tu memoria. Seria una pena que esa idea desapareciera. Es mejor que la recojas en una libreta, en un archivo de Word  o en un mapa mental. Asi la próxima vez que te vuelvas a encontrar con otra idea parecida sabras de inmediato donde ubicarla.

 

Quinto paso. Memorización.

En ocasiones, además de tenerlo registrado, puede ser interesante memorizar un collar de ideas, porque lo has de usar con frecuencia o porque no puedes usar tu registro.

¿Cómo memorizar? Este paso daría para escribir un solo libro pero podemos decir que en el recuerdo intervienen varios factores: esfuerzo al registrarlo, asociaciones creadas, interés, uso del material, reflexión realizada sobre lo aprendido, intentos de recuerdo, voluntad de recordar.

En otra entrada desarrollaré estas ideas, pero básicamente cuanto más uses un collar y más integres las nuevas ideas  y reflexiones sobre sus relaciones, más fácil será que recuerdes.

 

 

 

 

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