Las preocupaciones que te atormentan: El efecto rebote.

 

A lo largo del día muchas preocupaciones invaden tu cerebro.

Tienes que acordarte de pagar la renta del apartamento. Mañana es el cumpleaños de Carlos. Deberías devolver la llamada a María…

Las preocupaciones se presentan una y otra vez, repitiéndose como una comida indigesta

..renta, renta, cumpleaños, renta, llamada, cumpleaños, llamada…

…y tú, cómo un malabarista vas añadiendo más y más bolas a tu cerebro.

¿Te sorprende que alguna se caiga? ¿Te sorprende que olvides muchas de esas cosas?

Yo creo que le estás pidiendo mucho a tu cerebro.

 

Por: flickr.com/photos/helico/404640681/
Vengaaaa una preocupación más.

El malabarista cansado.

 

Si sigues jugando a los malabares, muchas bolas se caerán al suelo. Y sin embargo, eso no es lo peor. Peor aún es el esfuerzo que tiene que hacer tu cerebro para mantener todas esas pelotas en el aire.

Lo acabas pagando. Terminas llegando a tu casa al final de la tarde muerto de cansancio, cayendo a plomo sobre el sofá y sin energía más que para encender la tele.

¿Qué es lo que te ha ocurrido?

 

El efecto rebote.

A nuestro cerebro  no le gustan las cosas incompletas. Es el llamado efecto Zeigarnik. Todo lo que no está acabado nos persigue como un fantasma hambriento de víctimas. Por eso necesitas saber cómo acaba esa serie de televisión. Por eso tu cerebro te tortura diciéndote: “compra el regalo para el cumpleaños de tu padre”.

Y no para. Te lo repite una y otra vez. Es como una pelota de baloncesto  tirada sobre el suelo que rebota una y otra vez, gastando tu energía, obligándote a prestar tu atención.

El efecto rebote

Cómo acabar con el efecto rebote.

Ya he dicho que pretendía encontrar reglas sencillas para mejorar tu vida. Y voy a empezar a hacerlo aquí.

La regla que propongo para solucionar el efecto rebote es la siguiente:

Regla 2 &out.  Cada vez que una preocupación pase por mi mente por segunda vez, la pondré por escrito.

Poner la preocupación por escrito hace que no tengas que preocuparte de ella. La bola con la que hacías malabares queda guardada en una caja, la pelota de baloncesto deja de botar, el fantasma de la preocupación que te perseguía vuelve a su tumba.

Pero… ¿dónde escribirla?

En cualquier lugar que puedas consultar después.  Puede ser una lista de cosas que hacer, una hoja de word, o un diario. Lo único que importa es que sea un lugar que puedas revisar después.

Si sigues un sistema de productividad como GTD, tendrás un lugar bien definido, físico o virtual donde recoger esas preocupaciones.

Una vez que pongas la preocupación por escrito, habrá dejado de rebotar en tu cabeza, y podrás descansar.

Al fin y al cabo ya tenemos todos la cabeza lo suficientemente mal, como para tener pensamientos sueltos rebotando por ahí.

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2 comentarios en «Las preocupaciones que te atormentan: El efecto rebote.»

  1. Hola Iván ., me parece excelente tu trabajo …..sabes me as dado un inicio , una nueva forma de pensar en las cosas ., me gusta tu forma de ver la vida .

    Por cierto sigo pensando en cómo crear un valor ??? . Cuando lo tenga te lo aré saber .

    Gracias !!!

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