Mirando los sentimientos ajenos.

Busca primero entender, luego sentir entendido” Stephen Covey. 

 

Seguro que lo has visto alguna vez en alguna película o serie. Hay un diálogo entre dos personajes. Uno da el diálogo por acabado y se va. El otro no dice nada, pero la imagen nos indica que no ha quedado del todo satisfecho. Después, la película nos muestra como esa persona insatisfecha se venga.

¿Qué ocurrió?

Ocurrió que uno de los personajes no quiso descubrir lo que el otro sentía. Navegó solo por la superficie de sus palabras, sin profundizar en lo que está más allá de las palabras. Y eso siempre tiene consecuencias.

 

Por: flickr.com/photos/carbonnyc/5993229854/

 

Lo que no dicen las palabras.

 

Todos queremos cosas. Muchas de esas cosas no las decimos, pero esperamos que los demás las descubran. Y dentro de lo que queremos siempre hay algo que es prioritario, y diferente para cada uno.

Tengo en mi trabajo un compañero al que le encanta jugar al golf. Está en un pequeño grupo de aficionados. Cada dos semanas se reúnen y compiten. Al final del año, el que tiene mejor puntuación es el ganador. A mí eso no me interesaría en absoluto, pero para mi compañero es muy importante.

A él no le importa trabajar de más otros días. Sin embargo no quiere ni pensar en perderse una de esas partidas.

Yo sería muy estúpido si no tuviera en cuenta ese interés. Yo sería muy estúpido si me quisiera convertir en un obstáculo para que él consiga lo que desea. Pero es muy buena idea convertirme en alguien que facilite el cumplimiento de sus deseos ( ser una persona que suma y no una persona que resta)

 

Todos llevamos un cartel en el pecho.

 

Righteous by Paul Hallaway
Righteous by Paul Hallaway

 

Antiguamente para hacer publicidad, se ponía a una persona con un cartel en la calle. Aún en algunas ocasiones se ve todavía alguien así.

Sería muy fácil si todos mostráramos así lo que queremos. Pero no lo hacemos, y somos nosotros quienes hemos de hacer el esfuerzo de descubrir qué sentimiento tenemos y qué es lo que nos importa.

Cuando estés tratando con cualquier persona deberías tratar de descubrir dos cosas.

1) Lo que pretende conseguir, y

2) el estado anímico en que se encuentra.

 

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Para descubrir eso, has de escuchar, claro que sí, pero has de hacer más que eso. Has de pensar en lo que conoces de esa persona, en lo que te muestra su lenguaje no verbal, en lo que suelen querer otras personas en situaciones parecidas, en lo que querrías tú si estuvieras en su lugar.

Una vez que entiendas lo que esa persona necesita, y cómo se encuentra, entonces sí será el momento para intentar conseguir lo que quieres tú.

Todo tiene un orden. Y tratando con los demás el orden es el que dice Covey: primero entender y luego ser entendido.

 

 

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1 comentario en «Mirando los sentimientos ajenos.»

  1. En efecto, debemos de priorizar el verbo escucha antes del verbo hablar. El saber lo que otros quieren nos pondría siempre en una posición muy privilegiada de cara a trasmitir y conseguir nuestros objetivos en una conversación.

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