Premeditatio malorum: ten siempre un plan B

Jaime va a irse de vacaciones a una isla de los mares del Sur. Le queda solo una semana, pero ahora tiene un rato libre. Se sienta en un lugar apartado y cierra los ojos. Va a imaginarse lo que puede ocurrir. Pero a diferencia de otros, Jaime no va a verse tumbado en una playa de aguas cristalinas bebiendo un coco loco. Jaime está imaginando todas las cosas que pueden ir mal.

¿Qué sentido tiene imaginar que las cosas pueden ir mal?

¿No es eso ser negativo?

¿No es mejor pensar que todo va a ir bien?

Lo que hace Jaime no es nuevo. Jaime está usando un ejercicio que hace dos mil años usaba el filósofo estoico Séneca. La premeditatio malorum.

 

Por: flickr.com/photos/impulsenine/9021700938/

Premeditatio malorum

Si una meditación es un pensamiento, la premeditatio ( como premeditar) es pensar sobre algo antes de que ocurra. Y malorum significa de los males. Así que premeditatio malorum es como la premeditación de los males o el pensamiento previo sobre lo que puede ir mal.

La premeditatio malorum es una forma de visualización en la que uno imagina todas las cosas negativas que pueden ocurrir ( como perder un avión).

Al examinar lo negativo que puede ocurrir conseguimos un doble efecto. La primera es reaccionar con templanza y tener preparada una respuesta.

Es fácil quedarse en una de las dos cosas.

Puedo pensar en lo malo que puede ocurrir y limitarme a pensar en soluciones sin centrarme en controlar mi respuesta emocional.

O puedo simplemente pensar en cómo aceptaré eso, sin tratar de pensar en cómo salir del problema.

Pero lo conveniente es preparar tanto la reacción emocional como la respuesta.

Veamos los tres pasos por tanto, encontrar los males, prepararnos emocionalmente y buscar soluciones.

Encontrar los males

¿Cómo encontramos todo lo malo que puede ocurrir?

A algunas personas esto no les supone ninguna dificultad. A otros sí. Hay que examinar con lupa cada paso que daremos y pensar en todo lo negativo que pueda ocurrir. Obviamente nunca vas a poder pensar en todos los males, y tampoco es necesario, pero sí conviene que pienses en un mal por lo menos para cada paso de lo que vayas a hacer.

Por ejemplo: tienes una cita con una chica. Tratas de imaginar qué podría ir mal.

Hay atasco en el camino al punto de encuentro.

Estás esperando durante 20 minutos y no aparece.

Aparece y no es en absoluto como recordabas

Te llama y dice que se lo ha pensado mejor.

Sí, ya sé que prefieres pensar en lo bien que te iría en la cita. Pero de esta manera te estás preparando mucho mejor para todo lo que puede ocurrir.

Prepararte emocionalmente

Para preparar tu mente para ese mal, has de aprender a verlo como los estoicos llaman “indiferente no preferido”.

¿Qué significa ese concepto tan extraño?

Significa que aunque preferirías que no pasara, una vez que pasa no te altera.

Significa que aunque tengas una idea original que es la que te gustaría que funcionara, estás más que dispuesto a tomar otro camino si eso es necesario.

Significa que eres consciente de que es algo que te gustaría que ocurriera pero no depende de ti, sino de factores externos y por eso no le das una importancia demasiado grande.

En el estoicismo lo único de verdad deseable es la virtud y la acción motivada por la virtud, que es lo único que depende de nosotros.

No podemos elegir las cosas que pasan, pero sí podemos elegir cómo reaccionamos a ellas.

Para conseguir esto, es fundamental hacer como dicen los estoicos  un adecuado uso de las impresiones.

Epicteto lo expresa así:

En primer lugar, no te dejes llevar por la intensidad de tu impresión, sino diciendo: “Impresión, espérenme un poco. Déjame ver lo que eres, y lo que representas. Déjame probarte. Luego, después, no permitas que te dibuje imaginando lo que puede venir a continuación, porque si lo haces, te conducirá donde quiera. Pero más bien, debes introducir alguna impresión noble y noble para reemplazarla, y desterrar esta base y sórdida. (Discursos 2.18.24-5, Trans. Duro)

Se trata de no reaccionar de inmediato, sino de introducir un espacio entre lo que ocurre y la impresión que tendríamos sin entrenamiento. Y luego cambiar esa impresión por otra distinta. Es elegir la reacción que tendremos ante un suceso.

Eso nos lleva al paso siguiente

Buscar soluciones, el plan B

Una vez que hayamos elegido la impresión con que haremos frente al mal imaginado, se trata de elegir la acción adecuada, el plan B con el que saldremos adelante a pesar de que las cosas no han ido como queríamos.

  • Tengo una escala de solo una hora en el aeropuerto ¿Qué pasa si pierdo el segundo avión? Puedo planear hacer una visita a la ciudad, o destinar el tiempo a escribir un par de artículos.
  • ¿Qué haré si no admiten a mi hijo en el colegio que prefiero? Puedo pensar en otros colegios alternativos.

Muchas veces cometemos el error de tener solamente un plan A. Si ese plan no funciona, entonces nos sentimos paralizados. No sabemos qué hacer.

Planificar no es hacer un plan A. Planificar es tener un plan A y al menos un plan B por si ese plan no funciona.

Al tener un plan B, disminuimos el miedo, porque la mejor manera de evitar el miedo es sabiendo que ocurra lo que ocurra podremos gestionarlo.

El plan B de la gestión de las expectativas

En ocasiones no hay nada que podamos hacer si ocurre un problema. Al menos nada que podamos hacer en el mundo exterior. Pero siempre podemos gestionar las expectativas. Siempre podremos aprender a convivir con eso. Siempre podremos decir “no me gustará, pero estaré bien”.

 Visualización del conjunto

Una vez que tengas el plan A, hayas imaginado los males, tu reacción a ellos y el plan B, puedes combinar todo eso en una visualización. La visualización que incluye la aparición de obstáculos y su superación, es mucho más poderosa que la visualización ordinaria que presenta todo ocurriendo sin problemas.

Mente de diamante

Muchas veces intentamos reaccionar de la manera más adecuada a lo que nos ocurre. Pero lo intentamos en el momento en que ya ha ocurrido. La “premeditatio malorum” nos permite prepararnos de antemano para lo que pueda ocurrir. Una mente de diamante consiste también en hacer nuestros planes considerando los obstáculos que pueden surgir.

Como dicen los americanos, espera lo mejor pero prepárate para lo peor. Así, si ocurre, te asegurarás de que lo peor no es tan malo.

 

 

Si te interesa el mundo de los estoicos, te recomiendo estos libros:

 

 

 

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