Superficiales: ¿Qué valor le damos al atractivo?

Seamos realistas, nadie duda de lo importante que es la apariencia para muchas cosas. Muchas veces la gente se queja de la importancia de la apariencia para luego mostrar sus preferencias descaradamente por personas con una apariencia más agradable. ¿Pero en  qué influye la apariencia y el atractivo físico? ¿Somos tan superficiales?.

 

Ella no sabe como consiguió el trabajo. Su jefe sí.
Ella no sabe como consiguió el trabajo. Su jefe sí.

En el trabajo. 

Los investigadores en la universidad de Leuphana de Lüneburg en Alemania, han descubierto que los sueldos y la promoción en el trabajo dependen del nivel de atractivo. Y no pienses que es sólo el caso de la chica guapa contratada por un jefe salido. De hecho para los hombres es incluso más importante que para las mujeres.

Según esa investigación, un punto más de atractivo ( en la escala 1-10 de toda la vida) supone un 3% más de posibilidades de ser contratado. Cinco puntos más son tan importantes como una carrera universitaria.

Según dicen los investigadores no es probable que las personas que seleccionan el personal sean conscientes de que hacen la elección en base al atractivo. Simplemente piensan que actúan así porque se trata de una persona más competente o más agradable. Quizá porque está demostrado en diversos estudios que las personas más atractivas son juzgadas por los demás como más competentes o más agradables.

 

En política. 

Los investigadores John Antonakis y Olaf Dalgas realizaron un estudio en el que presentaron fotos de parejas de candidatos que compitieron en las elecciones parlamentarias francesas de 2002 a estudiantes suizos que no los conocían. Al decirles que determinaran, sólo por la foto, cuál era el candidato más competente, eligieron en un 70% de las ocasiones al candidato que al final ganó. Por tanto el atractivo influye en la valoración de la competencia.

En un segundo experimento se preguntó a niños entre 5 y 13 años que eligieran a la persona adecuada para ser el capitán en un juego para llevar un barco de Troya a Ítaca . Y podían elegir entre los mismos pares de candidatos. Los más seleccionados fueron de nuevo los candidatos ganadores ( que obviamente no eran conocidos por los niños)

Parece por tanto, que el hecho de que Kennedy o Clinton  fueran bastante atractivos no era ninguna casualidad.

 

 En juicio. 

Aunque resulte difícil de aceptar, también en juicio influyen las apariencias.

Se instruye a los jurados para tomar sus decisiones según criterios únicamente jurídicos. Sin embargo en una investigación con 80 jurados, se ha comprobado que los acusados que fueron percibidos como sinceros o arrepentidos no fueron en la mayor parte de los casos condenados a muerte. Sin embargo los que daban la impresión de estar aburridos o resultaban intimidantes sí que tenían más probabilidades de ser condenados a muerte. Los acusados más atractivos, aunque sea duro de aceptar, obtuvieron sentencias más favorables.

Para ligar.

El que dude de que la apariencia es importante para ligar, se trate de un hombre o una mujer, ha debido salir poco de casa, o estar dándose una vuelta por alguna luna de Júpiter.  

Hay muchos estudios que indican que el atractivo es básico para ligar. Ya hace bastante tiempo se comprobó en unas citas organizadas aleatoriamente, que el factor más determinante para saber si se pediría o no una segunda cita era el nivel de atractivo. Más importante que el dinero, la simpatía, la inteligencia, la cultura, o ninguna otra cosa.

A pesar de todas las frases de ” Toda mujer es hermosa” o “El hombre y el oso cuanto más feo más hermoso”. La realidad es la que es. Sin embargo hay que recordar que eso se refiere a la posibilidad de obtener una segunda cita. Posiblemente la importancia del físico disminuye según se va conociendo más a la persona.

Conclusión.

La apariencia es importante. Mucho más importante de lo que nos gustaría que fuera. Es cierto que usamos a veces expresiones como “No se juzga un libro por su portada” ( “You don´t judge a book by its cover”) pero la realidad es que sí valoramos las cosas por su apariencia. Un libro, una revista, un coche, una tostadora, o un restaurante.

Tenemos dos opciones.

Una es pasarnos la vida negando la evidencia y maldiciendo el no poder vivir en un mundo en el que todo sea perfecto y se nos juzgue por nuestro interior.

La otra es aceptar que es lógico que valoremos la apariencia. Que desde nuestro pasado evolutivo siempre hemos tenido que deducir las cosas por signos exteriores. Que teníamos que saber si al elegir una pareja esta estaba sana. Porque el elegir una persona enferma haría que nuestros esfuerzos reproductivos no sirvieran para nada. Que era importante saber si el jefe de la tribu era capaz, porque si no lo era, ello podía significar nuestra muerte.

Y todas esas cosas no las podíamos preguntar, ni podíamos hacer una investigación en profundidad. Sólo podíamos deducirla de los datos disponibles para nuestros sentidos. Así que , en nuestro pasado,teníamos que ser superficiales.

Y una vez que aceptas que la apariencia se valora, has de dedicarte a mejorar la tuya todo lo posible para obtener el resultado más conveniente según el campo de que se trate. No vas a ser más alto, ni más joven, es verdad. Pero puedes ir mejor vestido, puedes adelgazar si lo necesitas, puedes no morderte las uñas, puedes cortarte el pelo con más frecuencia, puedes preocuparte de llevar la ropa siempre limpia.

Te puede gustar o no. Pero el mundo es así. Y si consigues darle a la apariencia la importancia que tiene tus resultados en todos los campos mejorarán enormemente.

NOTA: Por algún desastre ajeno a mi voluntad pero imputable a mi torpeza no se pueden hacer comentarios en esta entrada. Prometo hacer pronto una entrada más polémica para quien quiera pueda ponerme a caldo.

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