Durante aproximadamente quince días he estado totalmente perdido. Lo sé, he olvidado el blog, he dejado de escribir y ni siquiera he podido entrar para aceptar los comentarios.
Te diré porqué.
Y no es una disculpa sino una explicación.
Siempre he pensado que en algunas ocasiones uno tiene que alejarse de todo aquello que le importa. Que ha de ir muy lejos, donde sea capaz de descubrir lo que las cosas cotidianas valen en realidad.
Durante quince días he estado viajando solo por Tailandia. No os preocupéis, no me voy a considerar por encima del bien y del mal por haber pasado unos días fuera. A mí me encanta viajar, pero también pienso que últimamente viajar está sobrevalorado como escribí una vez. No porque no sea fabuloso viajar, sino porque parecería que ningún crecimiento personal es posible sin ello.
Lo que en mi opinión es muy conveniente es la perspectiva que da el estar lejos. Durante estos días he vivido muchas experiencias y aventuras, me he divertido y he descubierto muchas cosas. Pero todo acaba. Y no hay Ulises que no quiera volver a su isla de Ítaca.
Si tuviera que apostar, diría que para Ulises lo más importante no fue su viaje, sino la nueva mirada que ese tiempo de distancia le dio sobre su propia tierra.
A mí este tiempo de desaparición, de no contacto, me ha permitido mirar todo con nuevos ojos. Y con estos nuevos ojos, veo de nuevo mi vida de España y creo que todo merece la pena: mi familia, mi trabajo y este blog que tantos esfuerzos me cuesta en ocasiones.
Quizá todos necesitemos desaparecer de cuando en cuando.
Nunca he comentado en sus aportes por temor a equivocarme.
Pero dejeme decirle que lo espere cada mañana como hoy para leerle :’)
Saludos.
Un abrazo Manuel, y muchas gracias por tus palabras, que iluminan mi día. Todos nos equivocamos, y yo el primero.
Bienvenido!
Se te ha echado en falta eh?
Estaba hasta las mismísimas de entrar en tu página y ver el Gigo denlos coj****
Sinceramente pensé que habías dejado morir el blog.
Me parece una buenísima idea eso de desaparecer. Yo lo hice hace cosa de tres años. Cuatro días. A unos cuantos cientos de kilometros de casa. Volví diferente. En aquél momento lo necesitaba. Pude hacerlo y lo hice. No sé qué habría pasado si no me hubiera ido.
A veces ( pocas veces) aún siento la necesidad de irme ( un día aunque sea, o dos, o tres…). Y retirarme. Sin móvil. A la aventura.
Es verdad que vuelves con otros ojos…
Espero hayas disfrutado del viaje Iván y bienvenido de nuevo.
P.D: la próxima vez podías dejar programados quince post noo??? Presión, presión… Jejeje
Dejé programados unos pocos. Pensé, optimistamente que escribiría estando allí. Craso error. Sobrevaloré mi capacidad.
Un error? No sé yo…
Que te quiten lo bailao! Y lo a gusto que has estado qué? Envidia me das!!:)
Míralo por el lado positivo: ahora te leeremos con más ganas. Es como cuando tu grupo favorito deja un tiempo de tocar y sacar discos y de pronto reaparece. Los fans se vuelven locos!! Apuesto a que muchos que te leen y no comentan te han echado en falta.
La verdad es que es un gusto leerte cada día.
Muchas gracias Diana. Uno tiene su corazoncito y agradece mucho a quienes como tú, han dado muestras de echarme de menos.
¡Bienvenido de vuelta, Iván! Cierto es que yo te he echado en falta. Enhorabuena por esa perspectiva que has podido encontrar a través de tu viaje. Como decíamos una vez, és lo más hermoso de viajar: volver renovados, con la mirada ampliada, con el corazón más abierto… ¡Bien hallado!
Muchas gracias Gloria, un placer reencontrarse con los amigos, y entre ellos contigo.