¿Te pasa frecuentemente que piensas en muchísimas cosas al mismo tiempo?
Quizá no es tan malo. Al menos eso es lo que dice un proverbio portugués:
Piensa en muchas cosas, pero haz solo una.
Piensa en muchas cosas pero haz solo una
Este proverbio distingue dos fases en los actos humanos: la planificación y la ejecución.
En la planificación has de considerar todas las posibilidades. Tienes que tener en cuenta todas las opciones, hacer un premortem para considerar todo lo que puede salir mal y todas las variables que hay que tener en cuenta.
En la fase de ejecución no es bueno tener varias posibilidades en la cabeza, al menos de un modo simultáneo. Si tienes en la cabeza varias cosas, es probable que no hagas ninguna bien. Es lo que pasa por ejemplo en el fútbol cuando un jugador no sabe si pasar la pelota o disparar. Normalmente lo que ocurre entonces es que hace algo intermedio que nunca sale bien.
Es como si al hacer las cosas hubiera dos partes.
En la primera estás en el centro de mando, con unos generales mirando el mapa y decidiendo qué acciones tomar en función de todas las circunstancias. Eso es el planeamiento.
En la segunda parte eres el soldado que tiene que llevar a efecto la misión encomendada. No tienes que pensar, sino que ejecutar. Si tu propósito no funciona, puedes tomar el plan B que ya estaba determinado. Incluso si de pronto hay algo que no estaba previsto en absoluto, puedes plantearte qué hacer, pero solo en ese caso, como haría un soldado que estuviera en una situación en la que nadie hubiera pensado.
Cuando hablamos en el sentido practico creo que definitivamente pensar mucho es malo no?, pero también es malo actuar sin pensar no?
Yo siento que debe haber equilibro, y debes de ver si te conviene pensar mas o actuar mas.
Creo que son dos cuestiones relacionadas. En el momento de la planificación conviene pensar más bien mucho, pero sin pasarse y sobre todo sin hacerlo de manera circular. En el de la ejecución prácticamente nada.