Hace poco leí un muy interesante artículo de Raúl Hernández González en el que llamaba la atención sobre el hecho de que normalmente conocemos muchas herramientas para hacer las cosas, pero no profundizamos en ellas, y son muy pocas las que realmente podemos utilizar.
Estoy muy de acuerdo con esa idea. Hoy en día tenemos a nuestro alcance multitud de posibilidades de aprender cosas y pasamos de una a otra como quien pasa saltando de tronco en tronco sobre un río sin llegar a apoyarse del todo en ninguno de ellos por miedo de mojarse.
El síndrome del niño en la pastelería.
Ya sabéis los que sois habituales que yo creo que gran parte de las explicaciones a nuestros comportamientos están en la evolución. Piensa en un hombre primitivo. Para el cualquier novedad es muy valiosa. Algo que antes no existía y que de pronto aparece puede ser algo sin importancia pero en un entorno con pocos estímulos es posiblemente una oportunidad o un peligro.
Un mundo primitivo.
Si eres un hombre primitivo y de pronto ves los arbustos moverse, es más que probable que sea o algo que puedes comerte o algo que te puede comer a ti. Así que es mejor que le hagas caso.
En un mundo primitivo el tiempo es bastante abundante, la atención es casi ilimitada y los estímulos son muy pocos, así que hacer caso a cualquier cuestión novedosa es una decisión bastante sensata.
El equivalente sería un niño que entrara con un saco enorme de monedas a una pastelería con solo un par de dulces. El niño podría sin ningún tipo de problema comprar todos los dulces.
El mundo moderno.
El mundo moderno es lo contrario al primitivo. En la ciudad millones de cosas se mueven a la vez, y la gran mayoría ni te afectan ni deberían importarte.
En el mundo moderno el tiempo es muy escaso, la atención es extremadamente limitada, y los estímulos son muy pocos, así que no puedes permitirte hacer caso a cualquier novedad.
Aquí el equivalente sería un niño que entra a la pastelería más grande del mundo con solo un par de monedas. El niño puede mirar los muchísimos pasteles para saber cómo son, pero no puede intentar llevárselos todos. Y si pasa su vista eternamente de pastel en pastel acabará por no llevarse ninguno.
¿Tiene solución el síndrome del niño en la pastelería?
Hemos de ser conscientes de la limitación de nuestras posibilidades, hemos de ser además conscientes de la infinitud de posibilidades existentes. Y sabiendo eso, mi opinión es que hay que distinguir dos fases:
1. Fase de exploración.
Es el equivalente a pasar la vista por todo el mostrador de pasteles. Conocer las posibilidades que existen es necesario para no dejar pasar de largo nada realmente interesante. Lo importante es que esta fase sea una fase superficial, extensiva, que no nos haga perder tiempo por sumergirnos a medias en algunos conocimientos.
2. Fase de decisión.
Considerando nuestros recursos de tiempo, atención y energía hemos de optar por la asignación más eficiente y más agradable para nosotros de esos recursos.
3. Fase de ejecución.
Siguiendo lo que hemos decidido en la fase anterior, profundizamos en el conocimiento de lo que hemos elegido. Aquí hemos de optar por la inmersión total, con plena atención y con dedicación intensa y constante.
Una vez comidos los dulces elegidos, cuando tengamos de nuevo en nuestro bolsillo unas hermosas y brillantes monedas, será el momento de volver sonrientes a la pastelería.
El otro dia tomé para desayunar un chucho artesano con crema de canela.Algo impresionante!!!!
¿qué veo muy claro? que en la fase de exploración y la de decisión me habría decantado seguro y me habría fijado más en algún pastel de chocolate,y me habría perdido la opción de comer el chucho de crema que me pareció igual o incluso más bueno.
Creo que no debemos limitarnos o condicionarnos por nuestras preferencias,pq entonces dejamos de lado cosas que pueden ser muy interesantes auqnque a primera vista no lo parezcan.
Es cierto que debemos priorizar,pero de tanto en tanto,pienso que hay que ir probando otras opciones que en principio no son nuestro principal interés,pq nos podemos llevar una sorpresa muy grata en la fase de ejecución.
Muy interesante y muy útiles las fases,alucinante la foto de los pasteles 🙂
No muerdas la pantalla que no son de verdad.
Pero lo parecen 🙂 esa viene a ser la gran diferencia entre un dibujo y una foto, jajajjajaja!! (con cariño eh!!)
Entre un dibujo malísimo y una foto buena. Que no veas si soy malo haciendo fotos también.
Ya somos dos, a mi siempre me salen sombras de los dedos en las fotos, jajaja,o cabezas cortadas,o pies cortados…..ni hecho aposta,y parece fácil con sólo enfocar y apretar un botón!!
Lo más gracioso es que no sé cuantas veces en mi vida me habrán dicho aquello de “perdona,nos puedes hacer una foto”y yo pensaba “tú mismo,ya verás cuando reveles el carrete…”
Pero que sepas que así como lo de dibujar de momento se me seguirá dando mal, en lo de la fotografía estoy aprendiendo. Dentro de unos meses veremos.
Es un mundo interesante y divertido, ¡¡¡¡aplícate !!!!!que tendremos que ver alguna exposición no??en meses o en años 🙂 da igual
Tengo varias carpetas forradas con colage de fotos de viajes, recortadas y pegadas.Son muy divertidas de ver,no es como tenerlas en el típico album.Son carpetas que utilizo y así tengo el recuerdo más presente.Te da hasta alegría de mirar los papeles que hay dentro cuando coges una carpeta, muy recomendable para poner dentro facturas jaja.
Quedan muy chulas en la estantería.
No lo había pensado. Aunque tampoco pensaba en imprimir la mayor parte de las fotos sino solo en tenerlas en versión digital. Pero bueno si me salieran muy bien sería posible.
Pruébalo,el resultado te encantará y no hace falta que sean fotos muy buenas,sino fotos que te digan algo,tampoco fotos enteras,algunas sólo trozos que te gusten,puestas torcidas,mezcladas,incluso yo en alguna carpeta tengo entre las fotos entradas de algún lugar que me encantó visitar,billetes de metro….
Con fotos de tu bebé el resultado puede ser espectacular y el recuerdo cuando el sea mayor y las vea…..de esas fotos llorando a grito pelao que son muy divertidas, durmiendo profundamente,riendo,fotos de sus piececillos,jaja. A mí me encanta la idea 🙂
Si te animas te recomiendo una cosa,cuando las plastifiques,hazlo en una imprenta bien hecho,pq yo tengo algunas,las primeras,que me las palstifiqué yo con papel de ese transparente de forrar los libros y con el tiempo se estropea.
Anímate,hazme caso y no te arrepentirás 🙂
A ver si me animo cuando me salgan un poco mejor. Ya te contaré.