Cómo ser estoico Massico Pigliucci

Cómo ser un estoico

https://youtu.be/ggTkhxts76Y

Quizá muchas veces has oído esa palabra y te suena algo como que ser estoico es resistir las adversidades. Y en parte es cierto, pero hay mucho más.

El libro de Massico Pigliucci Cómo ser estoico nos descubre las enseñanzas fundamentales de los estoicos.

La filosofía de los estoicos lleva más de 2000 años enseñando a los seres humanos a ser más virtuosos y a evitar el sufrimiento.

Pero empecemos por el principio. Y el principio fue alrededor del año 300 antes de Cristo en Atenas. Allí un grupo de personas se reunían en un edificio del Ágora de Atenas llamado Stoa Poikilé o Pórtico Pintado.

A partir del año 155 Antes de Cristo el estoicismo se extendió a Roma y consiguió muchos seguidores de todas las clases sociales. De hecho dos de los filósofos estoicos más importantes fueron Epícteto, un esclavo cojo que consiguió su libertad y Marco Aurelio, el emperador romano.

Principios esenciales del estoicismo

Dicotomía del control

“De las cosas, algunas dependen de nosotros y otras no. Dependen de nosotros la opinión, el movimiento del alma, el deseo, la aversión; en una palabra, todo lo que es nuestro propio hacer. No dependen de nosotros el cuerpo, la riqueza, la reputación, los cargos; en una palabra, todo lo que no es nuestro propio hacer.”

Hay dos tipos de cosas en el mundo. Las cosas sobre las que tenemos algún control y las cosas sobre las que no tenemos ningún control. Tenemos que poner nuestra atención en las cosas que podemos controlar y no en las que no podemos controlar

Si estás subido un avión, puedes hacer cosas para relajarte, puedes antes de subir decidir si el viaje es necesario no es necesario o elegir la compañía aérea en que quieres volar. Lo que no puedes es influir sobre que el avión evite los peligros así que es mejor que no te centres en eso.

No se trata de ser pasivo sino de no perder energía con cosas que no puedes modificar.

La finalidad de la vida

Para los estoicos nosotros no tenemos que perseguir los beneficios materiales como la riqueza o la comodidad sino perseguir la virtud moral.

No se trata de rechazar la riqueza o de la comodidad. Solo se trata de que esas son cosas preferidas pero no necesarias, lo que los estoicos llamaban “preferidos indiferentes” porque lo importante es la virtud moral.

¿Qué es la virtud moral?

pero si la virtud es tan importante que es lo que compone la virtud. Para los estoicos la virtud tiene cuatro componentes:

Temperancia: es la capacidad para resistir los deseos instintivos

Coraje: que nos da la energía mental para actuar bien en circunstancias difíciles, como hacer frente a un abusador.

Justicia que consiste en tratar a los otros de una manera equitativa y digna.

Pero el más importante de todos los componentes de la virtud para Sócrates, es la sabiduría. Para saber para saber cómo tratar con cualquier situación tenemos que tener sabiduría.

El modelo de comportamiento

Los estoicos eran partidarios de tomar un modelo de comportamiento de una vida virtuosa así por ejemplo Séneca al escribir un ensayo sobre la naturaleza de una persona sabia consideró como un modelo a Marco Catón senador de Roma. Catón cuando era un comandante militar marchaba comía y dormía con sus soldados lo que hacía que estos le amaran y además era incorruptible. Cuando Julio César se quiso hacer con el poder, Catón se le opuso aunque eso acabó significando su muerte.

La actitud ante la muerte

Los estoicos tenían una actitud muy clara ante la muerte.

El ser humano como el trigo, crece, madura y muere. La única diferencia es que nosotros podemos reflexionar sobre ello.

Pero no debemos temer a la muerte, sino valorar la vida.

“No puedo escapar de la muerte, pero al menos puedo escapar del miedo a ella.” —Epicteto

Debo morir, ¿debo? Si es ahora mismo, entonces estoy muriendo: si es dentro de poco, cenaré ahora, ya que es la hora de la cena, y después, cuando llegue el momento, moriré.

Epícteto dice que debemos recordar constantemente la impermanencia de las cosas y las personas.

Cuando besas a tu pareja o a tu hijo, piensa que besas a alguien mortal. Así no te dolerá tanto si te son arrebatados.

No se trata de indiferencia, se trata de afrontar el hecho de que las personas que amamos no son eternos y que precisamente por ello debemos considerarlos más preciosos.

La actitud ante las cosas irritantes de la vida

Cuando en la vida ocurre algo irritante, como cruzarte con una persona desconsiderada, evita la reacción inmediata. Si tomamos un instante, podremos contener nuestra tendencia a una reacción de rabia o frustración.

Además puedes tratar de imaginar que esa situación le está pasando a otra persona, como a un amigo. Y el consejo que le darías. Seguramente sería una respuesta más racional que cuando lo vives como propio.

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