A mí me recuerda a las películas en las que alguien va a la tienda de una hechicera. Corre las cortinas llenas de estrellas de color plata y se encuentra con la adivina. La adivina tiene el pelo invariablemente rizado, unos pendientes dorados y muy grandes (precursores quizá de los pendientes de las “chonis” de barrio) y unas uñas largas y posiblemente pintadas.
Mucha gente le preguntaría sobre el amor, sobre el trabajo o sobre la salud. Pero siempre hay alguien más ambicioso y valiente, que cuando la adivina le cuestiona por su pregunta, se calla un rato, y dice “Quiero saber cuando voy a morir”.
Ahora ya no necesitas a la adivina. Ahora existe un reloj que te dice el tiempo que te queda de vida. Se llama Tikker.
Obviamente, es una estimación. Aún no se ha inventado el reloj que como en la película “In time” te diga el tiempo exacto en segundos que te queda de vida, y pasado el cual caerás al suelo tan inmóvil como un troll después de convertirse en piedra.
Cómo sabe el reloj lo que te queda de vida.
Se realizan una serie de preguntas, (semejantes imagino a las que te hacen en un seguro de vida) para saber tus circunstancias, hábitos y estado de salud. También influye tu sexo, todos sabemos que los hombres ( eso no lo trata la ley de Igualdad) vivimos menos tiempo.
El resultado se muestra en los días, horas, minutos y segundos que te quedan de vida. No quiero ni imaginarte la cara que se te quedará si empiezas a ver en el reloj que te queda una semana.
Los inventores del reloj, que está como no en fase de proyecto en Kickstarter, lo llaman el reloj de la felicidad y no el reloj de la muerte ( que como nombre sería llamativo, pero como marketing sería un desastre).
¿Por qué el reloj de la felicidad? Pues porque según dicen los inventores el hecho de saber que tu tiempo es limitado hará que disfrutes al máximo lo que te queda de vida, consciente de la escasez del tiempo restante.
La cuestión es, ¿ es eso cierto?
¿Recordar la muerte te hace disfrutar más la vida?
Por desgracia no conozco ningún estudio que diga si eso es así o no. Lo que sí es cierto es que gran parte de las llamadas al disfrute que se han hecho en la cultura popular ha sido precisamente invocando la presencia de la muerte.
Desde el “carpe diem” que llamaba a disfrutar de los días implicando que la muerte estaba cerca, hasta el ” a vivir que son dos días”, pasando por el día de difuntos en México, que según tengo entendido es una celebración de la vida recordando a los muertos.
Y sin embargo hay algo dentro de nuestra cabeza que nos hace olvidar la existencia ,como una sombra amenazadora, de la muerte. Quizá te ha pasado en alguna ocasión, que un peligro grave que hayas corrido, o la muerte de un familiar, te han hecho pensar en la muerte. Quizá has decidido no olvidarlo y disfrutar de la vida, sin importarte las pequeñas cosas. Y sin embargo apenas unos pocos días después, te das cuenta de que te has olvidado de todo lo relacionado con la muerte y que sigues viviendo de la misma manera de siempre.
Yo, sinceramente, creo que preferiría no saber lo que me queda de vida. Ni siquiera lo que estadísticamente me queda de vida. Y es que quizá , y aunque me gustaría ser de la forma contraria, prefiero vivir sin pensar en mi muerte.
Hola Ivan!!! Me pareció interesante la idea de cronometrar lo que te queda de vida. Es realmente gracioso que alguien piense vender un reloj para hacer entender a la gente lo mucho o poco que le queda en este simpático mundo. Bueno yo soy de los que aman a la vida porque que saben que se termina pronto. Me encanta tu blog. Te mantengo la pista. Un abrazo
Gracias Mario. Es curioso que saber lo que nos queda de vida, se pueda interpretar como algo que lleve a disfrutarla o a sentirnos mal, según como se mire.
Y lo que también es curioso es la capacidad de la gente para inventar cosas extrañas.