Es lógico pensar que en un entorno en el que hay más parejas potenciales, la estabilidad de las parejas existentes se vea afectada.
Eso se ha estudiado mirando las personas de otro sexo en el lugar donde uno vive. Pero ¿qué ocurre con el trabajo?
En los países desarrollados, las personas pasan mucho tiempo en el lugar de trabajo. ¿Influirá el número de personas de otro sexo en el lugar de trabajo en la estabilidad de las relaciones?
En Dinamarca, al menos, parece que sí.
El estudio en Dinamarca
El estudio a que nos referimos examina los datos de las personas que se casaron en Dinamarca entre los . años 1981 y 2002. Se tomaron en cuenta ( para evitar que eso influyera) circunstancias como la edad y la duración del matrimonio, la educación y la igualdad.
¿El resultado?
Una mayor proporción de individuos del sexo contrario en el sector ocupacional de una persona se asocia con un mayor riesgo de divorcio.
Esto se aplica tanto a los hombres como a las mujeres, pero las asociaciones son mayores para los hombres y cambian según el nivel de educación.