Si alguna vez has intentado hacer que alguien cambie de opinión, te habrás dado cuenta de lo difícil que es.
Si dices algo contrario a lo que la gente piensa, lo más probable es que te ignoren.
¿Cómo conseguir entonces cambiar la opinión de una persona o incluso de muchas personas?
Tu mejor opción es la maniobra Marco Antonio
La maniobra Marco Antonio
Marco Antonio fue un colaborador del famoso Julio César. Cuando Julio César murió, Marco Antonio no se enfrentó directamente a sus asesinos, sino que intentó negociar con ellos. Poco después sin embargo, dirigió al pueblo contra ellos y los hizo huir de Roma.
El famoso autor americano Napoleón Hill explica en su libro Napoleon Hill Golden Rules cómo cuenta William Shakespeare esa historia en su obra Julio César.
No te lo pierdas, porque el relato de Shakespeare es una obra maestra de la persuasión.
Marco Antonio tiene que hablar al pueblo de Roma. Pero lo ha de hacer después de que hable Bruto, el asesino de César. Bruto habla de todo lo malo que ha hecho César, y el pueblo brama contra la memoria de César.
Entonces sale al estrado Marco Antonio. Marco Antonio empieza alabando a Bruto y estando de acuerdo con él en que César ha de ser olvidado. Pero poco a poco va cambiando el discurso, y hablando de las cosas buenas que César hizo por Roma, incluyendo el dejar toda su riqueza al pueblo. Poco a poco se va revelando que las alabanzas a Bruto eran irónicas, hasta que Marco Antonio acaba echando al pueblo encima de los asesinos de César.
La maniobra Marco Antonio o como evitar el muro de la oposición
La linea recta no siempre es la distancia más corta entre dos puntos.
Tenemos la tentación de sacar a la gente de una posición que creemos errónea, lanzando argumentos contra esa posición. Pero lo único que hacemos es chocarnos contra el muro de su oposición. Contra la invisibilidad que cada uno de nosotros tiene hacia los argumentos opuestos a los nuestros.
Ir a convencer a pecho descubierto es tan absurdo como lanzarse hacia las filas enemigas con la carga de la caballería ligera.
Hemos de usar la estrategia. Hemos de usar la maniobra de Marco Antonio. Buscar lo que nos acerca al otro y desde ahí progresar hacia lo que nos separa. Ir hacia el otro, para acabar trayéndolo hacia nosotros. No es fácil, pero la guerra no es fácil, y la guerra mental tampoco.