Lo que ocurre cuando tomamos una decisión.

Se dice a veces que no es fácil decidir. Aunque quizá lo que es complicado es aceptar la decisión que ya hemos tomado. Porque nos guste o no, suele ser nuestro subconsciente el que toma la decisión por nosotros.

 

Lo que ocurre cuando tomamos una decisión.

 

En su libro: The Hour Between Dog and Wolf: Risk-taking, Gut Feelings and the Biology of Boom and Bust (“Entre la hora del perro y la del lobo”), John Coates nos explica el proceso que solemos seguir para tomar una decisión. Vendría a ser algo parecido a esto:

Nos encontramos ante una situación problemática.

Rápidamente y de manera inconsciente vamos examinando en nuestra memoria todas las situaciones que pueden ser parecidas. Es complicado que podamos encontrar una situación igual, por eso tomamos aquellas que no son muy diferentes.

Van surgiendo, aplicando los casos anteriores, posibles caminos a tomar.

Nuestro cerebro asigna a cada una de esas posibilidades un determinado significado emocional. Sentimos una especie de simulación rápida de lo que podríamos sentir en caso de tomar esa decisión.

Escogemos aquella opción que nos hace sentir mejor.

Nuestra mente consciente busca la manera de justificar la decisión tomada.

 

Lo que ocurre cuando tomamos una decisión.
Lo que ocurre cuando tomamos una decisión.

 

Por qué creo que esta explicación es cierta

 

Hay obviamente argumentos científicos que apoyan esta teoría, pero esta vez no me voy a fijar en eso . Esta vez me voy a fijar en sensaciones que he tenido a veces y que posiblemente tú hayas tenido también.

¿ Te has dado cuenta de que cuando ocurre un problema buscas sucesos parecidos?.

Quizá a tu amigo Marcos le ha dejado su novia después de haberse ido a vivir lejos, y al hablar con él te ha venido a la mente que ” a Ramón le pasó algo parecido”.  No me resultaría nada extraño que por motivos evolutivos estemos “programados” para buscar situaciones análogas y aplicar las mismas soluciones. Si un hombre primitivo se libró del ataque de un tigre de una forma, es lógico que intente aplicar la misma solución al ataque de un león.

¿Has notado en algún momento que imaginando una de las opciones te sientes mal?

Quizá has pensado en si ir a un sitio de vacaciones o a otro, y por algún motivo, aunque eran opciones parecidas, una posibilidad te hacía sentir bien y la otra mal.

¿Has sentido alguna vez que sabías que habías decidido algo y que estabas buscando solamente razones para apoyar esa situación?

Quizá querías darle otra oportunidad a una pareja, aunque no era razonable, y has empezado a buscar quién podría decirte algo que justificara eso.

No somos tan racionales como creemos. Quizá si sabemos como solemos tomar las decisiones podamos saber mejor cómo hacer que sean las correctas.

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