” No necesitas ser mejor que nadie. Solo necesitas ser mejor de lo que solías ser”
Wayne W. Dyer
El golf y la competición contra uno mismo.
Odio el golf.
No es que tenga nada contra el deporte. Es que lo he intentado y es totalmente contrario a mi naturaleza. El golf requiere tranquilidad, y hacer algo tan zen como dar un golpe violento de una forma tranquila.
Me temo que mi carácter no es tan dado a sutilezas. Si quiero dar un golpe fuerte lo que me sale de mi violenta alma, es soltarle un impacto muy duro a la pelota.
Solo que en el golf eso no funciona. Cuanto más fuerte le intentas dar, más ridículamente cerca queda la pelota. Da apenas unos mínimos saltitos y se queda a tu lado, como si te mirara y se riera de ti.
No es necesario ser Sigmund Freud para saber el efecto que eso puede tener sobre el ego de un hombre.
Sin embargo hay una cosa buena que tiene el golf, en el golf no compites contra otras personas compites solo contra ti mismo. Lo importante no es lo si quedas mejor o peor que la otra persona que juegue contra ti. Lo importante es si quedas mejor o peor de lo que se supone que debes quedar con tu nivel actual. Y cuanto mejor lo hagas, más sube tu nivel, y por tanto más suben las expectativas de lo que tienes que hacer.
No necesitas ser mejor que nadie, solo necesitas ser mejor de lo que eras tú.
La competición contra uno mismo.
Tenemos la tendencia a ver la vida como una competición contra los demás. Como en el gráfico que está abajo.
Sin embargo es mucho más sano ver la vida como una competición contra ti mismo, como un intento constante de llegar más lejos de lo que habías llegado antes.
Responde sinceramente. ¿Ves la vida cómo en el primer gráfico o como en el segundo?
MUCHAS GRACIAS, ME HAN GUSTADO BASTANTE SUS PUBLICACIONES Y ADEMÁS ME HAN AYUDADO EN MI DIARIO VIVIR
Muchas gracias Adriana. Espero que siga siendo así. Esta es tu casa.
Una mezcla de las 2,
Además el golf es un deporte peligroso yo conozco a una chica que se rompió el brazo por caerse al intentar correr a ayudar a su hermana a la que una pelota de golf le rompió la nariz…
Jugando tan mal como yo, desde luego que lo es. Más de una vez jugando en el campo de una urbanización, he lanzado sin querer un pelotazo a una casa y me he tenido que ir corriendo.
Hace unos años veía la vida como una competición contra otros, hoy en día me he dado cuenta que no podré ser mejor que el mejor de los individuos que pueda conocer, así que prefiero verme a mi mismo crecer en lo personal y evolucionar.
Es una renuncia dura, pero a la vez es bastante liberadora.