En muchas ocasiones veo a la gente hablar del desapego de una manera que no comparto. Me gustaría aquí dar mi opinión.
¿Qué es el desapego?
Muchos interpretan el desapego como el liberarse de todas las cosas y todas las personas. El máximo desapego lo tendría el monje que vive en una montaña con tan solo una túnica y solo un cuenco para recoger el agua.
Yo creo que es una idea equivocada.
Hoy me he encontrado en Facebook con una frase con la que estoy totalmente de acuerdo ( Gracias Maria José Asensio por compartirla).
“El desapego no es que tú no debas poseer nada. Es que nada te posea a ti.”
Ali ibn Abi Talib(598-661), primo y yerno de Mahoma , gobernante durante el califato Rashidun entre los años 656 y 661.
No se trata de no tener cosas, se trata de no ser esclavo de las cosas.
Un monje puede tener solo un cuenco para recoger el agua y estar apegado a él.
Un millonario puede tener una isla privada y no estar apegado a ella.
Lo que determina el apego es la necesidad subjetiva de las cosas no su tenencia.
Desapego de todo
Tenemos mucho apego a nuestras posesiones, pero tenemos mucho más apego a nuestras metas, a nuestra imagen de nosotros mismos, a nuestras relaciones.
Desapegarte de un objeto o de todas tus pertenencias es más fácil que desapegarte de tu ego o de una relación.
¿Cómo conseguir el desapego?
Primera Respuesta. La respuesta del Tao ( del libro del filósofo Lao Tsé)
En esta imagen, se da una posible respuesta (Gracias a Sergio Melich por compartirla en Facebook)
Para conseguir el desapego no deberías tener ni objetivos ni expectativas.
Sí, eso es ser libre. Pero ¿ a qué precio?
Yo quiero tener objetivos.
Yo quiero tener expectativas.
Yo quiero tener todo y ser libre.
Así que tengo que buscar otra respuesta.
Segunda Respuesta. Deseo moderado.
Otra manera de verlo es considerar que hay una línea así.
En un extremo estaría la indiferencia y según nos acercamos al otro extremo estarían las ganas, el deseo y la necesidad.
Se trataría entonces de situarnos en ese punto en que el deseo es muy alto pero aún no existe la necesidad.
Esta respuesta puede ser útil para muchas cosas. Podría usarla respecto a las cosas y a algunas de mis relaciones.
Pero no puedo usarla para todo. Hay cosas que quiero desear con todas mis energías. Hay sentimientos que quiero llevar al extremo.
Quizá esa imagen que he puesto antes no es cierta. Quizá el que necesita no desea más, sino que desea de forma diferente. Quizá tiene un deseo por un lado y una necesidad por otro lado. Quizá es llevar el deseo al extremo sin sentir necesidad.
Tercera respuesta: el deseo extremo sin necesidad.
Hagamos un ejercicio de imaginación. María y Marta montan cada una un restaurante al lado de la playa. Las dos llevan toda la vida soñando con tener ese restaurante junto al mar. No tienen parejas ni hijos, ni otros sueños más allá del restaurante.
Las dos dedican más de dieciséis horas al día a ese restaurante. Ninguna de las dos se plantea otra cosa que no sea triunfar.
Por desgracia su trabajo no es suficiente. Un cambio legislativo les obliga a cerrar sus restaurantes.
El sueño de las dos se ha roto, pero mientras María ve el lado positivo y piensa ya en un nuevo proyecto, Marta está deprimida y no se recupera. Le parece que la vida carece de sentido.
¿Tenía María menos deseo de que su restaurante saliera adelante que Marta ?
Según la respuesta de antes, tendríamos que pensar que sí.
Pero no sería cierto. El deseo de las dos era el mismo. La diferencia es que aunque ambas tenían el mismo deseo, María no sentía apego o y Marta sí.
El apego y el deseo son cosas diferentes. El mayor deseo suele conllevar un mayor apego. Pero no ha de ser así. Podemos sentir apego a algo que no deseamos, Podemos desear hasta el extremo pero aprender a no sentir apego.
Cómo disminuir el apego sin disminuir el deseo
El deseo es algo que ocurre en el presente. El apego es algo que se proyecta hacia el futuro.
Deseemos en el presente con toda la fuerza que queramos, pero vigilemos la sombra que ese deseo proyecta hacia el futuro.
El apego nace de creencias erróneas:
De la creencia de que no eres capaz de sobreponerte al fracaso.
De la creencia de que no puedes vivir sin algo.
De la mentalidad de la escasez de que si pierdes algo, no vas a encontrar nada igual.
Para superar el apego debes cambiar tus creencias, y dejar de creer en algunos mitos. Aquí señalaré tres de ellos aunque hay muchos más.
1.Mito de la derrota definitiva:
Cuando tememos algo, solemos pensar que no seremos capaces de reponernos si eso ocurre. Creemos que perder el trabajo, suspender las oposiciones o perder la custodia de nuestros hijos será el fin del mundo.
Sustituye ese mito por la creencia de la invencibilidad:
Ocurra lo que ocurra, soy capaz de superarlo.
Esta creencia es, como hemos mencionado en alguna entrada, esencial para superar cualquier miedo. Si sabes que, pase lo que pase, podrás salir adelante, los miedos pierden muchísima fuerza.
2. Mito del destino único:
Una cosa es luchar con todas tus fuerzas para conseguir un objetivo. Otra cosa muy distinta es pensar que es el único objetivo que vale la pena. Quizá siempre habías deseado ser violinista en la orquesta filarmónica, pero no hay un destino único para cada persona.
Muchas personas llegaron a ser grandes, después de haber visto como se frustraba lo que siempre habían querido conseguir.
Cambia ese mito por la creencia de los destinos múltiples.
Quizá eres una maravillosa escritora de novelas románticas, pero en un universo paralelo, alguien con tus mismos talentos podría ser profesora de colegio, física nuclear o jugadora de badmington.
Cuando llegamos al final de un camino, siempre pensamos que es lógico haber seguido esa ruta, pero podríamos haber seguido cualquier otra diferente.
3. Mito de la personalidad fija:
Escucho a muchas personas ( a mí mismo incluido) decir: ” soy así y no puedo cambiar”. Es una frase medio cierta y medio falsa. Es cierto que eres así, es cierto que no quieres cambiar. Pero es falso que no puedas hacerlo. La personalidad cambia a lo largo del tiempo. Tu puedes cambiar tu personalidad, y yo puedo pintar mi casa de rosa. Otra cosa es que ni tú quieras cambiar tu personalidad, ni yo quiera pintar mi casa de rosa.
Sustituye ese mito por la creencia de la personalidad modificable:
Todos podemos cambiar nuestra manera de ser. No es fácil, y es muy probable que no quieras hacerlo. Pero si tienes interés y te esfuerzas lo puedes lograr.
Esta es una entrada muy larga. Pero el resumen es muy sencillo. Es fácil no tener apego si no deseas nada. Lo verdaderamente meritorio es desear las cosas y aun así no apegarte a ellas. Es difícil, pero es lo que me gustaría conseguir.
Una gran entrada Iván, pero como tú bien dices, es bastante complicado sentir deseo sin apego. Además en mi caso, el ejemplo que has puesto del restaurante me viene muy bien porque estudio una oposicion y a veces pienso que sino consigo una plaza mi vida no tendría sentido porque sólo “deseo” eso y no veo más allá .. Pero también pienso que ese pensamiento en cierta manera destructivo duraría poco tiempo cuando te ves inmerso en una mala experiencia a causa de ese apego porque no queda otra que seguir hacia delante … Al final a pesar del apego y de que lo puedas pasar mal un tiempo, pienso que el ser humano se adapta y se sobrepone a toda situación..Igual estoy equivocada..?
Saludos
María
María, estudiar una oposición es muy duro. No puedes ponerte la presión de tener que aprobar sí o sí. Conviene que pienses en que tú luchas por lo que deseas. Uno cumple con luchar a tope. Luego todo depende de muchas circunstancias.
Lo que no puedes hacer es pensar que la vida se acaba si no apruebas las oposiciones. Mira, tengo un amigo muy cercano que suspendió las oposiciones que estudiaba y las dejó. Pensaba que todo iba a ir mal. Luego sin embargo hizo una prueba para una institución europea y consiguió un trabajo muy bien remunerado y considerado.
Yo creo que deberías hacer como la primera chica de la historia. Luchar a muerte por aprobar, pero si luego no lo consigues pensar que has hecho todo lo que podías y que ya encontrarás otra salida.
Hacer unas oposiciones puede dar un muy buen resultado laboral, pero además de eso es un esfuerzo de tal dureza que después cualquier situación en la que estés, te parecerá mucho mejor en comparación.
Tienes toda la razón, además puede que en ocasiones y sin saber cómo puedes llegar a obsesionarte.
Está claro que lo idóneo es el equilibrio y tener los pies en la tierra y darle a las cosas la importancia que se merecen y reflexionar de que la vida está formada por infinitas soluciones, caminos o salidas.
Quizá, ésto te sirva de idea para hablar de las “obsesiones” jaja aunque puede que tengas ya una entrada sobre este tema.
De todas formas muchas gracias por tus palabras y por tu sinceridad, las valoro muchísimo.
Un abrazo Iván. Gracias por este gran blog 🙂
María
“No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.”
Hemos venido a este planeta para “aprender”, mejor dicho para “trabajarnos”. La asignatura del amor/apego es sin duda la menos fácil del pedazo de carrera que estamos cursando en la Tierra. Hasta que no consigamos diferenciar el Amor del Apego no conseguiremos “aprobar”. De hecho lo contrario al Amor es el Apego, aunque muchos lo confunden.
Amor es dejar partir a un ser querido porque es lo mejor para él. Apego es amarrarle, hacerle tu prisionero, porque lo quiero tanto…
Morir es un acto de amor. Morir es liberar al ser de luz que llevas dentro después de que haya aprendido lo que vino a aprender. Por eso, cuando alguien de tu entorno va a morir, dejaló ir, no lo retengas con tu apego.
Hablando de Mor ir. Aprovecho para dejaros el ppio de un cuento:
http://estenosoyyoquemelohancambiado.blogspot.com.es/2016/03/cuento-desde-mor.html
Fue un planteamiento bastante interesante y señalaste a muchas direcciones a las que no había prestado la suficiente atención. Gracias por haber publicado tu entrada.
Gracias Gerson