Recuerdo que hace mucho tiempo mi padre me contó un chiste de diplomáticos.
Si un diplomático dice que “sí”, significa “tal vez”
Si un diplomático dice que “tal vez” significa “no”
Si un diplomático dice que “no” … entonces, entonces no es un diplomático.
Quizá el chiste no estaba tan desencaminado. Lo que pasa es que no se refería solo a los diplomáticos.
Decir que no es un trabajo duro.
Imagina que un amigo tuyo se he apuntado a una compañía de teatro y que hace representaciones experimentales del mismo autor todas las semanas. Un día te invita a una representación. Acudes con curiosidad justo después de comer.
La obra no es interesante. En realidad decir que no es interesante, es ser muy suave. La obra es auténticamente aburrida. Al menos durante las dos primeras horas. Después se convierte en insoportable. Preferirías tener a un chino arrancándote la piel a tiras que tener que ver más de ese bodrio infame. Pero tu amigo está allí, y cada cierto tiempo, te das cuenta de que te está mirando. Tampoco es extraño porque solo sois 5 espectadores. No puedes levantarte del asiento sin que él se de cuenta de que estás huyendo.
Por fin acaba la tortura. Después de 3 horas y cuarenta y cinco minutos que hubieras preferido usar en ir a Mordor oler aliento de orco y volver, la obra toca a su fin. Suenan los (extremadamente) leves aplausos del (extremadamente) escaso público.
Sin apenas fuerza mental para moverte, te levantas del asiento y no has llegado a la salida. Tu amigo te da caza. Viene con los ojos radiantes de alegría, como si le acabaran de nominar al Oscar. Su sonrisa le llega de oreja a oreja. “¿Te ha gustado verdad?”, te dice sin pararse a escuchar tu respuesta. Después, sin dejar de sonreír, te mira y te pregunta:
“¿Vendrás más veces verdad?”.
Tú le respondes:
a) Sí por supuesto. Sin duda alguna, puedes contar conmigo.
b) Lo intentaré.
c) No. De ninguna manera.
Dejame adivinar. Casi seguro usarás una variante de la b)
Quizá es una manera suave de decir que no.
Imagina ahora otra situación. Estás comiendo un yoghurt. Al abrir la tapa ves escrito ” Ha ganado 50000 euros, póngase en contacto con nosotros”. Debajo aparece un número de teléfono.
Llamas al teléfono. Allí te responde la voz de una encantadora señorita que te dice que efectivamente tienes derecho a ese premio. Eso sí, para reclamarlo tienes que llevar la tapa del yoghurt, a la dirección que te indica antes de final de mes. Estás eufórico. La amable señorita te pregunta “¿Vendrá usted?”.
Tú le respondes:
1) No
2) Quizá
3) Sí.
Déjame adivinar, esta vez tu respuesta ha sido sí.
¿Por qué esta entrada está en la categoría de amor?
La próxima vez que esa persona por la que bebes los vientos te diga que no sabe si te quiere, que necesita tiempo, que puede que más adelante vuelva contigo, o que tiene que pensar lo que siente, recuerda esta entrada.
Muchísimas veces, quizás significa no.
ME ENCANTAS.
Aprender a comprender que es el no, es reconocer cual es el camino correcto… Si o no, puede ser como lo bueno o malo..Puede ser como el ying o el yang. ¿Cual es el equilibrio?. Eso en cada personas tiene que buscarlo no hay entendimiento sin consentimiento.. Lo mismo un paciente puede pensar que es cierto lo que le dice el terapeuta. Pero si dice no… Eso ya es concepto del que escucha. Cada quien tiene su decision de saber o comprender donde esta el camino para comprender “Si o no”, cual es la respuesta… No hay respuestas correctas e incorrectas…. Todos buscamos si o no segun como hallemos percibido la verdad
Si seduces mi mente, te daré mi cuerpo
Si seduces mi corazón, te daré mi cariño
Si seduces mi alma, te daré mi vida
Sólo hay una forma de amar y es con la mente,el corazón y el alma a la vez.
Todo lo demás, son sentimientos de humo que se difuminan entre dudas y excusas.