Todos los cuerpos son hermosos.
Recientemente, me encontré en twitter con un gráfico que mostraba diversos cuerpos de mujer, algunos más y otros menos estilizados. La leyenda decía: “Todos los cuerpos son hermosos”.
No tengo ninguna duda de que es la típica imagen que gusta a mucha gente. Es un pensamiento tranquilizador el creer que sea como sea tu cuerpo resulta hermoso. No importa que te sobren muchos kilos, que estés abandonado, que tengas el cuerpo cubierto por granos. En todo caso tu cuerpo es hermoso.
Solo que no es cierto. Y las falsas verdades que nos confortan a largo plazo nos llenan en realidad de amargura. Podemos repetir el mantra “todos los cuerpos son hermosos” en miles de ocasiones, pero en el fondo sabemos que no es cierto.
En un mundo de fantasía podría ser así. En un mundo de fantasía en que a nadie le importa la apariencia física. En que a ti tampoco te importara la apariencia física. Pero si te diera igual la apariencia física ¿ qué más te daría resultar o no resultar atractivo?
No todos los cuerpos son hermosos. Hay cuerpos hermosos y cuerpos horribles. Cuerpos que harían las delicias de cualquiera, y cuerpos dignos de una pesadilla.
Pero todos los cuerpos son parte de una persona, y todas las personas son valiosas y merecen el mayor respeto. Todos los cuerpos son respetables, sí, pero no hermosos.
Puedes incluso pensar que todos los cuerpos son sagrados, porque en ellos anida el alma (quizá) inmortal. Y tendrías razón. Pero eso no los haría hermosos.
La única manera de admitir que todos los cuerpos son hermosos es doblar el sentido de la palabra hermosos, hasta que ya no signifique absolutamente nada.
El terror a la fealdad y la vejez.
Vivimos en una sociedad que idolatra la belleza y la juventud y reniega de la fealdad y la vejez. Pero si quieres reaccionar contra eso, no ha de ser falseando las palabras. No puedes rebelarte contra eso negando que existe la belleza o la juventud. Has de rebelarte relativizando su importancia.
En unos días cumpliré 45 años. Podría decir que aún soy joven, porque la juventud ” es el deseo de descubrir cosas nuevas”. Y podría decir que nadie deja de ser joven mientras desea aprender cosas nuevas. Pero sería mentira. La curiosidad no te hace sino metafóricamente joven. Tampoco pretendo serlo. Soy, se mire como se mire maduro, y mi rostro no es ya el que tenía cuando tenía veinte años.
No todos los cuerpos son hermosos.
No todas las personas son jóvenes.
La pregunta es : “¿Tanto te importa eso como para no poder admitir que es así?”.
Totalmente de acuerdo contigo Ivan. Una cosa es mirar más allá de las apariencias, negarle el valor o la inteligencia o el interés a una persona por no ser bonita y otra muy distinta renegar del concepto de belleza.
La belleza es una cuestión bastante subjetiva. En que algo nos parezca bello influyen tanto factores personales como culturales. Por eso me resultaría complicado decir que algo carece por completo de hermosura. La belleza no es algo binario, con solo dos estados, sino que se podría medir por un porcentaje que dependería de la persona que realice la puntuación.
Podríamos, por supuesto, definir un canon con el que comparar, que parece ser lo que realizan los expertos en retoque fotográfico, maquilladoras o cirujanos estéticos que modifican la realidad para aumentar el índice de belleza de un rostro o cuerpo y adaptarlo a los gustos sociales imperantes.
Me pregunto como podríamos reformular la leyenda del tweet para que fuera más honesta y el “No todos los cuerpos son hermosos” no me parece lo suficientemente preciso.
¿Que tal “Tu cuerpo no le va a resultar hermoso a todo el mundo”?
En realidad eso sería políticamente correcto, pero no es mi pensamiento. Existen los condicionamientos culturales, pero son variaciones de matiz. Los condicionantes más importantes en eso son los biológicos. Curiosamente el tipo de mujer preferida no ha cambiado tanto como creemos. Está determinado por las señales de fertilidad, que llevan a la juventud, a la salud, a la simetría ( que es salud). Erróneamente se ha pensado que representaciones artísticas de otras épocas señalaban lo que es deseable, cuando no es cierto. Las estatuas de Botero por ejemplo miradas desde otra época, podrían llevar a pensar que en esta se valora la obesidad.
La idea de belleza es bastante poco relativa. Lo que sí es relativo, es el acercamiento de una persona al ideal de belleza. Y en eso estoy totalmente de acuerdo contigo en que no es algo binario. Los casos más extremos son fáciles de determinar, los casos más ordinarios sí que son más complicados. Y en realidad no creo que cambie tanto lo que uno u otro valora como bello. Lo que cambia más es lo que uno u otro considera como aceptable.
Sé que suena mucho peor, pero quizá sería más exacto entonces: “No todos los cuerpos son aceptables para todas las personas”.
Es innevitable, siempre existe un factor físico que marca diferencias, por más pequeñas que sean se pueden marcar diferencias. Puedes amar a tu pareja más allá de su cuerpo, pero siempre hay una pequeña atracción física que te atrajo la primera vez hacia esa persona.
Sí, con el tiempo el físico importa menos, pero al principio es muy importante.
Un cuerpo joven y sano es signo de belleza. Una mujer joven, sana, con grandes pechos y curvas es signo de belleza. Un hombre joven, sano y musculoso ( lo justo) es signo de belleza.
Creo que así es y ha sido a lo largo de todos los tiempos. Y es así en España y en Katmandú no?
Pero curiosamente, los cánones de belleza que los escultores griegos proponían, no son los mismos que los que imperaban por ejemplo en el Renacimiento o en otras épocas.
Por tanto creo que aunque podamos llegar a considerar la belleza como algo objetivo, la percepción de cada persona ( influenciada en gran medida por los cánones de belleza imperantes en ese momento) es lo que hace que hablemos de belleza como algo subjetivo.
Objetiva y subjetivamente no todos los cuerpos son bellos.
Pero los que tenemos más de 40 acumulamos más belleza interior por dentro que los jovenzuelos! 🙂
Se llama madurez.
Debería importarnos menos la belleza del cuerpo y más la belleza del alma o como quieras llamarlo.
Lo cierto es que no es así. Y es muy triste.