¿Has sentido alguna vez que has empezado el día con mal pie?
El principio del día es muy importante porque te prepara mental y físicamente para lo que vendrá.
Para que todo empiece bien, puedes empezar a seguir los consejos que han dado figuras importantes de la humanidad acerca de cómo empezar el día.
Aquí tienes 6 de las más famosas
1. Cómete el sapo. Mark Twain usó esa expresión para decirte que es mejor que las cosas más difíciles las hagas a primera hora de la mañana cuando tienes más energía. No solo serás capaz de avanzar más rápido sino que además no tendrás que estar todo el día pensando que tienes que hacerlas ( lo que llamábamos en otra entrada Felipe´s time)
2. Visualiza como será tu día. Tony Robbins el gurú de la motivación, era un firme creyente en el poder de la visualización. Primero imagínalo y luego crealo. Imaginar tu día perfecto es la mejor manera de poder lograrlo.
3. Haz ejercicio. Barack Obama siempre hace ejercicio por la mañana. Rima y todo. Pero cuando haces ejercicio por la mañana tu cuerpo recibe un aumento de energía que te ayuda a conseguir todas tus metas.
4. Empieza haciendo trabajo de verdad y no mirando tu email. Para David Karp empezar abriendo el email te distrae y hace que no hagas lo que tienes que hacer. Además esto enlaza muy bien con el consejo de Twain. El mail no es un sapo. Y si el mail es un sapo, es porque posiblemente haya sapos más grandes aun.
5. Empieza hablando con tus clientes. Este consejo de Craig Newmark parece un poco más específico para el mundo laboral. Pero en el fondo todos tenemos clientes. Personas a las que tenemos que ofrecer nuestros servicios sean cuales sean. Y está bien empezar hablando con ellos para recordar que ellos son los que te dan de comer y que tu actividad diaria ha de estar dirigida a cumplir sus expectativas.
6. Pregúntate “¿ si hoy fuera el último día de mi vida, haría lo que voy a hacer hoy? “.
Sé que no va a ser muy popular que diga esto, pero creo que este consejo de Jobs hay que tomárselo con un poco de cuidado.
Es evidente que si fuera el último día de mi vida no iría a trabajar. Seguro que tú también preferirías irte de fiesta, comer, ver el amanecer, no sé, mil cosas antes que ir a trabajar, a estudiar o a buscar trabajo o a lo que sea que hagas en tu día a día.
Pero no sabes si es tu último día, así que esa pregunta no deja de ser una trampa. Porque además la respuesta, salvo que sea un día maravilloso el que tienes por delante, casi siempre va a ser no, no lo harías si fuera el último día de tu vida.
Yo creo que la pregunta habría que cambiarla un poco. Quizá habría que decir: “¿Si hoy acabara siendo el último día de tu vida, pensarías que había sido un error planear el día así?” Es una pregunta un poco más compleja, pero aunque parece semejante es muy diferente.
Si mañana me levanto y al ducharme para ir a trabajar me pregunto ¿si hoy fuera el último día de mi vida iría a trabajar?, sin duda diría que no.
Pero si me preguntara ¿si hoy acabara siendo el último día de mi vida, pensaría que había sido un error planear el día así? la respuesta sería no.
Hay un último consejo que quiero darte. Una vez que hayas decidido cómo empezar el día, hazlo siempre igual. Crear una rutina de mañana es lo que te permitirá consolidar todos los hábitos, porque uno te llevará a otro, y todo será más fácil.
Que tengas un buen día.