¿Cuándo las cosas se ponen feas, con quién suele tomarla la gente?

Si has pensado que contra los culpables, estás muy equivocado. La gente suele tomarla con los más débiles. Es lo que se llama “dar la patada al perro”.

Dar la patada al perro en el trabajo.

El doctor Pedro Neves de la universidad de Lisboa, lo tiene muy claro. Para él los empleados que son más objeto de abusos son los más débiles y que tienen menos posibilidades de vengarse. Individuos sumisos con una autoestima y auto eficacia bajas y los que tienen menos aliados en el trabajo.

En un estudio en varias empresas portuguesas de diferentes sectores, Neves descubrió que los empleados con menos autoestima y autoeficacia o menos aliados recibían un trato mucho peor, recibiendo más las culpas que otros empleados, y siendo calificados sus comentarios como estúpidos con más frecuencia.

No solo eso, sino que cuando había habido una situación de crisis en los dos años anteriores, las probabilidades de que el abuso recayera sobre una de esas personas era aún mayor.

Curiosamente esas personas son las que más frecuentemente realizan pequeños sabotajes ocultos en las empresas, posiblemente para compensar su frustración sin enfrentarse a nadie.

Por qué se “da la patada al perro”.

La explicación a la patada al perro está en la teoría de la agresión desplazada. Cuando nuestra frustración no la pagamos con el origen de esa frustración sino con aquellos sobre los que tenemos poder.

Cuando algo nos enfurece sentimos la necesidad de sacar esa rabia. Pero no siempre lo podemos hacer contra el que motivó nuestra furia. Normalmente es una persona con un estatus superior. Así que, de manera cobarde, lo hacemos con aquellos que están debajo.

Desde un punto de vista evolutivo es lógico. En una tribu primitiva, el que se veía agraviado por el jefe, habría cometido un grave error estratégico si se volviera contra él. Posiblemente era menos arriesgado volverse contra miembros más débiles de la tribu.

La patada al perro en otros contextos.

Es interesante plantearse algunas consecuencias que tiene la patada al perro:

– Por ejemplo podría ser que en sociedades pasadas muy clasistas en la que las capas bajas estaban muy sometidas, se hiciera la vista gorda al uso de la violencia contra las mujeres, con la finalidad de permitir que cada uno de los miembros de las capas inferiores de la sociedad aireara sus frustraciones sin afectar a la estructura social.

– Probablemente en una relación, cuando menos poder tengas, más fácil será que seas objeto de abuso físico o psicológico por otras personas.

– En un entorno empresarial, la peor posición la tiene aquella persona que permite que le pasen por encima. Si no consigues caerle bien a alguien, es posiblemente mejor que tema tus reacciones, a que te vea débil.

– Muchas veces la reacción a tus actos no está determinada por tus actos en sí mismos sino por tu posición de poder en el grupo. Si por ejemplo mañana entraras a formar parte de un grupo y en tres semanas tuvieras un conflicto con el líder de ese grupo, lo más probable es que la mayor parte de los miembros del grupo se pusieran de parte del líder. Y no porque tenga razón, o porque les caiga mejor, sino por la tendencia que hay dentro de nosotros a no enfrentarnos a quienes tienen el poder.

Esta es otra de las muchas cosas en que no somos como nos gustaría ser. A algunos les molestará mirarse en el espejo, pero yo creo que es importante conocer nuestros errores, para poder solucionarlos, y hacer, entre todos un mundo más justo.

Ah, y una nota final. A pesar del título de esta entrada, ningún animal ha sido dañado para realizarla.

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Fuente: Neves, P. (2014). Taking it out on survivors: Submissive employees, downsizing, and abusive supervision. Journal of Occupational and Organizational Psychology DOI: 10.1111/joop.12061