No es necesario estar despierto para aprender.
De hecho es necesario estar a veces dormido para poder aprender.
El sueño y el aprendizaje
Dos recientes estudios con ratones realizados en Inglaterra (de Vivo y otros 2017) han estudiado cómo afecta el sueño al aprendizaje.
La información que recibimos crea durante el día conexiones químicas entre las neuronas ( sinapsis).
¿Cuál es el problema?
Esa información es demasiada. Durante el día te llegan miles de cosas a tu cabeza. Desde el descubrimiento del Bosón de Higgs hasta el nombre de los últimos concursantes de gran Hermano.
Sería imposible recordarlo todo.
Ahí es donde entra el sueño.
El sueño elimina tus recuerdos innecesarios. El sueño suprime el ruido. En el estudio que mencioné antes se descubrió en el cerebro de ratones, que las sinapsis en las neuronas de los animales que dormían “eran un 18% más pequeñas que las de los que estaban despiertos”. Sin embargo, esa reducción no afectaba a una quinta parte de las sinapsis cerebrales de los ratones.
¿Cuál era esa quinta parte?
Las sinapsis más fuertes fueron las que no disminuyeron durante el sueño.
El cerebro pretende eliminar la información poco importante. Pero no puede saber cuál es. Solo puede saber aquello en que tú te has fijado más.
La información a la que prestas más atención a lo largo del tiempo es la que forma conexiones más fuertes entre neuronas. Y es la que el cerebro no reduce durante el sueño.
Eso está muy bien si tienes que estudiar un examen. Has dedicado mucho tiempo al estudio, has reforzado esas conexiones y por eso no lo olvidas durante el sueño sino que dormir te sirve para recordar mejor.
Pero ¿y si lo que haces durante el día es acumular información intrascendente sobre un asunto poco importante como un programa de televisión? Entonces el sueño mantendrá esa información de baja calidad en tu cerebro.
No es nada nuevo. Eres aquello en lo que piensas. Solo que además, el sueño hace que lo seas más todavía.