Ayer estaba leyendo un resumen de un libro sobre startups ( “The lean start up”) cuando vi un gráfico que me llamó la atención. Según ese libro el proceso para lanzar un producto es: Construir el producto, Medir el resultado y aprender. Ese proceso es muy interesante para saber cómo aprender de lo que has hecho hasta ahora.
Interesante. Solo que no es ninguna novedad. Es una adaptación del proceso del kaizen ( el proceso japonés de la mejora continua)
el llamado ciclo Shewhart, ciclo Deming o PDCA ( por las iniciales en inglés de las diversas fases).
Plan: Planear establecer los objetivos y el procedimiento para lograrlos.
Do ( Hacer) Ejecutar el plan.
Check: Comprobar la diferencia entre el resultado previsto y el resultado obtenido.
Act: Actuar corrigiendo el plan inicial.
La única diferencia es que el paso inicial en el caso de “the lean startup” incluye el planificar y el hacer en un más genérico construir.
Ese mismo plan es el que resulta de aquél juego sencillo, al que seguramente hayas jugado alguna vez, en que tienes que acertar con un cañón a algo. Para ello disparas, ves donde ha ido el disparo y si como es normal al principio, no aciertas, lo corriges.
Pero es que ese mismo proceso es el que aplicamos de manera instintiva cuando tenemos el resultado muy a la vista. Si estoy jugando a tirar bolas de nieve y fallo en la primera bola, la segunda la tiraré más a la derecha o a la izquierda en función de dónde quiera dar.
¿Qué es lo esencial de ese proceso?
El mundo nos da una información y nosotros la incorporamos y modificamos nuestra conducta en función de esa información.
Quizá te parezca evidente. Quizá digas “es obvio que debemos actuar así”.
Y sin embargo yo te pregunto. Cuántas veces repites una y otra vez el mismo comportamiento pretendiendo obtener el mismo resultado.
¿Cuántas veces te has enamorado del mismo tipo de persona tóxica esperando que esta vez funcionara?
¿Cuántas veces has ignorado la necesidad de organizarte antes de hacer algo, y por esa falta de organización has fracasado?
¿Cuántas veces has comido demasiado, has llegado tarde, has estropeado una amistad por haberte enfadado demasiado de forma irreflexiva?
Cuando los resultados negativos se repiten con una frecuencia excesiva, deberías plantearte ¿He movido el cañón de donde estaba? No respondas de inmediato, piénsalo detenidamente. Quizá solamente has cruzado los dedos y has confiado en que el cañon disparara a otro lugar sin haberte molestado en apuntarlo a otro lugar.
Quizá estamos cayendo, muchas veces sin darnos cuenta en la locura. Porque ya lo dijo Einstein:
“La locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.
Totalmente de acuerdo.
Hace unos días tomé la decisión de actuar, cansada de discutir con mi marido y de hablar siempre de lo mismo e intentar que él modifique algo que numca va a cambiar. Así que me dije: “deja de hablar y haz”. Actúa. Y en esas estoy.. He movido el cañón a ver qué pasa…ya te contaré.
Me ha hecho gracia este post y esa capacidad que tienes para adaptar teorías económicas a la vida real. Jamás se me hubiera ocurrido a mi!He de reconocer que eres muy creativo Iván. Y ya me contarás de dónde sacas tiempo para leer y escribir tanto! Tú ya duermes??? Jaja
Un abrazo
GRacias Ana. Te diré lo mismo que digo a otras personas. No esperes que cambie nadie, porque casi seguro que no lo hará.
Estoy 100% de acuerdo. Parece evidente pero la mayoria de las personas repiten pretendiendo obtener diferentes resultados. Muchas veces igual lo hacemos inconscientemente. Por ej en las parejas q buscamos, q creo q esta en nuestro inconsciente ya q tiene mas q ver la infancia y las personas q fueron nuestros estereotipos de mujer u hombre.
Sí, es como si siempre buscáramos a personas parecidas. Pero también pienso Maxi que el tipo de personas que nos responden, suelen ser siempre parecido.