Tengo un amigo que tenía una forma muy curiosa de leer obras de no ficción.

A diferencia de la mayoría de personas de cultura que leen una semana un libro y a la semana siguiente otro sin ningún principio, mi amigo obra de una manera mucho más sistemática.

Él hace una lectura histórica. Empieza en una época antigua, y lee una novela escrita o ambientada en esa época. La siguiente novela la lee de la época histórica inmediatamente siguiente. Así , poco a poco, va avanzando en la historia de la humanidad y la de la literatura.

Hace tiempo que no veo a mi amigo, así que no sé si continua con su sistema y en caso de hacerlo, si al llegar a la actualidad ha girado como un nadador en una piscina y ha vuelto a caminar hacia detrás, o si ha empezado de nuevo por el principio.

Su manera de leer me recuerda sin embargo la importancia del contexto.

¿Cómo estudiar historia?

Siempre me ha gustado la Historia. Tardo bastantes minutos en llegar desde mi casa hasta el trabajo, y como soy de las personas menos melómanas que conozco ( la que menos hasta que no se demuestre lo contrario) no escucho música sino conferencias. Especialmente clases de Historia. En inglés, porque desgraciadamente en español no se suelen encontrar cosas parecidas.

Hace unas semanas escuché la historia del Imperio Británico. Esta semana estoy escuchando la de Rusia.

Al escuchar la historia del Imperio Británico conocí algunos detalles de la vida del gran descubridor Henry Morgan Stanley. El explorador que salió en busca del perdido David Livingstone y que al encontrarlo pronunció la famosa frase: “Doctor Livingstone, I presume” ( Doctor Livingstone, supongo).

Stanley había participado en la guerra de secesión americana, antes de todas sus aventuras. Una interesante experiencia en la vida de Stanley y una manera perfecta para ubicarlo en la historia.

Si sabemos que la guerra de Secesión americana tuvo lugar entre los años 1861 y 1865, y sabemos que en su juventud Stanley participó en ella, podemos deducir sin demasiado margen de error que Stanley nació sobre 1840. Escribo esta fecha, entro en en wikipedia y compruebo que Stanley nació , y voilá nació en 1841. Tanto da que me hubiera equivocado en 10 años o incluso en 20, siempre sería mucho mejor que mi ubicación inicial que habría sido algo como siglo XVIII o XIX, supongo.

Enlazar los personajes y los acontecimientos de la historia entre sí es importante. Y especialmente útil es tener una referencia de hechos históricos importantes que nos sirvan de amarre estable para datos que de otra manera volarían.

Es conveniente hacernos nuestra propia linea del tiempo, en la que iremos situando los acontecimiento principales de la historia. Aquí tienes un ejemplo, que aunque tiene algunas carencias importantes, te da una idea de a que me refiero.

Y como siempre al recordar conviene usar la regla de los 3 vínculos. Si quieres estar seguro de recordar algo, usa cuantas más conexiones mejor, al menos tres.

En el caso de Stanley aplicando la regla de los tres vínculos nos fijaríamos también en que también viajó a España ( donde aprendió español, lástima que el famoso  Doctor Livingstone supongo” no lo dijera en nuestro idioma), donde asistió a la guerra Carlista y a la deposición de la reina Isabel II, que ocurrió con la llamada revolución Gloriosa de 1868.

Antes de rescatar a Livingstone, Stanley, que no se aburría, acudió a la inaguración del canal de Suéz. Este canal une el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, y se inaguró en 1869.

Ya tenemos tres acontecimientos históricos importantes unidos por la vida de Stanley. La grandeza de los vínculos históricos es que se refuerzan mutuamente. Unir la vida de Stanley a esos tres sucesos, nos ayuda a recordar a Stanley en su contexto, pero también a algo más importante todavía: unir esos tres acontecimientos históricos esenciales entre sí. Y todo junto, nos permite un maravilloso viaje en el tiempo.