Cómo funciona la memoria

Cómo funciona la memoria

Se dicen muchas cosas sobre cómo funciona la memoria. Por desgracia la mayoría de ellas no tiene base científica.

Como la memoria es esencial en el aprendizaje, voy a dedicar una entrada a hablar de cómo funciona la memoria.

Si la quieres ver en vídeo, la tienes aquí debajo. Si prefieres leerla, puedes seguir leyendo.

 

 

La representación estandar de la memoria humana se basa principalmente en el Modelo Mental de la Memoria de Atkinson y Shiffrin.

Cómo funciona la memoria
Por: flickr.com/photos/fadil/159743096/

Modelo Mental de la Memoria de Atkinson y Shiffrin.

¿Qué dice ese modelo?

Según ese modelo hay tres tipos de almacenes de memoria: sensorial, de trabajo (a veces denominado ‘corto plazo’) y memoria a largo plazo.

Los estímulos detectados por nuestros sentidos ( lo que vemos, lo que oimos, lo que olemos…) pueden ser ignorados, en cuyo caso desaparecen casi de manera instantánea o percibidos, en cuyo caso entran en nuestra memoria sensorial.

¿Por qué no se recoge toda la información de los sentidos en nuestra memoria sensorial? El cerebro está entrenado para recoger solo la información que pueda ser relevante en el futuro.

La memoria sensorial es la habilidad de retener impresiones de la información sensorial después de que el estímulo haya acabado. Se incluye información recibida por los sentidos ( vista, oído, olor, gusto y tacto más algunos otros de los que se habla recientemente como el sentido de la ubicación o de la temperatura) que se retienen de forma exacta pero muy breve.

La información que más se retiene es la visual y la auditiva, a través de las memorias llamadas respectivamente icónica y ecoica.

La información de la memoria sensorial dura muy poco tiempo. Así dura como 0,50 segundos la de la vista y entre dos y tres segundos la del oído, por eso recuerdas un poco más rato lo que escuchas que lo que ves.

La información del olor dura más, porque los receptores están cerca del hipocampo y de la amígdala que están asociados a la memoria.

El número máximo de cosas que es capaz de retener la memoria sensorial parece ser como de aproximadamente doce.

Como dura muy poco tiempo, a veces se incluye la memoria sensorial en la percepción en lugar de en la memoria.

Memoria a corto plazo

¿Cómo pasa la información de la memoria sensorial a la memoria siguiente que es la memoria a corto plazo o de trabajo? Por la atención. Prestar atención a algo significa considerar solo determinados estímulos ignorando los demás.

¿Qué es la memoria a corto plazo?

Es como un post it en el que apuntamos una cosa por un momento para utilizarla de inmediato.

Se llama a veces memoria de trabajo porque es la capacidad para recordar y procesar información al mismo tiempo.  Se recuerda la información para hacer algo con ella. Se puede mantener una cantidad de información muy pequeña por un periodo muy breve de tiempo.

Es lo que ocurre cuando recordamos el nombre de un libro para buscarlo en internet, o cuando recordamos lo que dice alguien para poder contestarle o el menú de un restaurante para pedir la comida.

La capacidad de la memoria de trabajo es limitada

George Miller dijo en 1956 que podemos mantener entre cinco y nueve  (7 +-2, que es el llamado número mágico o ley de Miller)  unidades de información o ítems (nombres, teléfonos, cosas de la lista de la compra) y solo por unos segundos [note] (Baron, 1992; Smith et al., 2003). [/note]  Aunque esto puede ser cierto para estudiantes universitarios, investigaciones posteriores sugieren que el número de unidades depende del tipo de personas y que por lo general es incluso más bajo, situándose entre 4 y 5.  [note](Holt et al., 2015). [/note]

Sin embargo la capacidad de recordar en la memoria a corto plazo depende también del tipo de cosas que intentemos recordar. Se recuerdan mejor las palabras cortas, las palabras comunes, las que riman, las que forman parte de un mismo campo semántico y las que se pronuncian en voz alta.

Otra estrategia útil para recordar mejor a corto plazo es lo que se llama chunking, (troceado) que es la organización de la información en grupos más pequeños para hacerla más manejable. El tamaño ideal de cada chunk (trozo) para el autor Herbert Simon es de tres elementos. Cada chunk sería uno de los entre 5 y 9 items que puede recordar la memoria a corto plazo, ampliando así la capacidad de esta memoria.

Se ha comprobado en investigaciones que la capacidad asombrosa de los ajedrecistas para recordar una posición de las piezas en el tablero se basa en que las distribuyen en grupos de piezas con significado ( chunks por tanto). Cuando tienen que recordar la distribución de piezas al azar, que no responden a ninguna jugada en concreto, los ajedrecistas no lo hacen mejor que cualquier otra persona.

El tiempo que dura algo en la memoria a corto plazo es de aproximadamente 10 a 15 segundos, pudiendo llegar a un minuto. Se puede extender la duración por la repetición o el ensayo (leyendo las cosas en alto o por simulación mental) Al hacerlo así, la información vuelve a entrar en la memoria a corto plazo y se mantiene más tiempo. Es lo que pasa cuando nos repetimos en voz alta un código o un teléfono que nos han dado para utlizarlo.

Cualquier interferencia del exterior, puede borrar la memoria a corto plazo, por eso la gente quiere terminar la tarea que está en la memoria a corto plazo de inmediato.

Podemos codificar esta información en la memoria de trabajo con un código visual, un código fonológico o un código semántico: es decir como imágenes mentales, sonidos o como asociaciones significativas respectivamente. ‘Imágenes mentales’ comprende tanto el texto como imágenes [note](Baron, 1992; Holt et al., 2015; Smith et al., 2003). [/note]

 

La memoria a largo plazo

Para conservar lo que aprendemos, debemos transferirlo a la memoria a largo plazo. Es lo que se llama la consolidación. Eso se puede favorecer por la repetición de la información o mejor todavía estableciendo un significado para esa información y conectándolo con el conocimiento previo. La motivación también favorece el paso a la memoria de largo plazo, cuanto más interesante es una materia para una persona más probable es que pase a la memoria a largo plazo.

La memoria a largo plazo guarda la información semánticamente ( es decir por asociación y significado) aunque también parece que puede conservarla por el sonido. Cuando creemos que temenos algo en la punta de la lengua parece que es porque recordamos el sonido pero no el significado.

La memoria a largo plazo funciona mediante la creación de conexiones entre las neuronas y el reforzamiento de esas conexiones. Cuanto más se usan las conexiones, más fácil es que pasen las señales entre ellas.

Aunque nos parezca que olvidamos, parece que la memoria a largo plazo decae muy poco con el tiempo y que puede guardar una cantidad ilimitada de información durante un tiempo indefinido. Hay un cierto debate entre los autores recientemente para determinar si olvidamos las cosas o simplemente cada vez es más difícil recuperar alguna información.

 

Tipos de memoria a largo plazo

Según algunas investigaciones  [note](Baron, 1992; Holt et al., 2015; Smith et al., 2003) [/note] la memoria a largo plazo es de dos tipos, declarativa y no declarativa.

La memoria a largo plazo no declarativa o de procedimiento es la que no necesita que recuperemos los datos de manera consciente. Es la que usamos cuando aprendemos habilidades, sean motoras (como montar en bicicleta o hacernos la corbata), cognitivas (como el alfabeto)  o de percepción. También se usa cuando se nos condiciona para algo  (algo así como los perros de Pavlov que salivaban al oír la campana) o se nos hace priming que es llevarnos a pensar algo por una referencia anterior. El priming se produce por ejemplo cuando se le dice a una persona la palabra concierto, y un rato después, al preguntarle por palabras que empiecen con con, se comprueba que probablemente le venga a la mente la palabra concierto. Es decir, que un primer estímulo condiciona la respuesta a un segundo estímulo

La memoria no declarativa se suele adquirir mediante la repetición y la práctica y está compuesta por comportamientos sensomotores automáticos que están tan incrustados en nosotros que no somos conscientes de ellos. Una vez que los aprendemos, los podemos realizar de manera automática.

La memoria no declarativa se conserva en un lugar del cerebro distinto al de la memoria declarativa. Eso se ha comprobado por casos de personas que tenían una lesión en una parte del cerebro y que no podían recordar hechos pero seguían siendo capaces de hacer las cosas que hacían.

En casos de amnesia, aunque no se pueda recordar la memoria declarativa, sí produce un efecto de la memoria no declarativa conocido como priming o impresión.

La memoria a largo plazo declarativa es aquella que requiere la recuperación consciente. A diferencia de la memoria sensorial o de trabajo, la información retenida por la memoria declarativa a largo plazo no se estructura conforme a la modalidad. Recibamos la información verbalmente, en imágenes o escribiendo, raramente se conservan en este formato. Lo que conservamos es el sentido general de lo que hemos leído, oído o visto, y rara vez lo conservamos literalmente o eidéticamente ( recordando la imagen exacta)

La memoria a largo plazo declarativa comprende la memoria semántica y la memoria episódica. La semántica se refiere a hechos y conceptos como la toma de de la Bastilla. La memoria episódica es donde guardamos la información relativa a nosotros mismos, como lo bien que lo pasamos en un viaje a Dublín. (Baron, 1992; Holt et al., 2015; Smith et al., 2003).

La memoria episódica recoge nuestro recuerdo en forma de serie desde la que podemos reconstruir nuestro recuerdo de experiencias y sucesos específicos en algún momento de nuestra vida. Las personas se suelen ver como actores en esos sucesos, y la memoria no está formada solo por hechos sino también por las emociones y el entorno.

La memoria semántica es un registro más estructurado de hechos, significados y conocimientos sobre el mundo exterior que hemos ido adquiriendo. Es independiente de nuestra experiencia personal, y del contexto espacio/temporal en el que las adquirimos.

Se incluyen cosas como capitales, funciones de los objetos, vocabulario, matemáticas, ciencias. Una gran parte de la memoria semántica es abstracta y está relacionada con el significado de los símbolos.

Muchas veces la memoria semántica deriva de la memoria episódica, mediante una reducción del contenido emocional de la memoria episódica y de la conexión con las circunstancias concretas.

La memoria episódica como la semántica tienen un proceso de codificación semejante. Sin embargo se guardan en zonas diferentes.

En el caso de la memoria episódica se guardan los diversos elementos del momento en zonas visuales, auditivas y olfativas, pero se coordinan todas desde el hipocampo, formando un episodio en lugar de una colección de memorias separadas.

La memoria espacial parece que se confina mucho más al hipocampo, habiendo una gran cantidad de “places cells” o células de lugar, que crean un mapa mental del espacio.

La mayor parte del aprendizaje es conocimiento semántico.

¿Cómo podemos conseguir conservar el conocimiento semántico?

Lo fundamental es crear conexiones significativas. Establecer diversas conexiones en la información nueva la convierte en parte de nuestra red de conocimiento y por tanto mejor integrada y más accesible. [note] (Baron, 1992; Holt et al.,2015; Smith et al., 2003). [/note]

Si intentamos entender de forma más elaborada y profunda la toma de la Bastilla, creamos asociaciones y conexiones con el material y por tanto muchas rutas de recuperación y un mejor acceso a las particularidades, causas y significado de este hecho.

 

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