No siempre nos tratamos a nosotros mismos como deberíamos.
A veces somos amables con nosotros mismos. Nos decimos que podemos conseguir cualquier cosa. Nos sentimos orgullosos de quiénes somos y de qué hacemos.
Pero no siempre es así.
En ocasiones somos nuestros peores enemigos.
A veces las cosas nos salen mal, y en lugar de ser nuestros mejores amigos nos atacamos. “Soy imbecil”, “¿Cómo puedo ser tan idiota de no haberme dado cuenta de que esa persona no era de fiar?”, ” siempre la cago”, “soy un fracasado”, “no tengo amigos”, “soy incapaz de encontrar alguien que me quiera”.
Supongo que casi todos en alguna ocasión nos hemos dicho alguna de esas cosas, o quizá todas ellas.
Pero no es nada bueno que nos hablemos así. Tenía razón Brian Tracy cuando dijo:
“No te digas a ti mismo nada que no quieras que se convierta en realidad”.
Las palabras son como pequeñas y dispersas gotas de lluvia. Te van mojando poco a poco, pero no te importa, hasta que llega un momento en que ya estás totalmente mojado y no puedes hacer nada para evitarlo.
Así que nunca te hables mal a ti mismo.
Pero quizá eso ya lo sabes, y lo que quieres descubrir es cómo evitar esa autocrítica excesiva.
No te preocupes, he encontrado una frase que me parece perfecta. La frase que hará parar tu autocrítica excesiva. La idea es de Amy Rees Anderson en un artículo en Forbes. Cuando te descubras hablándote mal a ti mismo/a hazte esa pregunta:
“¿Cómo me sentiría si alguien le dijera eso a mi hijo/a?”
Quizá no tengas hijos. Pero posiblemente tengas un sobrino, o un primo o un hermano pequeño. Algún ser indefenso al que no tolerarías que nadie hiciera daño.
Imagina que una persona maleducada y gruñona se acercara a esa criaturita y le dijera:
“Eres un perdedor”, “nunca llegarás a nada”.
Seguro que te llenarías de rabia. Pensarías que esa persona maleducada puede arruinar el futuro del niño. Y tienes razón, lo podría hacer. Pero de la misma manera tú puedes arruinar tu propio futuro diciéndote cosas así. Tú eres a la vez el gruñón y el niño.
¿No crees que tú también mereces ser respetado?
Me parecen super estos artículos y sobre todo los necesito mucho en estos momentos que tengo el corazón como una cuadricula destrozado.
Gracias,
Ánimo Margarita. Después de la tormenta, siempre vuelve a salir el sol.