Dejando ir.

Una película.

Alguien muere. Alguien, como no podría ser de otra manera llora.

Pasan los días y sigue llorando.

Y cuando ya han pasado muchos días otra persona se le acerca, le da un abrazo y mirándole dice “Tienes que dejarlo ir”.

 

Por: flickr.com/photos/uaeincredible/55917472/

Dejarlo ir.

 

Quizá en el caso de una muerte es cuando más evidente se hace la necesidad de dejar ir.

Es duro superar la muerte de alguien querido. Sin embargo hay una ventaja en ese caso. Y es que no tenemos ninguna esperanza de que la persona vuelva.

En otros casos menos traumáticos sin embargo, es más difícil darse cuenta de que el pasado no volverá.

Miras una relación que ya se ha derrumbado y sigues llorando, empeñado en recuperarla, gritando como si tus gritos fueran a solucionar algo. Te parece duro. Pero sería mucho más duro mirar y decir “esto se acabó”. Eso requiere mucha más valentía. Pero la gran mayoría de las personas se resisten a dejar atrás una relación. Dicen que quieren olvidar, pero lo único que quieren es un recurso mágico para recuperar a quien ya se fue para siempre.

También en los negocios es necesario saber cuándo dejar ir. Saber cuando tu proyecto estaba construido en un lugar donde no podía sostenerse, saber cuando hacer un reset y empezar de cero.

 

Cambiar y dejar ir.

 

No siempre cambiar significa que has dejado ir. Puedes empezar con una nueva pareja, pero seguir con tu mente en la pareja antigua. Puedes empezar un nuevo proyecto pero seguir lamentándote del proyecto que dejaste atrás. Puedes estar con la mente en un lugar y el cuerpo en otro. Y eso no puede llevar a nada bueno.

Tu cuerpo avanza en el tiempo. No permitas que tu mente se quede atrás. Deja marchar el pasado y vive en el presente.

Si te gusta esta entrada no la copies, compártela en tus redes mencionando el origen. Muchas gracias

6 comentarios en «Dejando ir.»

  1. Dejar ir, dejar marchar a alguien creo, desde mi opinión, que es una cuestión de actitud, una toma de conciencia bien difícil, para que nos vamos a engañar, que lleva un tiempo. Yo lo comparo a veces como pasar una gripe de esas que te mantienen aislado del resto del mundo y hecho una pena, donde al final solo uno mismo tiene que encontrar las fuerzas para poco a poco vislumbrar el camino de inicio.
    Lo más complicado es en la mayoría de los casos es lidiar con el inconsciente, ese gran desconocido que nos invita a repetir con diferentes caras el mismo tipo de relaciones, hay está creo yo la clave, ¿cómo desentrañar a ese gran desconocido?, que dice más de nosotros mismos y de nuestros deseos de lo que estamos dispuestos a querer saber…

    Responder
      • Ya, ¿y hasta que punto tenemos libre albedrío para escoger esas manzanas?…mira que algunas tienen muy mala leche si no que se lo pregunten a Adán y a Blancanieves (perdón por la broma).

        Creo que a nivel inconsciente no tenemos tanta autonomía y este va un poco por su cuenta, dependiendo de como nos han (mal) educado nuestros padres y de otros factores que se alejan en algunos casos de la mente racional, pero bueno es solo mi opinión.

        Responder
        • Es cierto que es difícil controlar el subconsciente, pero al menos sí podemos establecer los mecanismos para que las manzanas que salen del subsconsiente nos causen el menor daño posible.

          Responder
  2. Mi madre murió hace un año de cáncer como estaba sufriendo mucho, creo que la muerte es también liberadora, aceptarlo y dejarla ir me costó, pero me costó más deshacerme de todas esas emociones desde su enfermedad. Con una relación también hacemos lo mismo, si nos dejan, no nos dan otra opción, pero la gama de emociones y cómo le hacemos frente es otro asunto, tal vez por eso dejamos círculos sin cerrar. De los negocios no sé, sigo sin empezar ninguno tal vez también por mis emociones.

    Responder

Responder a Vanesa Muñoz Balbás Cancelar la respuesta