Recientemente estaba escuchando un podcast americano de los que más me gustan. En ese podcast, estaba invitada Olivia Fox Cavane, la autora del libro “El mito del carisma” que he examinado en esta misma web.
Una manera de no inventar nada.
Fox dice varias cosas muy interesantes sobre la creatividad. Y especialmente una que me llamó mucho la atención. Dice Fox que ,a pesar de lo que solemos creer, los inventos no suelen surgir de la nada ( “out of thin air” como suelen decir los americanos).
Muchas veces vemos el resultado final. El resultado brillante y sin sudor. Sin los recortes que quedaron a los lados, sin los antecedentes y las versiones intermedias. Y pensamos que el producto final nació así. Es un error. Las ideas no nacen de la nada. Siempre hay un origen y una evolución.
Dos maneras de inventar.
Para Olivia Fox Cavane, hay dos maneras en que surgen los inventos. O se mejora algo que ya existía o se aplica algo que ya había a otro campo diferente.
Son dos maneras de inventar que tienen algo en común: una causa anterior. La necesidad de un trabajo para conocer lo que existe y de un esfuerzo para usar y transformar lo anterior.
Si hacemos caso a Fox Cavane, la idea que tenemos de cómo inventamos , irónicamente, no deja de ser un invento.
Totalmente de acuerdo,sobretodo en lo que se refiere a mejorar lo que ya existe.
No hay más que comparar el montaje de una tienda de campaña de hace 30 años con una tienda de ahora,que tiras de una cuerda….y montada.
O la comodidad de las sillas de playa de hace 30 años con las de ahora,que llevan hasta almohadilla!!!! y no se oxidan ni pesan,ni llevan muelles ni estampados de flores 🙂 y se plegan fácilmente y hasta llevan ruedas.
Hay un invento muy curioso que descubrí en una tienda todo a 1 euro.Es una especie de cono de plástico hueco giratorio,que sirve para hincarlo en la arena de la playa fácilmente y poner dentro el palo de la sombrilla y que no se vuele.Yo que vivo en zona de playa y a veces hace ventolera me parece algo muy útil y cómodo.Me parece genial la idea con un trozo de plástico.
Me encantan esos inventos sencillos pero que mejoran mucho nuestra calidad de vida.
Supongo que cualquiera de nosotros podría inventar algo,tal vez sólo es cuestión de encontrate con algo que no te acaba de convencer y mirar de qué forma nos podría resular más útil o cómodo.
El que inventó la polea supongo que acabó hasta las narices de subir y bajar !!!!
Entonces pienso que las preguntas que nos llevarían a inventar algo serían :
¿qué es lo que nos toca las narices?
¿cómo podemos hacer para que no nos las siga tocando? 🙂
Sí, Isara, desde luego. Muchos de los inventos son en realidad la respuesta a un problema que se encontro el inventor.