“Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia.” Rudyard Kipling.
Tendemos a ver el éxito y el fracaso como dos polos opuestos. Y lo son. Sin embargo al igual que los polos de la tierra estando en extremos opuestos tienen muchas cosas en común, también el éxito y el fracaso tienen muchos parecidos.
Esa es la teoría que defiende Elisabeth Gilbert, autora de “Eat, pray, love”, en una charla de TED.
Gilbert, experimentó el fracaso en sus orígenes. Era una camarera que intentaba en vano publicar alguna de sus historias. Posteriormente, llegó al éxito con el libro “Eat, pray, love” que se convirtió en película.
Lo que tienen en común el éxito y el fracaso.
Para Gilbert, tanto el éxito como el fracaso suponen un alejamiento de nuestra vida ordinaria. Normalmente estamos acostumbrados a estar en mitad de la manada, pasando desapercibidos. Cuando tenemos éxito o cuando fracasamos nos alejamos de ese punto intermedio y eso nos genera una gran incomodidad.
Gilbert considera que la solución en ambos casos es siempre la misma. Volver a tu centro. ¿Y cuál es tu centro?. Es aquello que amas más que a ti mismo, aquello que es tu pasión. Para ella es la escritura. Y según ella, esa es la tabla de salvación que le permite sobrevivir a las olas del destino.
El éxito, el fracaso y el zen.
Lo que afirma Elisabeth Gilbert no es otra cosa que lo que lleva cientos de años enseñando el zen. Todo aquello que te haga alejarte de la realidad es un peligro. Puede tener una apariencia más agradable o menos agradable, pero tanto lo que amas demasiado como lo que temes de manera descontrolada te aleja de tu esencia.
¿Cómo reaccionar entonces? La respuesta está en mirar a tu centro. Es obvio que desearás algunas cosas, y desearás que no ocurran otras. Pero en uno y otro caso ha de ser solo un deseo y no una necesidad. Y sea que sea lo que ocurra, tú has de tener siempre el mismo, has de tener los pies bien sujetos a la tierra y mirar los cambios con una cierta distancia.
Triunfes o fracases, nunca deberías dejar de ser el mismo.
Si te interesa el vídeo de Elisabeth Gilbert aquí lo tienes.
¡Qué guiño de sincronicidad, Iván! En el post de hoy también hablo de la Gilbert 🙂
Me fascina como escribes. Y estoy totalmente de acuerdo. Pero aunque la mayoría evitemos el fracaso y persigamos el éxito. Ambos nos ayudan a conocer partes oscuras de nosotros.
Muchas gracias anónimo. Yo creo que más que lo importante no es lo que nos ocurre, sino nuestra capacidad para exprimir los hechos y sacarles hasta la última gota de su jugo.