El maestro crea
Leyendo por internet me he encontrado con un interesante artículo de Jack Donovan [note] http://www.jack-donovan.com/axis/2019/06/recreation-vs-re-creation/ [/note] que me ha hecho reflexionar.
Dice Donovan que el hombre corriente está acostumbrado a trabajar sin descanso con la recompensa de un tiempo en que no tendrá que trabajar.
Y es cierto. Soportas el día pensando en tumbarte por la noche en el sofá viendo una serie de Netflix. Soportas la semana pensando en salir el sábado por la noche. Soportas el año pensando en irte de vacaciones a tumbarte bajo una sombrilla con una caipirinha en la mano. Y soportas la vida pensando en que al final, podrás jubilarte o que en el otro mundo tendrás una recompensa.
¿Dónde te coloca eso? Te coloca en un mundo que la gran mayoría del tiempo no te gusta . En una vida de sufrimiento y espera.
Ves tu trabajo como un obstáculo para tu entretenimiento y no como una vía para la realización.
El trabajo como camino para realizarse
Dice Donovan:
Los gustos recreativos de los grandes hombres son lo menos notable, lo menos interesante de sus vidas. ¿Qué vino le gustaba a Julio César? A quién le importa… Es algo que no pasa de una curiosidad entretenida, un pequeño y olvidable detalle respecto a los grandes hechos de su vida.
El maestro crea. Es conocido por su obra, no por sus pasatiempos. Su vida no es sufrimiento. La Noble Bestia está contenta de estar viva. Feliz de ser capaz de ejercer su fuerza, su voluntad y su inteligencia. Le complace ser capaz de crear una y otra vez. La Noble Bestia no quiere relax, quiere seguir consiguiendo cosas, continuar construyéndose a sí mismo.
¿Y si siguieras ese consejo? ¿Y si hicieras que tu trabajo no fuera la peor parte de tu vida, sino la parte que más contribuye a lo que eres?
Un trabajo terrenal
Quizá ahora estés pensando que es muy fácil centrarte en tu trabajo si eres director de cine , un jugador de fútbol, un novelista famoso o una estrella de la canción. Alguien que tenga un trabajo que siempre le ha apetecido.
Pero no es tu caso. Tú trabajas en una oficina, en un supermercado, o haciendo páginas web desde tu casa.
Llegados a este punto hay dos maneras de enfocar la cuestión:
- Buscar el trabajo de tus sueños.
- Adaptarte al trabajo que tengas.
El primer consejo lo encontrarás en millones de páginas web. “Persigue tus sueños”. Yo creo que es una receta perfecta para el desastre. Nadie sueña con trabajos duros. Todo el mundo sueña con trabajos que a todos les gustaría tener. Si no lo tienes todavía, puede ser que lo consigas o puede ser que no. A mí no me parece mal perseguir los sueños, siempre que se haga desde el realismo, y no te lances al vacío sin tener paracaídas.
La segunda opción va a ser necesaria siempre. Porque no conseguirás el trabajo que querías o porque por muy de ensueño que sea tu trabajo, siempre va a tener partes en las que no piensas y que no son tan maravillosas como a ti te gustaría.
Es la vía dura, sí. No la vía cómoda de que tu trabajo sea maravilloso por sí mismo. Sino la vía dura de ser tú el que conviertas tu trabajo en algo especial. Siempre puedes barrer como pintaba Miguel Ángel. Recuerda esta frase:
“Si un hombre es llamado a ser barrendero, debería hacerlo como Miguel Ángel pintaba, o como Beethoven tocaba música, o como Shakespeare escribía poesía. Debería barrer tan bien que todos en la tierra y el cielo se detengan para decir ‘ Aquí vivía un barrendero grande que hizo su trabajo bien”.
Martin Luther King.
El maestro crea. Es conocido por su obra, no por sus pasatiempos.
¿Y tú, por qué quieres ser conocido?