El mito de la causa única

Cuando somos pequeños, el mundo es muy sencillo.

En el mundo de los cuentos todo es blanco y negro. Los buenos son muy buenos, los malos son muy malos, y los buenos ganan a los malos porque es como tiene que ser el mundo.

Las cosas están encadenadas entre sí. Cenicienta es buena y por eso el hada madrina le ha concedido el deseo. El príncipe se enamora de la princesa y por eso la busca.

A -> B , Y -> Z

El mundo es seguro y tranquilo. Todo ocurre por una causa y produce una consecuencia.

Crecer

Al crecer tienes que darte cuenta de que no es verdad que haya buenos y malos. Quizá hay algunos buenos muy buenos, y quizá haya algunos malos muy malos, pero la gran mayoría de las personas están en una de los diversos tonos de gris por los que pasamos cien veces al día.

Y no siempre ganan los buenos. De hecho a veces parece que los buenos nunca ganan.

Vemos que el mundo no es seguro, que no hay nada del todo cierto.

Y tenemos miedo, mucho miedo. Si hay algo que el ser humano no soporta bien es la incertidumbre.

El mundo real no es como el de los cuentos. Las historias son complejas, nos cuesta entender lo que ocurre de verdad.

Pero no nos resignamos a que sea así. Buscamos quien encuentre la explicación más sencilla. No la mejor explicación, sino la más sencilla. Porque la explicación más sencilla es la que nos hace sentir más seguros.

A pasa por B, Y pasa por Z.

Retuiteamos las frases que explican situaciones complejas con una causa simple.

Por eso tienen tanto éxito frases estúpidas como las de Coelho.

“Vivir es tomar decisiones y aguantar las consecuencias”

“Nada en este mundo sucede por casualidad”

¿Qué demonios es eso, cómo se puede resumir algo tan complejo como la vida en una frase tan simple?

Pero lees la frase y te da ganas de hacer sí con la cabeza. Claro, una frase y ya conoces el sentido de la vida, una frase y ya no tienes que pensar más.

No es un momento “a-há”, es un momento “haha”, un risible intento de englobar el mundo en una gota de agua.

Y con esas ideas simples creamos historias. Historias que explican la evolución del mundo, los cambios de nuestros sentimientos, los motivos por los que las cosas son como son.

Historias bonitas o terribles, pero historias que explican el mundo sin dejar huecos. Porque las historias no dejan huecos.

Incluso la Historia de verdad no es sino una explicación simplificada que trata de eliminar los muchos huecos de nuestro conocimiento.

En nuestro miedo a la incertidumbre colgamos la verdad del primer pino.

Perseguimos a quien nos diga lo que queremos escuchar, a quien nos dé seguridad, a quien nos encierre el universo en el frasco más pequeño.

Las causas de las cosas

Déjame que te diga una cosa horrible. Las cosas no ocurren para algo. No hay una intención en cada suceso de la vida de enseñarnos una lección.

Las cosas ocurren, a veces buenas, a veces malas. Disfruta las buenas y sufre las malas. Entiendo que haya veces en las que sería mejor creer que hay una razón para todo, pero no es verdad, no la hay.

Las cosas ocurren casi siempre por la combinación de varios motivos.

No suspendes el examen solo porque salieras de fiesta la noche anterior.

No se pierde el partido porque el equipo estuviera cansado.

Pero los periódicos y los libros y la gente, prefiere buscar la explicación sencilla, la única causa.

El nudo gordiano

Alejandro Magno , el mayor conquistador de todos los tiempos, llegó una vez a un lugar. Allí había un nudo. El famoso nudo gordiano. Decían que el que lo supiera soltar, conquistaría Asia. Alejandro sacó su espada, y de un golpe seco lo cortó.

Esa solución es la que aplicamos muchas veces. Una causa que acabe con los problemas. Una causa que explique lo que pasa, que te haga sentir bien, que le de a todo un orden.

La causa ajena

De los muchos casos de causas falsas, ninguno tan terrible como el de las causas ajenas. Ninguno tan tremendo como el de la causa iajena.

Si piensas que todos tus problemas son culpa de una persona, de una organización, de una ideología… entonces es casi seguro que estás totalmente equivocado.

Y no solo eso.

Al poner la causa en un lugar extraño a ti, estás poniendo también la solución en un lugar extraño a ti. Y nunca podrás solucionar nada.

Muchas causas

Sería maravilloso que todo fuera sencillo. Que todo ocurriera por una sola causa y todo tuviera una sola consecuencia. Pero no es así.

El mundo tiene muchas causas. Es tentador y tranquilizador encontrar una sola causa. Pero es falso. No elijas lo cómodo. Elige lo cierto.

Si te gusta esta entrada no la copies, compártela en tus redes mencionando el origen. Muchas gracias

3 comentarios en «El mito de la causa única»

  1. Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
    Excelente compañero. Efectivamente, es muy fácil quedarse con la solución simple. Pero lo simple no siempre es suficiente.
    Saludos desde Las Palmas!
    Con permiso, comparto tu artículo en el grupo de Telegram.

    Responder

Responder a Jaír Amores Laporta Cancelar la respuesta