El otro estómago.

Todos tenemos un estómago que nos sirve para comer. A veces lo tenemos lleno y nos entran ganas de tumbarnos y dormir. A veces lo tenemos vacío y , mientras oímos como ruge,  pensamos que haríamos cualquier cosa con tal de llenarlo.

Por: flickr.com/photos/122673998@N08/14979952466/

Pero no tenemos solo un estómago.

Oculto en algún lado tenemos un segundo estómago escondido. Un estómago que no busca comida, sino reconocimiento. Un estómago con hambre de saber que a alguien le alegra que estemos vivos. Llámalo cariño, amor, ser deseado, ser reconocido. Da igual, todo es lo mismo. Porque ese estómago se alimenta igual de un polvo que de un retweet. De un premio Nobel que de un “me alegra mucho haberte visto”.

Por supuesto que no todo reconocimiento alimenta a nuestro segundo estómago de la misma manera. Como no es lo mismo comer un solomillo que comer una avellana. Pero ese estómago escondido, está normalmente tan hambriento, que acepta cualquier cosa que le caiga a la boca.

No solemos dar de comer al segundo estómago de nadie. Somos miserables y tacaños, negamos hasta las mijagas de nuestro reconocimiento a los que pasan esa clase de hambre. Y todos pasamos esa clase de hambre.

En nuestra miseria, no nos damos cuenta de una cosa. Cada vez que de una forma justificada alimentamos la necesidad de reconocimiento de otra persona, también nosotros nos sentimos bien. En ese momento recibimos, como un rebote inevitable, el agradecimiento de esa persona por el reconocimiento. Y se crea una conexión. Quizá solo por un segundo, pero suficiente como para que el cielo se ilumine.

El otro día compré un regalo. En la tienda, me atendieron muy bien, mostrándome toda clase de alternativas a lo que yo quería, aún sin haberlo pedido expresamente. Sonriéndome constantemente y tratándome muy bien. Al irme, miré a la mujer a los ojos y le dije “Muchas gracias. Me has atendido muy bien. Eres una gran vendedora”. Vi como la cara de la mujer se iluminaba. Y yo me sentí muy bien conmigo mismo: generoso, radiante, contento. No voy a decir que fue fácil agradecer. Sentía una cierta vergüenza al decir algo que no es frecuente en mí. Pero mereció la pena. Tanto la mujer como yo, habíamos llenado un poco nuestro segundo estómago.

 

 

Si te gusta esta entrada no la copies, compártela en tus redes mencionando el origen. Muchas gracias

20 comentarios en «El otro estómago.»

  1. Siempre me ha llamado la atención que hables de que detrás de nuestras palabras y actos se esconden ese tipo de deseos ( ser reconocido, aumentar nuestro ego…). Esa visión tuya del “lado oscuro”. El egoísmo que está muchas veces detrás de nuestra supuesta sinceridad. No te falta razón pero me llama mucho la atención.
    En el comentario que le hiciste a la vendedora, qué te pesó más? Tu intención de agradarle o la de sentirte bien tú?

    Responder
    • Mira que me considero bastante egoísta, pero creo que lo hice porque se sintiera bien ella. Porque alguna vez en mi trabajo, alguna persona ha dado un par de pasos de más para agradecerme el interés que había puesto y me he sentido muy bien. Y creí que ella merecía sentirse así.

      Responder
  2. Desconozco si llegaste a leerme esta entrada, pero me alboroza el comprobar que desde una visión distinta a la mía, hayas llegado a las mismas conclusiones, decía en ella: “(…)desde mi nueva vida, de ese modo lo siento, os he contado que gozo con salir a pasear sin rumbo determinado, solo buscando la ocasión de hacer algo útil por alguien(…)”
    “(…) Cuando vuelvo a casa, siempre he logrado hacer algo, pues me basta con haber levantado una sonrisa a alguien (…)”
    Y citaba a una amiga mía: “La generosidad no significa sólo dar dinero. Se puede ser generoso regalando una sonrisa, ayudando a alguien, aportado tu talento o tu tiempo a los demás.

    Se puede ser generoso ofreciendo un cumplido o haciendo sonreír a alguien.

    La generosidad también está en las pequeñas cosas, pequeños gestos que pueden ser muy grandes para otras personas. Todo suma, ningún gesto de generosidad es insignificante”
    Puedes ver la entrada en http://tribunaavalon.blogspot.com.es/2014/11/canto-la-generosidad.html
    Y coincido con Robert, es una buena entrada, que me gustó en su momento.
    Otro bloguero en su comentario cita:” Signos pequeños, concretos. Por ejemplo:

    Dar las gracias, sobre todo cuando «no hace falta»
    Saludar/sonreír con alegría a esas personas que veo a diario.
    Un «qué tal» a esa persona que encontramos a menudo en la iglesia o en un banco de la calle… Quizás un «todavía no sé cómo te llamas, a pesar de que nos vemos todos los días».
    Poner más atención y escuchar a quien tiene algo que decirnos. Especialmente si es alguien «de casa».
    Decir con palabras y gestos «me importas», «te quiero», me alegra verte, te he echado de menos
    Escribir un correo, o hacer una llamada de teléfono o una visita… a esa persona que tenemos un poco olvidada, o que está un poco sola….
    Estar más dispuestos para «echar una mano», aunque no nos toque, y quizá ni nos la pidan
    Comentar algo que nos ha gustado, o nos ha llegado, o nos agrada, un «felicidades», tienes hoy buen aspecto, he pasado un buen rato contigo…
    Ser creativos y tener algunos «detalles» por sorpresa, aunque no vengan a cuento
    Prescindir de alguna cosa que realmente no necesito y ofrecerla. Cuántas cosas en casa que ni siquiera recuerdo que las tengo, o que no he tocado en tiempo…”

    Un abrazo y perdón por la auto cita, pero es la justificación a mi alegría de la coincidencia desde perspectivas diferentes la mía propia y las citadas.
    (la última es de http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/hoy)

    Responder
    • Me gusta mucho esa idea del paseo para hacer que alguien se sienta bien. Buscar la oportunidad, allí donde se encuentre. Uno de los mayores problemas para hacer las cosas es que esperamos que nos venga la idea en el momento y es complicado salvo que sea una situación muy obvia.Por eso me parece una gran idea preconcebirlo, planificarlo, convertirlo en algo premeditado.

      Responder
  3. Fíjate que precisamente por eso cuando te leo y siento como si te escucho te agradezco por las ideas que propones, las sugerencias y tu estilo tan especial, pero creo que lo mas difícil para mi es enfrentar una situación molesta sin tragarme el coraje ni herir al otro. Gracias por tu blog, en verdad te admiro mucho, cuando escriba el mío te seguiré recomendando

    Responder
  4. yo te leo siempre,no suelo comentar mucho,pero dar las gracias y reconocer que me gustas y que lo haces muy bien y que tus escritos son muchas veces temas de conversaciones con mis amigos si que lo puedo hacer,GRACIAS,gracias..

    Responder
  5. “Hay que ser generoso, aunque sea por egoísmo”
    Sigue así, no siempre comento pero siempre te leo.
    A veces pospongo tus entradas días, para poder leerlas con tranquilidad y saborearlas a gusto.
    Muchas gracias.

    Responder
  6. Tengo facilidad para llenar ese estómago,pero también para vaciarlo.
    Pondré un ejemplo de cada,es verdad que son casos extremos,pero mi intensidad para llenar o vaciar ese estómago depende de la sensación que me transmite,no es altruista.
    -Hace un par de semanas, comiendo con una compañera de trabajo,disfruté la mejor tarta de chocolate que he comido en lo que tengo de vida.Un escándalo de sabor,textura,olor y color.No pude marcharme de allí sin decirlo,sin felicitar al cocinero.Es seguro que encargaré allí una tarta de chocolate cuando se de la ocasión.
    -Hace 4 años mi perro enfermó por un problema en la sangre.Estuvo ingresado una semana en una de las mejores clínicas veterinarias que existen.Le trataron dos veterinarios.Uno de ellos al cuarto dia me dijo que no había posibilidades de salvarlo.Yo le pregunté al otro si realmente no había ninguna remota posibilidad……y entonces me contestó:hay un compañero de otro centro que es especialista en sangre,aunque es muy difícil encontrar sangre del mismo grupo sanguineo.
    De manera casi inexplicable al dia siguiente, la analítica de sangre que le hicieron,salió casi perfecta en todos los niveles y salió adelante sin necesidad de trasfusión de sangre.
    No pude marcharme de allí sin decir: ” cuando te planteaste estudiar veterinaria,debiste haberte planteado si serías capaz de buscar una única opción, aunque fuese en el infinito, para salvar la vida de un animal.Una única opción posible,es una opción.
    Y no quiero ponerme triste recordando pq mañana es un dia grande!!!!,viviremos una velada intensa y emocionante de esas que te hacen dar botes del sofá!!! jaja ¡¡¡¡ Que Dios reparta suerte !!!! que se dice no??? 🙂

    Responder
    • Lo de la tarta es un claro ejemplo de llenar un estómago ajeno. Seguro que el cocinero volvió a su casa encantado. El intentar cuidar del ego de los demás no implica no reprochar su conducta a quien no haya actuado bien. Y en cuanto al fútbol, yo no quiero que Dios reparta nada, jajajaj. La suerte toda para el Madrid 🙂

      Responder
          • Gracias 🙂
            Nos vino de perlas la verdad pq yo misma,en los entrenos,muevo más el trasero que Neymar y Messi juntos en el partido.Además si me ponen una venda en lo ojos y me dan tres vueltas a la gallinita ciega y me sueltan en el centro del campo,meto alguno de los 7,8 o 10 goles que falló el trío !!!!!
            Esto me hace pensar una cosa que no se si estarás de acuerdo.
            Has hablado en tus pots de temas de confianza,autoestima,…tendrás una visión certera seguro 🙂
            El sábado a las 12 me han convocado para jugar el partido más importante que he jugado hasta ahora.Me puede llevar a la gloria 🙂 .Jugamos en casa que es presión añadida.Las rivales són superiores a mí,ellas lo saben y yo lo se,irán a por mí, a lincharme desde el minuto cero.
            Esta semana necesito dosis importantes de tranquilidad y concentración.Me conozco bien en la lucha,conozco mi resistencia,mi empuje,físicamente estoy muy bien,estoy mejor que del coco.
            De la misma forma que Messi el miércoles jugó un partidazo y el domingo fue un desastre,no fue ni su sombra del jugador del miercoles,es bueno para mí pensar que tal vez mis contrincantes no estén muy finas el sábado o es un engañabobos para mí pensarlo demasiado ?
            Se que me tengo que centrar en mí y en el equipo,pero eso me puede dar una pequeña dosis de concentración.Piensas que es un error? pq si salen al campo y están finas,me van a hacer venir abajo? pero si les empiezo a ver fallos,me vendré arriba rápidamente?
            Grácias.
            Por cierto,tengo que felicitar a “los blancos” por el pase de Benzemá!!!! 🙂

          • Yo personalmente me concentraría en ti misma y no en tus rivales. Sobre eso no puedes hacer nada. Y seguro que te va a ir bien. Intenta visualizar que lo hagan ellas como lo hagan, tú lo vas a hacer muy bien.

  7. Hemos empezado perdiendo,hemos empatado y al final hemos ganado!!!
    He tenido a una mole linchándome a castañazos nada más empezar.Sólo podía defenderme,no podía atacar,no me dejaba respirar.Ha habido un punto de inflexión que ha sido con un golpe muy fuerte con disculpas incluídas,por fuera me he quedado templada,pero por dentro estaba hirviendo.He aprovechado las oportunidades del saque para ir directa a ella sin parar hasta hacerla fallar,hasta que se le han empezado a ir todos los castañazos fuera uno detrás de otro.A partir de ahí,pan comido.Ha sido un placer atacarla 🙂
    Tan importante es conocer nuestros puntos fuertes,como los puntos débiles del rival,el talón de Aquiles.
    El rival puede ser más fuerte,pero tiene seguro un punto débil,hay buscarlo y atacarlo,centrarte ahí,entonces sí puedes controlar el juego de tu rival.
    Mi nombre ahora es más temido 🙂

    Responder

Responder a IvanC Cancelar la respuesta