Hay una cosa extremadamente curiosa acerca de los cangrejos. Es lo que se llama como el efecto del cubo de cangrejos. Si pones un cangrejo dentro de un cubo el cangrejo intentará salir de la cesta. Sin embargo si pones muchos cangrejos dentro de un cubo ocurrirá algo muy curioso: Ninguno de los cangrejos saldrá, porque si uno de ellos lo intenta, los demás lo agarrarán y lo llevarán hacia abajo para evitar que huya del cubo.
Por analogía, el síndrome de la cesta de cangrejos se refiere al caso en que una persona está intentando salir de una situación poco favorable, y las demás personas que están a su alrededor, no solo no le apoyan, sino que hacen lo posible para evitar que la persona pueda superar esa situación.
¿Cuántas veces has vivido el síndrome de la cesta de cangrejos?.¿ Cuantas veces has dicho a tus amigos que no estaban muy en forma, que ibas a comenzar a hacer ejercicio y han intentado disuadirte o te han dicho que eso era una tontería, que no servía de nada, o que era ser superficial?. Quizá has intentado montar un negocio, y todo el mundo a tu alrededor te ha dicho que no funcionaría, que no merecía la pena intentarlo, que era una estupidez.
Son cangrejos, solamente cangrejos, cangrejos que tiran de ti hacia abajo para que no escapes de la cesta.
Incluso tú posiblemente en muchas ocasiones has sido el cangrejo que ha intentado evitar que otro subiera.
¿Por qué se produce el síndrome de la cesta de cangrejos?
Yo creo que ese síndrome se debe a dos elementos:
Por un lado a la envidia. La envidia no es algo extraño ni que deba escandalizarnos. La envidia es un mecanismo que trata de reaccionar contra la subida de estatus de una persona cercana. Porque la subida de estatus de una persona, es comparativamente una bajada de nuestro estatus.
Por otro lado a la ley del espejo. Iniciar un negocio que triunfe es subir el estatus; mejorar el aspecto físico es aumentar el estatus. Al observar que la otra persona hace un esfuerzo por subir su estatus, esa acción nos pone delante de nosotros nuestra propia inacción al respecto, y nos hace sentir mal. La otra persona intenta mejorar, yo que soy igual que esa otra persona no intento mejorar, luego me siento mal.
¿Qué hacer ante el síndrome del cubo de cangrejos?
Cuando seas tú el que tira de alguien para abajo.
Si el que otra persona quiera mejorar te hace sentir mal, el problema no es de la otra persona, sino tuyo. Aprovecha lo que hace la otra persona para inspirarte y mejorar tú también. Toma cada éxito de los demás como una muestra de que existe un camino que tú también puedes recorrer. Y alégrate de que alguien te descubra ese camino.
Cuando sean otros los que intenten tirar de ti hacia abajo.
Se compasivo. Tú mismo lo habrás hecho posiblemente en otras ocasiones. No intentes convencer a nadie. Simplemente no hables del tema con esas personas, y sobre todo no dejes que sus intentos de tirarte abajo tengan éxito. Mantente firme en tus propósitos.
Les guste o no a los otros cangrejos, al final vas a conseguir salir de la cesta.
No entiendo porque nadie me puede amar si soy un cuero de mujer, se hacer el amor como una diosa y guiso como un ángel, soy tierna, noble, amorosa divertida si tengo algunos defectillos pero son mas mis virtudes, no entiendo porque soy invisible para los hombres, hubo alguien que me dijo que hay alguien del inframundo que me ama y siempre esta junto a mi y se encarga de hacerme invisible ante los demás, y ya me lo estoy creyendo
Desde luego autoestima no te falta. Eso esta muy bien. ¿No tienes ninguna pista de qué puede ser? Pregúntale a algún chico que conozcas qué podrías mejorar, quizá eso te de una pista.
Tal vez eres un poco soberbia, o te falta un poquito de humildad… Quizá. O también puede ser que intimides a los hombres con tu autoestima o forma de ser…
Capto en tus palabras un toque narcisista y paranoico.
Te lo digo con mis mejores deseos de que encuentres la felicidad.
Si resulta que tus defectillos forman parte de tus virtudes,
nos lo jugamos todo a cara o cruz,
cara ganas tú y cruz pierde el otro.
Deberías de desarrollar la empatía, ser feliz haciendo felices a los demás.
No pongas a los hombres el listón tan alto.
Hay muy buena gente en tu entorno, estoy seguro.
¡Solo tienes que acertar con el apropiado y darle tu cariño y confianza!
Te deseo lo mejor, Silvia.