Hoy, hurgando en una bolsa vieja que estaba en el fondo de un armario, he descubierto una libreta Moleskine. Las libretas de esa marca son mucho más caras que una agenda parecida sin marca, incluso diez veces más. Por esa diferencia de precio no suelo comprar agendas Moleskine, aunque me gustan, me parecen un exceso innecesario.
Sin embargo al encontrar esa libreta hoy, me he dado cuenta de una cosa. En esa libreta mi letra, que normalmente es poco legible y bastante embarullada, está muchísimo más clara. ¿Por qué?
Quizá de alguna manera el hecho de que la libreta sea más cara hace que tenga más cuidado al hacer las anotaciones en ella. Quizá inconscientemente estoy tratando de manera diferente a las libretas según el coste que hayan tenido.
Y si lo pienso, no me pasa solamente con las libretas. En muchas ocasiones he oído a algún conferenciante decir que la gente escucha las conferencias por las que paga dinero de una manera muy diferente a las conferencias por las que no paga dinero.
Quizá por eso prestas más atención a las clases a las que asistes cuando eres tú quien las paga, que cuando las pagan tus padres.
Nada es gratuito, lo que no tiene precio directo, tiene el coste de dejar de hacer otras cosas.
En muchas ocasiones caigo en el error de tener muchas cosas de una calidad baja. Quizá por si las pierdo, o para tener varios recambios. Y sin embargo cada vez estoy más convencido de que es mejor la postura del minimalismo, de tener pocas cosas y a ser posible de buena calidad. Así disfrutas de cosas mejores, las valoras más, las usas con más cuidado, y no tienes que tener tu casa de llena de objetos.
Está claro que las cosas cuando hay que pagarlas las valoramos más. Yo trabajé en una empresa pública que ofrecía un sinfín de servicios gratuitos ( cursos, talleres…) y la gente se apuntaba y no aparecía o se marchaban a la mitad habiendo ocupado la plaza de otro.
Lo de preferir tener pocas cosas pero de calidad creo que es por la edad Iván… Jajja no te ofendas eh? Pero creo que a algunos nos pasa que con la edad vamos volviéndonos más exigentes. A mí al menos me ocurre.
Saludos