En defensa del individuo libre.

 Advertencia: Esta entrada es un poco diferente a las habituales. Expresa mi opinión sobre la tendencia actual a limitar las libertades. 

Poco a poco el Estado ( el Estado como concepto incluyendo a todas las administraciones) nos ha ido convirtiendo en sujetos infantiles y tutelados, a quienes se debe dirigir e influir. ¿Por qué ha ocurrido eso? ¿ Es bueno que ocurra? Aquí está mi opinión en defensa del individuo libre.

 

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El nacimiento de la sociedad.

No es difícil pensar que el origen de los grupos humanos está en la organización de las personas para conseguir un fin que uno sólo no podría lograr. Así un solo hombre no podría cazar un mamut, sin embargo un conjunto organizado de ellos sí que podría hacerlo, con lo cual el incentivo para organizarse en grupos sería muy grande.

Además en el caso de que un individuo permaneciera fuera de un grupo , tendría una situación muy complicada si se enfrentara a un grupo organizado, que podría privarle fácilmente de todos sus recursos.

Una vez establecido un grupo, sería bastante útil que existiera un liderazgo. Imagina como sería intentar cazar un mamut si cada uno quisiera atacar en un momento distinto, e ir por su propio lado. Lo mismo pasaría en una lucha contra otro grupo. El grupo que tuviera un liderazgo claro tendría gran parte de la lucha ganada. “Un mal general es mejor que ningún general” como decía Napoleón.

En esos tiempos iniciales los grupos no podían ser muy grandes;  vivían de la caza y la recolección y no había suficientes alimentos para mantener un grupo grande. Después eso cambió.

 

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El nacimiento de las civilizaciones.

El origen de las grandes civilizaciones se produce en los grandes ríos, con el surgimiento de la agricultura, y la necesidad de establecer sistemas de riego que requieren el esfuerzo combinado de muchas personas. Además el aumento de la producción de alimentos permite y favorece la creación de grupos mucho más grandes.

Las poblaciones agrícolas, sedentarias, y poco acostumbradas a la lucha, con bastantes excedentes, requieren además de protección frente a los pueblos bárbaros. Eso exige la creación de un ejército.  Y la creación de un ejército exige el establecimiento de impuestos.

El gobierno de un grupo de personas tan grande no puede ser sólo de un líder, sino que requiere una cierta estructura.  Esa estructura es el origen del Estado.

El derecho.

Una de las funciones principales del Estado es evitar los conflictos entre los ciudadanos. Y eso exige necesariamente una limitación de las libertades. Para que la convivencia se mantenga es necesario tomar medidas contra las personas que agreden o matan a otras. Y para la agricultura ( salvo que se opte por una explotación colectiva), es fundamental el mantenimiento de la propiedad privada. Nadie cultivaría una tierra si supiera que los frutos serán recogidos por otra persona y no por él.  Es necesario también establecer una normativa para determinar cómo se ejerce el poder, y cómo funciona el propio Estado.

 

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El Estado protector.

 

Con el paso del tiempo, y tras los movimientos sociales surgidos por las difíciles condiciones de vida de la era industrial, se espera del Estado que asegure la supervivencia y hasta el bienestar de sus ciudadanos.

En este punto influye mucho la ideología de cada cuál. Para algunos hay que dar a cada uno “según sus necesidades”. Yo no creo que eso sea positivo. Creo que lo único que eso produce es limitar el esfuerzo de todos. ¿Si da igual esforzarse que no esforzarse, quién va a hacerlo?.

Mi opinión es que el Estado debería asegurar la supervivencia de los ciudadanos y un grado mínimo de confort. De ahí en adelante cada uno habría de trabajar para conseguir vivir en unas condiciones mejores.

En todo caso no es esta cuestión el objeto de esta entrada. La cuestión es otra derivada de esta.

 

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El Estado castrador.

Una vez que el Estado asume la protección de sus ciudadanos con un sistema de sanidad pública, como una especie de madre que cuida de sus hijos, es bastante fácil que trate de determinar  lo que es permisible y lo que no.

En una primera fase eso se realiza solo con respecto a lo que afecta a los demás.  Si por ejemplo se limita el fumar en los edificios públicos, eso no deja de ser, una forma de garantizar la salud de unos ciudadanos que se pueden ver perjudicados por la acción de otros. Y no sería sino algo parecido ( en un sentido muy amplio obviamente) a limitar las agresiones de unos ciudadanos contra otros.

Pero después se plantea una segunda fase. El Estado trata de determinar las cosas que pueden hacer unos ciudadanos en lo que sólo les afecta a sí mismos. Aquí entra el ejemplo de obligar a que los ciudadanos usen el casco en sus desplazamientos en bicicleta. ¿Qué justificación tiene el obligar a llevar el casco a un ciclista cuando el único perjuicio de no llevarlo lo sufre él mismo? Recomendarlo sería una cosa, pero obligar a llevarlo sólo puede tener como justificación el coste que para la sanidad pública supondría el cargar con las consecuencias del accidente.

Pero sí es así, y la justificación es el coste en sanidad, entonces se podría solucionar de otra manera. Se podría establecer ( como se ha planteado en algunas ocasiones respecto de los fumadores) que la persona que realice una conducta que conlleve un peligro, no sea atendida de una manera gratuita. Seguro que al leer esto a más de uno le parece que eso sería una barbaridad. Pero ¿ no es una barbaridad mucho mayor que el estado pueda decidir que riesgos podemos asumir?

Si aceptamos que el Estado decida eso, también podría decidir la altura máxima de un muro desde el que se puede saltar, si nos podemos lanzar en puenting o paracaídas, si no podemos salir de casa los días en que la acera esté helada, o si deberíamos tomar refrescos azucarados. Una cosa es establecer medidas para encaminar a los ciudadanos donde parezca más conveniente, y otra totalmente inaceptable es establecer prohibiciones.

A veces es tentador dejarse llevar por un Estado que decida todo por nosotros. Siempre hay argumentos para decir que lo que hace lo hace por nuestro bien. Pero ¿realmente queremos eso? ¿ Queremos estar cada vez más seguros, o queremos ser libres de decidir si asumimos o no los riesgos que queramos asumir?

Yo por mi parte lo tengo muy claro.

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4 comentarios en «En defensa del individuo libre.»

  1. Respecto a las libertades individuales, cuál debe ser a tu juicio el papel o fin de un estado? Garantizar la libertad de cada uno?
    Y eso cómo se come? Dónde están los límites? Dónde está el punto medio?
    Debo ser libre por ejemplo para elegir el colegio al que quiero vayan mis hijos? En algunas Comunidades españolas se ha dejado de subvencionar los colegios que separan por sexos por considerarlos discriminatorios. Qué hacemos con esos padres? Tienen derecho a elegir centro? Parece que no.
    Soy libre para elegir la guardería a la que quiero llevar a mi hijo? A algunos no les han admitido en ninguna pública. Tienen que sufragarme una privada y con sus impuestos pagan además las públicas.
    Soy libre para beber en un bar hasta la hora que me dé la gana? No, existen limitaciones de horarios.
    Son libres las menores para abortar en la sanidad pública sin el consentimiento paterno? Sí.Y para comprar tabaco? No, no pueden.Y para comprar sin receta la píldora del día después?sí son libres.
    Hasta dónde debe llegar el proteccionismo del Estado? Y la libertad de cada uno?
    Soy libre para despelotarme en medio de una plaza en plenas fiestas rodeada de hombres y mujeres borrachos?sí, claro que soy libre. Y qué hacemos con el aprovechado de turno que agrede sexualmente a la despelotada? Qué hacemos con por ejemplo esa fuente de dos metros de alto desde la que los guiris se tiran en plancha en fiestas? La quitamos? Prohibimos que se tiren? Dejamos que se pueda matar alguno más?
    Podríamos pegarnos un buen rato haciéndonos este tipo de preguntas…
    En el ámbito social, económico… En todos los ámbitos… Hasta dónde debe llegar el estado?
    Hasta dónde deberíamos ser libres los ciudadanos? Hasta dónde llega mi libertad? Acaba donde empieza la tuya como decía Sartre?
    El problema de todo esto es entre otras cosas la poca falta de sentido común y la poca visión de los líderes que nos gobiernan y dictan nuestras normas, que están ( la gran mayoría) más preocupados de no perder su silla y enriquecerse que de los problemas del ciudadano de a pié.
    He dicho!!
    🙂

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    • Jajaja veo que hay debate. Es discutible dónde debe trazarse la linea. Pero yo creo que hoy en día, al menos para mi gusto, está cada vez más lejos de la libertad individual. Y en todo caso (casi ) nunca deberían estar limitadas actividades que una persona realice sin perjudicar a los demás.

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  2. Gracias por esta reflexión, Iván. Me ha parecido muy interesante, con el valor añadido extra de tu conocimiento del tema desde el punto de vista del derecho.

    Estoy de acuerdo con la idea (utópica de momento, tal y como están las cosas) de un Estado más flexible y una ciudadania que, en lugar de comportarnos como sujetos infantilizados que necesitan ser dirigidos, se auto-rija de una manera responsable y coherente, respetando por supuesto las reglas comunes del juego.

    La vivencia primero y la práctica después de la responsabilidad individual traería como consecuencia la libertad bien entendida, no sólo del individuo sino del colectivo por extensión. Aunque sería necesario un cambio educacional muy profundo para poder llegar a ello.

    Yo vivo esperanzada 🙂

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    • El cambio educacional está en la base de todo. Y sobre todo el primer cambio debería ser no el cómo se enseña, sino el hecho de que no se enseñan las cosas sino que se ayuda a aprender. Tú eres una persona con una energía muy positiva, y la esperanza es parte de eso.

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