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“La mayoría, los más vulgares, conciben el bien y la felicidad como placer, y por tanto les gusta una vida de gratificación. Viven así como borregos, porque la vida que eligen es la vida de los animales que pastan”. Aristóteles.
¿Cuál es el mejor camino para llegar a la felicidad?
Es un tema que se ha discutido siempre y se seguirá discutiendo. Básicamente hay dos tipos de teorías:
Las hedonistas. Son las que afirman que la felicidad está en aumentar el placer y disminuir el dolor. Cualquier actividad que consiga eso, nos aportará una mayor felicidad.
Las eudaimónicas ( lo admito, es una palabra muy rara que viene del griego “daimon” verdadera naturaleza). Son las que consideran que para ser feliz es necesario cumplir una serie de exigencias que están en nuestra naturaleza.
Investigando el camino a la felicidad.
Para comprobar qué tipo de teoría era más acertada y qué influía más en el bienestar de las personas se realizó una investigación en el 2007 (“Being good by doing good: Daily eudaimonic activity and well-being Michael F. Steger a, Todd B. Kashdan b, Shigehiro Oishi c).
En esa investigación se hizo un seguimiento a 65 personas durante 3 semanas para comprobar el número de veces en que realizaban actividades destinadas a buscar placer , y el número de veces en que realizaban actividades más signficativas (considerando como tales ayudar a otros, escuchar problemas de los amigos o perseguir las propias metas).
Se siguió durante 3 semanas el nivel de felicidad que manifestaron tener y además si se sentían felices o tristes. Lo que descubrieron fue que cuanto más participaban las personas en actividades con significado, más felices se sentían y más propósito consideraban que tenían sus vidas. Los comportamientos que buscaban la felicidad sin embargo no hacían que la gente se sintiera más feliz. Parece que hacer el bien ayuda a ser feliz.
Los investigadores comprobaron además que era la realización de comportamientos significativos lo que producía más felicidad, y no la felicidad la que hacía que la gente tuviera más comportamientos significativos.
Aplicación.
Con la felicidad pasa un poco como con la comida. Una cosa es la comida que nos apetecería comer, y otra cosa es la comida que nos conviene. Desde que somos pequeños tenemos ( al menos en la sociedad actual) la tendencia a buscar los dulces y la comida rápida. Pero precisamente ese tipo de comida es la que menos bien nos hace.
Es necesario que seamos conscientes de la tendencia a comer cosas perjudiciales y que poco a poco vayamos cambiando de hábitos.
Con la felicidad pasa algo parecido. Hemos de hacernos conscientes de que el deseo de buscar la felicidad inmediata no es positivo para nosotros. Y hemos de cambiar ese hábito por el hábito de realizar conductas que nos puedan llevar a la felicidad a largo plazo.
Sin embargo, al igual que ocurre con la comida, hemos de tener una cierta estrategia. No basta decir “quiero comer verduras” y esperar que de la noche a la mañana te apetezca lo mismo una zanahoria que un pastel de chocolate. Has de trazar un camino en el que poco a poco conviertas un tipo de hábitos en otro. Y al igual que has de buscar entre la comida sana la más apetecible para dejar de comer mal, has de buscar entre los hábitos significativos aquellos que te sean más deseables.
¿Qué hábitos hedonistas crees que podrías cambiar por un hábito más significativo?
Curioso post Iván. Nunca me había planteado contemplar la búsqueda de la felicidad bajo ese prisma.
Sobre la felicidad, hay una frase que a mi me gusta mucho y es de Victor Frankl ( aquel psiquiatra austríaco que sobrevivió en varios campos de concentración nazis) que dice: “Yo diría que lo que el hombre quiere realmente no es la felicidad en sí, sino un “motivo” para ser feliz.
De todas las maneras, creo que con frecuencia olvidamos que la felicidad no está en las circunstancias sino dentro de cada uno. Hay que buscar darle un sentido a nuestra vida. Eso a veces no es fácil ¿verdad? Pero estos pequeños trucos que expones en tu post ayudan..
Un abrazo
Ana
Interesante frase Ana, no la conocía. Es como si siempre necesitaramos que alguien nos autorice a sentir lo que queremos sentir.
¿Y por qué no nos hacemos la pregunta contraria? A veces pensamos más en los demás que en nosotros mismos y nos perjudicamos doblemente.Primero, porque no nos damos la importancia que necesitamos y segundo porque no dejamos que la otra persona sea capaz de superar sus baches.
La clave es el equilibrio entre nosotros y los demás
Un saludo
Si lees la entrada inmediatamente siguiente verás como me lo planteo.
La leí Iván,lo que quiero explicar es no te puedes sentir totalmente feliz cuando ayudas a alguien que ha querido aprovecharse de tu buena voluntad.Para mi, esa sensación de bienestar que te queda después de ayudar a alguien se tiñe de oscuro en ese caso.Hay determinada gente que se acerca a ti por lo que puede obtener a cambio.Es un aprendizaje más en el que debo saber diferenciar quién necesita ayuda y quién no.Aún así,estoy segura de me seguirá pasando lo mismo porque me cuesta mucho diferenciar esas situaciones y porque no puedo negar algo que se que puedo ofrecer.
Un saludo
Sí Sandramaya. En eso estoy de acuerdo. Yo no creo que haya que ayudar a las personas que se quieren aprovechar de ti. No creo en ser bueno. Creo en ser noble. En portarse bien con quien se porta bien contigo. Pero con la persona a la que no le importas ni se preocupa por ti, creo que hay que ser indiferente, y a veces hasta malo.
Un saludo.
Hacer el bien me hace sentir bien pero no soy más feliz, para mi es hacer algo desinteresado, si puedes ayudar a alguien que lo necesita te alegras y bueno un poco feliz también te sientes porque mañana puedo ser yo quien necesite ayuda pero para mi la felicidad es otra cosa.
La felicidad es muchas cosas. Quizá es la suma de muchas felicidades pequeñas.
Para mi la felicidad no existe. Existen momentos felices. Y depende de cada uno buscar esos momentos que te hacen feliz. Nadie nace feliz. Igual que Nadal no nació tenista sino que consiguió ser un numero uno entrenando. Nos vamos “haciendo” felices. Para mi, ayudar a quien sea ( tenga buenas o malas intenciones hacia mi), es fuente de satisfacción, me hace sentir bien. Para otros igual no.
De todos modos, yo tengo mi particular teoría acerca de la felicidad y es que hay que buscarla en el “mientras” y no en el “cuando”.
Me explico mejor: imaginad que estais planeando un viaje a la playa. Que es lo que soléis pensar mientras lo planeáis? Yo siempre tendia a pensar: cuando llegue alli pienso tirarme a tomar el sol, cuando llegue voy a bañarme en la playa, cuando cuando cuando…. Y resulta que a veces llegas a tu destino soñado y ha pasado un huracán y ni playa ni sol ni leches!!! Por eso prefiero disfrutar del “mientras”. Mientras preparo la maleta me pongo música y canto y bailo y rio, mientras espero al taxi que me recoja para ir al aeropuerto miro al cielo y sonrió y hablo animadamente con el taxista, mientras, mientras,mientras…. Es lo mismo que disfrutar del Camino de Santiago mientras lo recorres. Quien sabe si luego vas a llegar o no a la meta!!!
Disfrutemos del “mientras “y no del” cuando”
Un abrazo
Ana
El mundo es un eterno mientras. En cuanto a si existe la felicidad, yo creo que cuando hablamos de felicidad hablamos de tantos momentos felices que hacen que la vida parezca feliz aunque no lo sea del todo. Es como si en un ordenador hay cientos de puntos amarillos que hacen que la pantalla entera se pueda definir como amarilla aunque no lo sea del todo.
Entiendo… Valenquizas decir que la felicidad no existe es un poco radical. Estoy fe acuerdo:muchos momentos felices hacen que puedas afirmar que estas feliz pero todos tenemos malas rachas en la vida también, momentos de infelicidad. Tu crees que habrá alguien que aun en esos momentos malos pueda ser feliz en el fondo?
Un abrazo
Ana
Sí, yo creo que si en esos momentos eres capaz de mirar más allá de lo inmediato y ver tu vida en general, entonces sí es posible sentirte feliz en esos momentos. Eso sí, es muy difícil no lo niego.
Para mi la felicidad es una actitud positiva ante la vida y que depende de nosotros buscar lo que nos hace sentir más felices, si somos felices podremos hacer felices a los demás, pero aquí lo difícil es ponerlo en práctica aunque hay que intentarlo, es como un reto y no un destino, es personal e intransferible.
Totalmente de acuerdo contigo Cris.
Un abrazo
Ana
Gracias Ana, la teoría siempre nos parece perfecta pero hay que ponerla en práctica, aunque soy cabezota y te aseguro que nunca me rindo a pesar de haber tocado fondo varias veces, a mi lo que me funciona es conocer gente diferente y cambiar mi rutina, hay que buscar aquello que nos hace sentir bien y eses momentos felices llegan solos. Un abrazo para ti también.
A mi también me funciona conocer gente nueva Cris. Aprendo de la gente diferente a mi, de cualquier entorno, cultura, religión…eso me encanta!
Es importante salir de tu entorno para no caer en la rutina y tener una mente abierta y una mentalidad positiva ante la vida.
Que fácil la teoria eh???
Un abraZo
Ana