La atención es como una linterna en la oscuridad
Estás rodeado de realidad.
Gira la cabeza. Mira a tu derecha, detrás de ti, a tu izquierda, delante. Todo eso está a tu alrededor pero no todo importa.
Existe, pero no existe para ti.
Para ti no existe toda la realidad, para ti solo existe esa parte de la realidad en que pones tu atención.
Tu atención no es como enfocar tu mirada en algún punto de tu campo de visión.
Tu atención es más bien como dirigir una linterna en mitad de la oscuridad. En ese momento, solo existe lo que está iluminado. El resto de las cosas no existen, o existen pero es como si no existieran.
La atención no es que seleccione la realidad, es que define la realidad. No es solo que la interprete sino que le da existencia.
Consecuencias de la naturaleza de la atención
Dos personas pueden estar inmersas en una misma realidad, y tener una opinión absolutamente distinta.
No puedes resolver un problema sino prestas tu atención al punto clave de su naturaleza.
El control de tu atención es el control de tu realidad. Si dejas que tu atención vaya por lugares inadecuados, tu vida será inadecuada.
Es posible engañar a alguien que esté inmerso en una realidad, siempre que el que engaña consiga dirigir la atención del engañado al lugar adecuado.
Tu felicidad depende de tu atención. Si prestas atención a lo que te causa felicidad, serás más feliz a corto plazo que si prestas atención a lo que te hace infeliz. Sin embargo, dejar de prestar atención a los problemas los saca de tu realidad y puede hacer que sus consecuencias te pillen desprevenido.
Tus relaciones con otras personas dependen no de lo que seas, sino de aquello que atraiga la atención de los demás. Si te huele el aliento y lo único que puede otra persona pensar de ti es eso, el resto de lo que eres no existirá para esa persona.
Si deseas conseguir algo de alguien, más te vale conseguir su atención.
Atención e interés
En la película Glengarry Glenn Rose, un vendedor de mucho éxito les transmite a los pobres diablos de una inmobiliaria de tercera las claves para vender:
Attention, Interest, Decision, Action
Atención, interés, decisión, acción.
Consigue atraer la atención del cliente. Suscita tu interés. Entonces haz que se decida y logra que actúe.
Pero ¿cuál es la diferencia entre la atención y el interés?
La atención es el hecho de que tu mente esté concentrada en algo. A veces dura un segundo ( si escucho el llanto estridente de un niño, un coche pega un frenazo). Otras veces dura muchísimo más ( veo la final del mundial, leo una novela muy entretenida).
El interés en cambio es la voluntad de prestar atención. Si el interés es suficiente, sostiene la atención. Si quiero saber quién ganará el mundial, presto atención a la final. Si me interesa saber qué nueva medida va a aplicar el gobierno, estoy atento al telediario.
Por eso gestionar el interés es una manera de gestionar tu atención. Y gestionar tu atención es una manera de dar forma a la realidad que deseas.
Lo que te interesa es tu vida
Se dice que eres lo que comes. Con la misma o más razón, se podría decir que eres aquello a lo que prestas atención y aquello en lo que tienes interés.
Si tu interés está en todas las películas de la historia, serás un experto en cine.
Si tu interés está en si los famosos se lían o no con otras personas, serás simplemente un chismoso.
Si tu interés está en la regulación normativa de un país, serás mucho mejor abogado que si tu interés está en los jugadores que ficha tu club.
¿Se puede cambiar el interés?
Siguiendo ese razonamiento, para cambiar tu vida, deberías cambiar las cosas que te interesan.
Pero ¿es posible cambiar lo que te interesa? ¿es conveniente?
Empezaremos por la segunda pregunta. Quizá alguien pueda pensar que si deja de interesarse por lo que se interesa ahora, se convertirá en otra persona. Y sí, estoy seguro de que se convertirá en otra persona. Pero no tiene nada de malo convertirse en otra persona si esa otra persona es una versión mejorada de ti mismo.
¿Es posible cambiar lo que te interesa?
Tu propia vida demuestra que es así. De pequeño te gustaban los dibujos animados y la plastilina. Otras actividades de adultos te parecían aburridas. Así que sí se puede cambiar.
La cuestión es cómo
Si piensas en todos los temas que no te interesan, te darás cuenta de que tu conocimiento de ellos es siempre muy superficial.
Recuerdo haber ido al ballet en una ocasión. No me interesó lo más mínimo. Pero ¿qué es lo que veía? Solamente unas personas vestidas de gasas dando saltos de manera aleatoria por un escenario.
Pero el ballet no es eso. Eso es mi visión caricaturizada del ballet. Mi visión no llega a la realidad del ballet sino que se queda en su reflejo más simple. Mirando esa capa tan superficial, es imposible que sienta interés.
El secreto para tener más interés en las cosas es profundizar en ellas y ver sus diversos matices. Y eso sirve para las cosas aparentemente más aburridas. Ahora mismo estoy mirando un simple radiador de la pared. Mi primera idea es esa: es un radiador. Algo conocido de manera superficial. Ahora sin embargo me pongo a mirarlo de manera más detenida. Veo sus partes: ¿por qué estará dividido en tantas partes? ¿tendrá por dentro un conducto que va serpenteando? ¿dónde irá conectado una vez que pasa la pared? ¿por qué tendrá una forma curvada hacia fuera? ¿para difundir el calor?
Lo que te hace pasar de la visión superficial de algo a la versión más profunda son las preguntas. Las preguntas generan curiosidad, la curiosidad genera interés y el interés genera atención.
Preguntándote a ti mismo acerca de aquello que deseas que sea importante para ti, estarás consiguiendo interesarte por ello y estarás cambiando tu vida para mejor.
Hay además de esa estrategia otra complementaria. Habla con personas que estén interesadas en el campo que quieres descubrir. ¿Qué es lo que interesa a esas personas? ¿en qué detalles se fijan? ¿Qué partes disfrutan?