Tenemos en la cabeza muchos planes, muchas ideas. Todas esas ideas nos llevarían a una vida mucho mejor y sin embargo, todo sigue igual. ¿La razón? No actuamos, nos quedamos mirando nuestra vida y deseando que fuera mejor pero sin hacer nada.
La metáfora del centro comercial.
Imagina que estás en la planta baja de un gran centro comercial de dos plantas. En la planta baja no hay demasiadas tiendas que te interesen, pero en la planta alta hay muchos comercios que estás deseando ver. Descubrir dónde están las escaleras que llevan de la primera planta a la planta superior no suele ser complicado.
Imagina que sabes donde están las escaleras. Y al igual que lo sabes tú lo saben otras muchas personas. De hecho todos estáis mirando a las escaleras, deseando subir. Arriba están las mejores tiendas, las cafeterías, los cines. Pero apenas nadie se mueve. Todos estáis sentados mirando hacia las escaleras sin subiros a ellas.
¿Suena ridículo verdad?
El poder está en la acción
Se ha dicho que una acción, al igual que una imagen, vale más que mil palabras. Y es que la acción puede mover montañas, mientras que ni millones de pensamientos pueden mover un solo grano de arena. Para que el pensamiento sirva de algo ha de ir acompañado de la acción.
Las ideas son como la gasolina. Tienen un gran poder. Pero para que sirva de algo se necesita un motor que las transforme en energía, en movimiento.
Si no hay acción, nada cambia. Es la acción la que cambia las cosas, y cuanto mayor sea la acción mayor es el cambio. Pero para empezar es mejor comenzar como los bebés, con pasos muy pequeños. Al principio puede que te parezcan poco importantes, pero te pondrán en la dirección correcta. Decía Newton que “un cuerpo en reposo tiende a permanecer en reposo y un cuerpo en movimiento tiende a permanecer en movimiento”.
No importa lo que estés deseando: ganar más dinero, tener más amigos, escribir un libro, cambiar de trabajo, una cita con una persona que te gusta. Sea lo que sea lo que desees, necesitarás actuar. Y si no lo haces, no dejarás de ser una persona que desearía haber actuado. Muchas veces he dejado pasar el tiempo sin hacer algo. Y otras lo he hecho y me equivocado o he perdido. Te puedo asegurar que me arrepiento mucho más de las primeras. Y si lees de lo que se arrepiente la gente al morir verás que eso le pasa a casi todo el mundo.
Has de preguntarte una cosa. ¿Eres una persona que hace o eres solo una persona que querría haber hecho?
Sin ningún tipo de duda,persona que hace.
No hay peor angustia mental que la de pensar “tendría que haber hecho”.
Como dices,puede salir bien,regular,mal,pero en el peor de los casos siempre te servirá para saber que tienes que apuntar el cañón hacia otro lado,como mencionas en otro post.Si no haces nada,no esperes nada.
Incluso a veces cosas que pensábamos muy complicadas o difíciles,las hacemos y resulta que salen bien.
Vale la pena cambiar la angustia mental por la paz mental,pienso que esa es la diferencia entre hacer y haber deseado hacer.
Pienso que es muy muy importante lo que explicas en este post pq en función de si actuamos o no nuestra vida puede ir en una o en otra dirección y tal vez sin llegar a saber nunca si es la mejor dirección para nosotros la que tomamos o la que dejamos de tomar.
Me ha encantado.
Muchas gracias Isara.