¿Te ves sacudido muchas veces por la vida? Ocurren muchas veces cosas que hacen que de pronto todo tu mundo se tambalee?
Quizá lo que te ocurre es que no has aprendido a mantenerte en pie de la forma adecuada.
El monje shaolín Shi Heng Yi nos habla de lo importante que es la estabilidad y el aprender a ponerse de pie, real y metafóricamente, de la forma correcta.
A nosotros, los seres humanos, nos gusta la estabilidad. En las artes marciales, cuando comienzas tu entrenamiento, no importa qué tipo de sistema sea, lo primero que normalmente aprendes es la forma correcta de estar de pie, la forma correcta de alinear tu cuerpo en la tierra. Porque decimos, si no puedes mantenerte firme, no importa qué tipo de técnicas y aplicaciones estés intentando hacer después, solo pueden ser tan buenas como tu base. Y esta base significa para nosotros estabilidad del cuerpo, estabilidad de las piernas.
Tratando de traducir esto en la forma moderna de vivir una vida, es muy, muy similar. Hoy en día es fácil volverse famoso y muy rápidamente construir un estilo de vida de muy alto nivel. Pero todas estas cosas un día llegarán a su punto máximo y volverán a desaparecer. Y luego queda la pregunta, ¿cuál es la base que te va a sostener? Porque a veces subir de una manera rápida también significa que habrá una manera rápida de bajar. Es por eso que muy a menudo decimos, simplemente mire un árbol. No sucede en todo el universo que estés plantando este árbol un día y una semana después de eso, ese enorme árbol esté frente a ti. Eso simplemente no pasa.
La estabilidad
Ya decía el desgraciadamente fallecido Franco Batiatto en su canción “centro de gravedad”, que buscaba un centro de gravedad permante.
La metáfora de las artes marciales me parece perfecta. Cuando hice Taekwondo lo primero que enseñaban es la posición de partida. Firme y estable. Cualquier movimiento arranca de ese, si no tienes una buena posición de partida, no podrás hacer buenos movimientos después.
En la vida no lo tenemos tan claro. No pensamos en que es necesario tener una posición de partida firme y sólida que nos permita aguantar los golpes de la vida, que nos sirva de refugio al que volver cuando las cosas se ponen difíciles.
Pero la posición de partida no se crea sola, necesitamos crearla nosotros. Al igual que un shaolín usa la postura más adecuada como posición de partida, nosotros debemos crear una postura igual para nuestra vida.
En las artes marciales la posición de partida permite por un lado protegerse de los golpes y por otro iniciar los movimientos. Se trata de un complicado equilibrio. Una posición de partida que solo permitiera protegerte de los golpes sería quizá en cuclillas en el suelo con las manos sobre la cabeza, pero en esa postura no podrías contraatacar. Una postura muy abierta, permitiría quizá lanzar los golpes mejor, pero no permitiría defenderse.
Tenemos que crear una postura inicial en la que nos sintamos protegidos de los golpes que puedan venir y a la vez preparados para todos los movimientos que queramos iniciar. Una postura equilibrada.
Cómo crear la postura inicial
A diferencia de las artes marciales, nadie te va a explicar en detalle como es la postura inicial perfecta. Y tampoco podría, porque esa postura es posiblemente diferente para cada persona. Pero sí hay algunos consejos que podrán serte útiles:
- Colócate en una posición en la que te sientas firme y sólido. A mí me gusta ponerme en la postura inicial del taekwondo o en la del boxeo. La guardia arriba y la mirada despierta.
- Busca las cosas que te hacen sentir bien siempre. Quizá la gratitud hacia las cosas buenas de tu vida, quizá el recuerdo de las personas que amas, quizá un estribillo.
- Usa algo que te recuerde lo que vales. Una canción de motivación, una imagen de algún momento triunfal, alguna frase que te haga sentir poderoso.
- Usa una respiración regular y lenta.
- Sonríe de una manera tranquila.
Ensaya tu posición inicial. Será a la que puedas recurrir cuando las cosas se pongan difíciles. Será tu punto de partida y tu refugio.