La mente de roca

Quizá creías que me había olvidado del proyecto de la mente de diamante.

En absoluto.

Por circunstancias laborales, dispongo de poco tiempo. Pero la idea de la mente de diamante me rodea constantemente. Incluso cuando no lo quiero.

El otro día veía a mi hijo patinar con uno de esos patinetes con manillar de los que se llevan ahora. Se cayó, y aunque al principio no hizo nada, a los pocos segundos comenzó a llorar.

Autocompasión y lloro

Me gustaría no llorar nunca. Ni real ni metafóricamente. Al menos no llorar con el lloro del que espera que la vida le encuentre una solución a los problemas.

Es cierto que cuando algo malo te ocurre, la tendencia natural es a lamentarse. Cuando eres un niño lloras, y cuando eres un poco mayor lo que haces es autocompadecerte, lo que no deja de ser una forma de llorar.

Autocompadecerte es decir que el mundo es injusto contigo. Que mereces algo mejor, y si el mundo es justo, te lo debería dar.

Autocompadecerte es llorar. Es esperar a que venga tu papá o tu mamá a solucionar tus problemas.

El problema es que cuando ya tienes una cierta edad, ni tu mamá ni tu papá vienen a solucionarte nada. Y el mundo no es justo. El mundo ignora tus exigencias.

Autocompadecerte es colocar la solución a tus problemas fuera de tu propio alcance.

Si lo piensas, autocompadecerte son dos procesos mentales al mismo tiempo. Por un lado no aceptas la situación generada, y por otro lado esperas que alguien la resuelva, externalizas la esperanza. Dos respuestas que te quitan fuerza y te hacen débil.

Autocompadecerte= no aceptar + esperanza externalizada ( en algo que no depende de ti)

 

La alternativa a la autocompasión: la mente de roca.

Frente a la autocompasión, la respuesta ha de ser la mente de roca.

En lugar de resistir lo que ha ocurrido, has de aceptarlo. Es así y no va a cambiar.

¿Se te ha estropeado el coche? Por mucho que llores no se va a arreglar solo.

¿Te ha salido un grano el día que vas a ir a la fiesta de graduación? Nunca he visto un grano que se recupere sumando quejas.

¿Tu vida es una mierda? Lo único que conseguirás llorando es que sea una ruina pasada por agua.

Y después de aceptar lo que haya pasado, has de asumir la responsabilidad de solucionarlo. Seas o no el causante, tú eres quien ha de buscar las soluciones, porque nadie lo hará por ti.

Mente de roca= aceptación + responsabilidad de solución

La mente de roca y el grito

He de aclarar una cosa. Gritar no es llorar. Gritar es la respuesta inmediata ante una desgracia. La maldición que llega después de un suceso negativo es solo una liberación de rabia. Puede ser positiva, puede disminuir el dolor y relajarte.  Lo importante es que el grito sea puntual, inmediatamente después del suceso negativo y que no se prolongue en el tiempo.

 

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1 comentario en «La mente de roca»

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