La regla de Cope

Edward Drinker Cope fue un paleontólogo del siglo XIX. Enunció una regla muy interesante. Según esa regla la evolución lleva a todos los animales a ser más grandes con el paso del tiempo.

Los caballos eran como perrillos antiguamente, las serpientes eran de apenas un par de centímetros y han llegado a ser tan grandes como las boas actuales, y los dinosaurios… bueno los dinosaurios empezaron siendo lagartijas y cualquiera que haya visto Parque Jurásico sabe como terminaron.

Por: flickr.com/photos/27630470@N03/8750696905/

¿Por qué la evolución hace a los animales más grandes?

Un animal más grande domina más su entorno:puede hacer frente a sus enemigos mejor. Pero si es así ¿por qué no han llegado todos los animales a ser enormes?

Aaron Clauset del Instituto de Santa Fe y Doug Erwin del Museo de Historia Natural explicaron por qué en una investigación que se resume en una frase: “La tendencia de la evolución a crear especies más grandes está contrabalanceada con la tendencia de la extinción a matar las especies más grandes”.

Curiosa ironía. Decimos siempre que “lo que no te mata, te hace más fuerte”. En este caso podríamos decir también que “lo que te hace más fuerte, te acaba matando”.

Mientras los animales más dominantes son los más grandes (Tyranorausus Rex, Leones) los animales más capaces de sobrevivir son más pequeños.

Por qué los pequeños sobreviven mejor

Los animales pequeños son más resistentes ante algunos peligros.

Por ejemplo las caídas. Una hormiga puede caer desde una altura de 15000 veces su altura sin sufrir daño, una rata muere si cae de una altura de 50 veces su tamaño, un ser humano si cae desde una altura de 10 veces.

Los animales pequeños también necesitan menos unidades de comida. En caso de que haya escasez de alimentos, eso es esencial.

Los animales pequeños están acostumbrados a estar adaptándose constantemente. Los grandes no, porque no lo necesitan, y en períodos de cambios grandes, eso puede ser muy peligroso.

Las transformaciones en los organismos pequeños también son más fáciles que en los grandes.

Y estas cuestiones, especialmente las últimas nos llevan a una cuestión más importante

El peligro de las grandes organizaciones

Una empresa tiene mucho que ganar haciéndose más grande. Las economías de escala hacen que sea más fácil gestionar 50 tiendas que 10, que salga más barato comprar suministros para 100 almacenes que para uno, que ahorres costes en publicidad si haces una campaña para mil puntos de venta al mismo tiempo.

Es innegable. Y de la misma manera es innegable que cuando vienen mal dadas, es mucho más difícil que una organización grande reaccione de manera adecuada.

Es como un barco. Un trasatlántico es más seguro que una pequeña barca de pesca, pero si te encuentras delante de un iceberg, seguro que preferirías tener que maniobrar la barca de pesca.

Lo mismo pasa con los imperios. Mira el imperio Romano. Con cada conquista se hacían más fuertes, hasta que se hizo tan grandes que era virtualmente ingobernables y que tenía tantos enemigos que no podía luchar con todos ellos al mismo tiempo.

El peligro de sobreextenderse

Todo esto nos debe llevar a considerar el peligro de la sobreextensión.

Recuerdo haber jugado hace mucho tiempo a un juego de ordenador en linea, con varios jugadores. Uno de los jugadores con los que coincidí varias veces, estaba obsesionado con la sobreextensión. Cuando nos separábamos mucho, gritaba siempre : “we´re overextended” (estamos sobreextendidos).

En una empresa, en un imperio, en un ser humano, el crecimiento es bueno, pero tiene sus propios peligros. Básicamente que según vas abarcando más, cada vez pierdes más el control de lo que estás haciendo.

No dejes nunca de crecer, pero tampoco dejes nunca de tener en cuenta que crecer tiene sus costes.

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