Durante esta semana he estado practicando el efecto de las primeras impresiones.
Lo primero ha sido estar siempre impecable desde el primer momento. Según la imagen que quieras transmitir has de elegir tu aspecto. Y después buscar la mejor opción posible dentro de ese aspecto. Has de ser en todo caso consciente, de que desde que te plantas delante de una persona, tu manera de vestir le está transmitiendo algo. Es un prejuicio, pero cuya formación es inevitable. Así que has de elegir qué prejuicio quieres que se forme.
En mi opinión, al momento de mirarte, la otra persona se hace 3 preguntas:
¿Es esta persona peligrosa o amistosa?
¿Qué estatus tiene esta persona?
¿Es esta persona atractiva?.
De manera que tu presentación ha de dar una respuesta adecuada a esas tres preguntas. La situación es la que determinará que respuesta es la adecuada.
Si me voy a enfrentar en un combate de boxeo a una persona lo más probable es que desee que la otra persona me vea como peligroso y con alto estatus, y no me importe en absoluto si me ve como atractivo. De hecho el lenguaje no verbal de los boxeadores muestra agresividad y una cierta chulería y seguridad propia de un alto estatus.
Sin embargo si te reúnes con tu jefe, esa actitud sería intolerable. Tendrías que buscar mostrar ser una persona amistosa ( por ejemplo sonriendo mucho) ser una persona con un estatus inferior al jefe ( por ejemplo no mirándole de una manera directa y no teniendo la cabeza excesivamente alta) y con un atractivo disminuido si el jefe es de tu mismo sexo ( para que no te mire mal) y quizá, consciente o inconscientemente, aumentado si el jefe es de otro sexo ( para que te mire mejor).
Si eres un hombre que tiene una cita con una mujer, es probable que quieras mostrar que eres algo amistoso pero no demasiado ( para no parecer necesitado de aprobación), que tienes un estatus alto ( mostrando seguridad en ti mismo entre otras cosas) y que tienes un gran atractivo posible.
En mi caso, durante esta semana, he estado practicando en relaciones profesionales con clientes. Mi intención ha sido mostrar que era amistoso por medio de una sonrisa intensa y un interés muy grande en lo que los clientes me comentaban. Así he compensado de alguna manera mi intención de mostrar estatus mediante la seguridad en mis palabras y una mirada muy directa. El atractivo es secundario pero también lo he buscado básicamente cuidando la forma en que iba vestido y peinado.
En tus próximas interacciones piensa en cómo estás respondiendo a esas tres preguntas que toda persona se hace cuando te mira.
Interesantísimo post Iván.
Ojo con pasarte de amistoso ¿eh? a veces encontrar el punto medio cuando simplemente queremos una relación profesional con una persona del otro sexo no es fácil.
Yo he detectado una cosa curiosa y es que a veces con ciertos hombres es mejor no mostrarse muy amistosa…Yo tiendo a serlo porque por naturaleza soy así pero me encuentro muchas veces con tíos realmente narcisistas!!! vamos, que creen que quiero algo con ellos cuando nada más lejos de mi intención!!! ¿Cómo sé que están pensando eso? No sé explicarlo con palabras pero se percibe… Hablo de los hombres con los que profesionalmente me toca trabajar o clientes, compañeros de trabajo, padres de amigos de mis hijos…
Así que… a veces debo mostrarme más seria y distante porque percibo que la relación se enrarece no sé si por mi “culpa” o por la “culpa” de ellos. O bueno, no es culpa de nadie ( por eso lo pongo entre comillas). Es algo así como si percibiera que el otro cree que me atrae, y el otro pensara que yo creo lo mismo de él. Y entonces se genera ahí una especia de “no sé qué” que a mi a veces me pone un poco nerviosa porque no sé bien cómo actuar!! Igual es una paranoia mía pero en ocasiones hay tropiezos, cosas que se caen al suelo… frases tontas… Y yo misma no sé muy bien cómo comportarme. No sé si logras entenderme. Tú defines de una forma muy original y diferente las cosas ( como lo del equilibrado externo para referirte a un amante). ¿Cómo definirías esto que te cuento?
Un abrazo
Ana
Creo que sé a que te refieres. Es frecuente en hombres con éxito con las mujeres, que estén entrenados para interpretar casi cualquier cosa como una muestra de atracción por parte de la chica. Por un lado porque un hombre tiene que leer mensajes sutiles. Y por otro porque es mucho más fácil acercarse a las mujeres si interpretas todo a tu favor que si lo interpretas en tu contra.
En el caso de un hombre es más fácil. Aún así a veces ocurre, que alguien malinterpreta la simpatía como interés. Por suerte en mi trabajo el contacto es breve y hay pocas mujeres. Sin embargo en los trabajos en que el contacto es más duradero es complicado. Y más para una mujer.
Quizá en tu caso lo mejor sería ser tal y como eres de amable pero mencionar a las primeras de cambio algo relativo a tu pareja ( la tengas o no en ese momento). Quizá así quedaría todo claro.