Nunca creí que esto fuera posible. Pero el otro día mientras veía la muy recomendable película “El amanecer del planeta de los simios” descubrí que nunca había visto un personaje de un film que mostrara tan bien lo que es el liderazgo como el jefe de los simios.
Si no has visto la película deberías verla. En todo caso intentaré no hacer ningún “spoiler” que pueda quitarle la gracia a quien no la haya visto aún.
¿Qué tiene César, el jefe de los simios, que le hace el líder perfecto?
Muchas cosas que voy a repasar.
1. Controla sus emociones.
Quizá nada es tan importante para un líder como ser capaz de controlar sus emociones. Su inquietud, su miedo, su rabia, su odio. Sea cuál sea la emoción, César es capaz de no dejarse arrastrar por ella y de optar por la solución más conveniente. Su autocontrol no pasa desapercibido a los otros simios.
2. Demuestra su estatus, pero a la vez es el primero en cumplir con su deber.
Este equilibrio es muy complicado. Muchos líderes saben mantener su estatus pero se mantienen demasiado encima de los subordinados. Otros se mantienen permanentemente abajo y no son capaces de diferenciar su estatus. César ,sin embargo, consigue el equilibrio perfecto.
Vive en una casa que está por encima del resto del poblado, suele estar en una posición físicamente más elevada. No deja que se olvide cuál es su estatus. Pero a la vez, es el primero en ir a la lucha, en ponerse en peligro. Es un líder que da ejemplo.
3. Muestra fuerza sin mostrar agresividad innecesaria.
Los simios quieren seguir al simio más fuerte. Pero a nadie le gusta seguir a quien usa una violencia innecesaria. César muestra que tiene poder y fuerza, pero a la vez no abusa de ese poder. Por ello suscita admiración.
4. Escucha a los demás pero toma las decisiones en solitario.
Un mal líder no escucha a nadie. Un líder débil necesita de apoyo de otros para tomar las decisiones. César no cae en ninguno de los dos errores. César escucha a los otros simios, y luego se retira y deja claro que él tomará la decisión.
5. Está atento a las amenazas a su poder.
César se mantiene vigilante. La cima siempre tiene alguien que desea estar allí. Y muchas de las decisiones que un líder toma pueden producir resentimiento en otros. César siempre vigila eso. Lo hace cuando trata de explicarle a su hijo porque ha de ir más despacio asumiendo riesgos. Y lo hace cuando comprueba que un antiguo aliado se puede estar convirtiendo en un enemigo.
6. Y cuando las amenazas se concretan las afronta a tiempo.
Por más precauciones que un líder tome, es casi seguro que llegará algún momento en que su liderato se vea puesto en juicio. En ese momento el líder ha de saber estar a la altura, sin mirar hacia otro lado. Atreviéndose a hacer los movimientos necesarios para demostrar que sigue siendo el líder.
7. Se rodea de personas leales.
No todos los subordinados parecen leales. Y no todos los que parecen leales lo son realmente. Pero cuanto mayor sea el número de personas que rodeen al líder que le deban lealtad, más seguro estará en su puesto. Y para generar lealtad, se ha de haber cuidado a esos seguidores, dando la cara por ellos.
8. Tiene una visión que va más allá de lo inmediato.
Un líder ha de saber mirar muchos movimientos más adelante del movimiento actual. Aunque en el momento presente, un curso de acción parezca aconsejable, puede ser que más adelante tenga consecuencias muy negativas. Por eso se requiere de una capacidad estratégica para mirar más allá. César es capaz de superar su deseo de obtener un resultado rápido y mirar las consecuencias a largo plazo de sus acciones.
9. Sabe tender puentes hacia otros grupos.
Crearse enemigos es fácil. Lo complicado es generar alianzas y tejer relaciones. Un buen líder siempre busca la posibilidad de mantener un canal de comunicación abierto con otros grupos, y no convertir en enemigos a quienes pueden ser aliados. César es consciente de que los humanos pueden ser enemigos fácilmente, pero no es lo que desea. Sabe que un enfrentamiento no será bueno para nadie.
10. Pone el bien del grupo por encima de cualquier deseo personal.
Un gran líder es capaz de sacrificarse por el grupo. Es capaz de saber que lo que el grupo necesita está por encima de sus metas y objetivos personales. El grupo lo intuye y lo respeta. Y por eso lo sigue de una manera ciega. César el simio lo hace, y los otros simios son conscientes de ello.
Por desgracia, en la actualidad, la gran mayoría de los líderes de los países, no solo no puntúan demasiado alto en las nueve lecciones anteriores, sino que fallan también en esta última que es la más importante. Alguien que trata de servirse a sí mismo, no puede ser un líder, aunque lo parezca. Es solamente un egoísta en una posición de poder. Y eso es algo muy distinto.
Si no has visto la película te la vuelvo a recomendar. Y por favor fíjate en César.
Súper interesante! No he visto la película porque no me gustan los simios… pero cuantas enseñanzas tiene, me animare a verla, definitivamente Cesar es un buen líder, gracias!
Tenía ganas de ver la peli y me has dado el último empujoncito…
Cuántos egoístas en el poder…qué pocos líderes he conocido que sean capaces de sacrificarse por el grupo. No quiero abrir aquí un debate sobre política pero vaya…César for president!! 🙂
Nos haría falta más gente así, desde luego.
Es un buen lider muy audaz! 👌👏lo admiro tiene poder y inteligencia
Gran trabajo, me impactó la escena donde ejemplifica con las ramas en la mano la fortaleza que genera la unión.
Felicidades
Es un símbolo ya antiguo, desde el propio derecho romano el haz o “fasces” representa la fuerza por la unión. Es muy poderoso visualmente.