La vida tiene subidas y bajadas, momentos buenos y momentos malos. Si nos dejamos arrastrar por las circunstancias del momento, podemos acabar ahogándonos.
Pero ¿cómo evitarlo?
La mejor forma de hacerlo es tener un salvavidas que nos mantenga a flote en los momentos más complicados. Y hay para mí dos salvavidas esenciales: uno es la respiración. Pase lo que pase, podemos volver a respirar despacio y sentirnos más cómodos.
El otro salvavidas es la sonrisa. Ocurra lo que ocurra puedes mantener la sonrisa.
Los caminos que llevan a la sonrisa.
Si piensas en como actúas a día de hoy, es casi seguro que sea como refleja el gráfico de debajo.
No está mal cuando las cosas van bien. Pero ¿y si las cosas van mal? Entonces todo se complica.
Lo ideal es pasar de ese gráfico al gráfico que está debajo.
¿Qué significa ese gráfico? Significa que pase lo que pase, y aunque pareciera que las circunstancias deberían llevarte a tener una mala cara, todo te lleva a la sonrisa.
Si hay buenas noticias o sientes placer, evidentemente sonreirás. Pero si las noticias son malas, si sientes dolor, si las cosas se ponen feas, desviarás la vía de tren que lleva de la mala noticia al ceño fruncido, y crearás una nueva vía que lleve a la sonrisa.
Hablo de sonrisa, no de felicidad. La sonrisa es más fácil de conseguir que la felicidad. La sonrisa es un gesto, algo voluntario. No siempre es fácil sonreír, pero sí es una cosa que puedes conseguir con tu voluntad.
La pregunta es evidente. Cómo conseguir sonreír a pesar de las circunstancias. De alguna manera la respondí en sonreír en la adversidad, pero creo que requiere más aclaración. Y se requiere un plan estructurado. Eso es lo que te voy a proponer en el artículo siguiente.
En efecto sonreír es uno de los mejores antídotos contra la adversidad, no podemos pretender que nuestro entorno actúe en favor nuestro sino enfocamos esa energía positiva desde nuestro propio interior.
Conozco a varias personas que aplican esta técnica y para mi son un ejemplo a seguir. Desafortunadamente muchas personas tratan de tontos a aquellos que dibujan una sonrisa en sus rostros al enfrentarse a problemas.
Está muy extendida la idea de que quien sonríe es porque no conoce los inconvenientes. Sin embargo creo que esa sonrisa es , muchas veces, el fruto de un duro entrenamiento.