Un barrio de una gran ciudad. Es de noche y para poner orden atraviesa el cielo un helicóptero girando sus aspas de forma ruidosa. Con su foco de inmensa potencia va escudriñando el paisaje, intentando descubrir algún indicio de un movimiento sospechoso.
Hay padres y madres (más aún que padres posiblemente) que son así. Son los padres helicóptero que sobrevuelan la vida de sus hijos intentando decidir por ellos, mantenerlos siempre seguros y evitar a cualquier precio que cometan un error.
No se trata de condenar a nadie. Es un instinto natural de los padres proteger a sus hijos. Y mientras unos se quedan cortos, otros se exceden. El equilibrio, como en todo en la vida, es muy complicado.
La cuestión es ¿ qué efecto producen los padres helicóptero sobre los hijos?
Los padres helicóptero son malos para los hijos.
En un estudio de 2012 ya se había descubierto que los hijos con padres controladores están menos implicados en las clases.
En el estudio de este año de la Brigham Young University, se ha seguido a 483 estudiantes de 4 universidades americanas, comprobando el comportamiento de los padres y el efecto sobre su propia autoestima según informa la revista Science Daily.
Para este estudio, los investigadores definieron como “padres helicóptero” a aquellos que tenían hábitos como resolver los problemas de los hijos y tomar decisiones importantes por ellos.
Los hijos de padres helicóptero tenían menos auto-estima que la media y tenían más problemas con comportamientos de alto riesgo como la bebida excesiva.
El hecho de que los padres se mostraran más cercanos a los hijos, estuvieran allí para ellos y hablaran con ellos, solo suavizaba los efectos, pero no los anulaba.
Los investigadores confiesan que esperaban encontrar algún efecto positivo de ese tipo de padres, pero sin embargo no lo hallaron. El autor del estudio Larry Nelson dice sin medias tintas: ” En global, hacer por un hijo lo que según su estado de desarrollo debería hacer por sí mismo, es negativo”.
Creo que este estudio nos debería hacer reflexionar a los que tenemos hijos. A veces intentando cuidarlos, no conseguimos sino perjudicarlos.